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índex     septiembre - octubre 2001  num 26

RESEÑAS

S. Beckett, Obra poética completa,por M. Martínez-Lage

A. Rodríguez Monroy, El saber del traductor,por Olivia de Miguel
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La espalda de un escritor

Samuel Beckett, Obra poética completa; edición, traducción, estudio preliminar y notas de Jenaro Talens, Madrid, Hiperión, 2000

por Miguel Martínez-Lage

A finales de 1989, menos de un mes antes de su muerte, Samuel Beckett entregó a su amiga Barbara Bray el poema titulado "What is the Word", versión inglesa de otro titulado "Comment dire", escrito en francés en octubre de 1988. Como señala en su estudio preliminar Jenaro Talens (que en este caso tiene el acierto de proponer dos traducciones de dos textos, en inglés y francés, que en puridad pueden tomarse por sendos originales de una misma obra, y que ha dedicado treinta largos años a la poesía completa de un autor que seguramente conoce como nadie), Beckett puso de ese modo la última pieza de un mosaico laboriosamente confeccionado a lo largo de más de sesenta años. Muy poco antes había dado por bueno su último texto en prosa, Stirrings Still. Y es que Beckett es universalmente conocido por su obra teatral, pero aun cuando él se tenía en especial estima por sus textos en prosa, a los que resulta difícil calificar de meras narraciones, empezó y terminó su carrera como escritor faenando en el arduo terreno de la poesía.

¿En qué medida no es cierto que uno escribe una sola y la misma obra? Las esclarecedoras correspondencias que puede hallar el lector entre el universo poético beckettiano y sus correlatos teatral y de ficción en prosa, los ecos y los espejos, las prefiguraciones y sus reflejos, cierran la respuesta a todo género de duda. En este elegante volumen se recoge la dilatada trayectoria poética de Beckett en su totalidad, desde sus libros primerizos de los años treinta, como Horóscoño y Los huesos de Eco, hasta los poemas aislados que escribió en inglés entre 1934 y 1981, pasando por las series poéticas en francés que datan de finales de los treinta y de 1947-1948, sin olvidar piezas clave, como "hors crane seul dedans", las Letanías (o Mirlitonadas, de las que existe otra traducción al castellano hecha por Loreto Casado y editada por Árdora en 1998) de 1978 y, grata sorpresa, su traducción libre de ocho máximas de Chamfort, que por la trilateralidad de esta edición harán las delicias del lector que conozca las lenguas de partida.

Si hubiera que realizar una evaluación de tan ingente obra, cualquiera repararía en que es desigual. Los poemas de juventud del dublinés trasterrado en París, escritos en la órbita de Eliot y Pound, no están a la altura de las obras que vendrán a partir de 1940 aproximadamente. En cambio, abarcar en unas semanas de intensa lectura esta peripecia escrita a dentelladas contra el silencio, a favor del silencio, con la temeridad de quien da un salto en el vacío cada vez que afronta la página en blanco, y hallar joyas como "Cascando", "Hogar Olga" y ese impresionante poema final, entre otros muchos momentos felices, resultará un grato placer para los beckettianos convictos y, estoy seguro, un acicate para el lector de poesía, por pocos que sean, capaz de conocer y reconocer que se halla ante un poeta mayor. Y es que da la impresión de que la obra de Beckett en todas sus vertientes nos elude, nos incomoda e incluso nos desazona, cuando cara a cara con sus poemas uno tiene la certeza de que el autor ha metido el estoque hasta la empuñadura en cada uno de sus arriesgados volapiés, dejándonos estampas de una belleza desoladora, sí, en las que no es difícil, si bien se reposa la lectura, detectar el rasgo redentor del humor y la ironía que tiñen los momentos de lucidez deslumbrante contenidos en este oportunísimo libro. Y un caveat omnipresente, tomado de "Cascando", a modo de cierre: "¿no es mejor abortar que ser estéril?" O un autorretrato tomado de las Letanías:

nada nadie
habrá sido
para nada
tanto sido
nada
nadie

 

© Miguel Martínez-Lage (Pamplona, 1961) Traductor y crítico literario. Ha publicado algunos textos de ficción y ha traducido, entre muchos otros, a Beckett, Conrad, Connolly, Collins, Roddy Doyle y Simone de Beauvoir.

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Amalia Rodríguez Monroy, El saber del traductor. Hacia una ética de la interpretación. Barcelona, Montesinos, primera edición:1999.

por Olivia de Miguel Crespo

Entre la abundante bibliografía sobre traducción aparecida en España a lo largo de los últimos años y que, en términos generales, suele ocuparse de la disciplina desde una perspectiva histórica o meramente lingüística, El saber del traductor supone una brillante y estimulante propuesta teórica desde la que abordar y repensar la complejidad de la actividad traductora.

La propuesta teórica de la profesora Amalia Rodríguez Monroy se sustenta y asienta en una firme tradición cultural en la que confluyen distintas corrientes de pensamiento que desde Nietzsche, pasando por Freud, Bajtin, Derrida y Lacan, cuestionan el lugar de la verdad en el discurso.

Desde este punto de partida, la traducción es para Rodríguez Monroy una práctica subversiva por su capacidad desestabilizadora de las bases que sostienen el propio orden cultural: la falacia de la transparencia comunicativa, la traductibilidad absoluta. Como espacio fronterizo entre textos, discursos y culturas, la traducción roza los límites del sentido y la significación, y nos enfrenta con lo equívoco del lenguaje.

Así pues, el lector tiene ante sí un ensayo que, desde el título, no obvia las dificultades de lo interdisciplinar y sitúa la traducción como artefacto cultural decisivo en la formación de las identidades culturales modernas, al tiempo que reformula los inevitables conceptos de equivalencia, fidelidad, lectura e interpretación desde la perspectiva del sujeto y su interacción con el Otro.

Y en cuanto al saber del traductor, escuchemos las palabras de la autora que certeramente nos sitúan en el terreno de la experiencia subjetiva como lugar desde el que leer, comprender, interpretar y traducir:

"El amor, el odio y la ignorancia son para el psicoanálisis, las pasiones que rigen la vida del ser parlante. ¿No habrá en ellas de reconocer el traductor los hilos que engarzan los discursos y los textos que ha de desentrañar? ¿No será el saber de las pasiones el que mejor pueda conducir al traductor por los laberintos de una retórica fabricada a la medida de esas fuerzas poderosas? [...] ¿No será su experiencia de sujeto la que deba exponerse como contrapunto en [...] su interpretación del discurso del otro?"

El ensayo se completa con una magnífica bibliografía sobre saberes diversos que, sin duda, orientará al lector curioso a quien esta sugerente y sólida propuesta teórica no dejará indiferente.

© Olivia de Miguel Crespo. Traductora literaria y profesora de traducción en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.

© 2001 The Barcelona Review

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  número 26  septiembre - octubre 2001 

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-Poesía Neus Aguado
Fernando Hervás
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