The Barcelona Review

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Lo que no se dice VV. AA.

Ficciones para una autobiografía Ángeles Mora

Pensatorium Nuria Ruiz de Viñaspre

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portadaVV.AA.
Lo que no se dice
Madrid, Dos Bigotes, 2015

 

En poco tiempo, la joven editorial Dos Bigotes ha convertido el cuento, y concretamente el género de la antología de cuentos, en una de sus señas de identidad más visibles. El armario de acero: amores clandestinos en la Rusia actual, su primer libro, era una potente declaración de intenciones, a la que han seguido Los deseos afines: narraciones africanas contra la homofobia y Mañana hablarán de nosotros: antología del cuento cubano. La recopilación que nos ocupa incluye once relatos que, según sus editores, abordan «desde una óptica homosexual algunos de los tópicos más identificables de la cultura española» (p. 9), entre ellos el fútbol, los toros o la mili. Mienten, se equivocan o pecan de modestos los editores: la antología es más bien un collage de pequeñas Bildungsnovellen que, partiendo de premisas dispares, narran las personales epifanías de sus respectivos protagonistas.


Como toda antología, el libro tiene algo de experimento, de fórmula química cuyos elementos reaccionan de formas inesperadas. Ello es el resultado inevitable de editar con valor y personalidad, arriesgando y sin red. Abre acertadamente el volumen Luisgé Martín, con un relato delicioso en el que dos jóvenes futbolistas rivales se persiguen por el terreno de juego en busca de un contacto íntimo a plena vista de la grada: ni una palabra fuera de lugar en un cuento que rezuma equilibrio y oficio. Fernando J. López firma el relato más brioso y atrevido desde el punto de vista estilístico, un texto magistral sobre el deseo adolescente y la difuminación del recuerdo. Algo más elusivo y verboso resulta «Todo un mundo lejano», donde Óscar Esquivias recurre al mundo cerrado del fundamentalismo parroquial para retratar la hipocresía y la represión. Eduardo Mendicutti y Lawrence Schimmel añaden cierta nota almodovariana, sobre todo este último, con un cuento traducido por Raquel G. Rojas, en el que una especie de Billy Elliot flamenco se afirma ante un entorno hostil a fuerza de tesón y talento. Lluís Maria Todó aporta un cuento que sabe a apostilla a su novela El mal francés, una novela de doble trama algo irregular, brillante por momentos cuando se centra en el recuerdo, algo amargada y discursiva cuando pierde las energías en ridiculizar el campanilismo catalanista. (Para el cuento aquí recogido, me temo, ha elegido la segunda vía.) Luis Antonio de Villena, que participa con un relato sobre el servicio militar , tiene un don para dar lustre a la superficialidad más banal, pero en su texto pesa algo de la prisa o la pereza que impiden que algunos de sus últimos libros (pienso, por ejemplo, en Mártires de la belleza) sea pequeñas perlas. La sorpresa más agradable del volumen la da, sin duda, el autor más joven, Álvaro Domínguez, con «No te levantes», un relato tenso que en su callada y violenta calma pinta un brutal retrato del natural de los roles familiares y de los riesgos de subvertir ese orden doméstico. Una lección de prosa breve. CMN

 

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La ficción como realidad

 

portadaÁngeles Mora
Ficciones para una autobiografía
Madrid, Bartleby, 2015

 

Después de siete años de silencio Ángeles Mora publica este poemario, en el que traza de una manera inteligente y muy personal su propia autobiografía, aunque siempre nos queda la duda después de la lectura de si se trata de una biografía auténtica o impostada por la voz que nos habla desde los poemas que muy bien puede ser otra, otro yo, otra voz disidente y distinta.
En esta autobiografía se nos ofrece un juego en el que la verdad y la mentira se imbrican para demostrarnos que toda literatura es ficción y que esa ficción después de meditada nos descubre alguna verdad.
En este poemario, como en otros de la autora, el punto de partida de muchos poemas es la cotidianidad más sencilla, como una mancha en un vestido o la cocina desarreglada, que contrasta con la llamada de los libros que están vivos frente a las cacerolas y los platos desmadejados. Los objetos frente a la palabra en una suerte de dicotomía vida/muerte.
Dual es también este yo que nos va desgranando su vida en estos poemas. Nos dice: «Siempre estás a disgusto con ella / con la que dentro llevas».
En muchos poemas aparece la reflexión sobre la escritura, temática que no podía faltar en la pretendida autobiografía de una escritora. Así afirma: «Escribir es un vicio que nunca se detiene», y también: «Siempre vuelvo a escribir poemas».
La memoria, elemento imprescindible en toda autobiografía, es el motor de todo el poemario y consecuentemente el tiempo que aparece ya directamente mencionado en la cuarta sección del libro.
El poemario busca el amparo de gran cantidad de autoridades poéticas de las que la autora utiliza para las citas. Así, tenemos a Borges, Adrienne Rich, Rosario Castellanos, Emily Dickinson, Ana María Matute, Góngora, etc.
Ángeles Mora nos ofrece, en definitiva, un libro lúcido, sincero y muy hermoso.

M Cinta Montagut

 

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El espacio del lenguaje


portadaNuria Ruiz de Viñaspre
Pensatorium
Prólogo de Luz Pichel
Santa Coloma de Gramanet (Barcelona), La Garúa, 2014

Como dice Luz Pichel en el prólogo de este poemario, en Pensatorium,«en el lenguaje y sus opacidades se sobrevive, en el cuerpo, en el giro, en el gesto, en ese no ser de la palabra nos estamos». Y así es, siempre el lenguaje nos impulsa en su dicotomía, en su ambigüedad, en su ser y no ser significado, presencia o ausencia.
El caballo como ser natural desligado de la palabra pero no del lenguaje aparece a lo largo del poemario como una fuerza, una energía, una nobleza que da sentido a lo que no lo tiene de una manera evidente aunque si se esconde en sus crines, en el giro de su grupa, en su existir. El caballo guiará los pasos del yo que nos habla e interroga y vive «encajonada con humildad de caballo / entre los raíles de tus brazos».
El lenguaje, la reflexión sobre el mismo y la palabra como eje vertebrador del mundo llenan este poemario de momentos y lugares nunca antes pensados, y afirma la voz que nos habla: «El lenguaje es el resorte de la seducción / pero el lenguaje no es suficiente». Nunca lo es. Y esa insuficiencia llega hasta el amor, el cuerpo, el deseo que aparece y desaparece en una suerte de juego de espejos en el que el lenguaje nos presenta trampas en las que es imposible dejar de caer.
La poesía de Ruiz de Viñaspre navega por el mar del pensamiento, de la metafísica, de los juegos de palabras que enseñan las cosas que son y no son, que aparecen y desaparecen porque «en cuanto decimos perdemos lo dicho / y las palabras dichas se disuelven como / un cadáver de medusa se diluye bajo el sol no dicho».
La poeta que de mayor quiere ser bailarina o caballo invoca también a la música, Bach como el guía fundamental en este territorio, como elemento indiscutible del conocimiento que intenta dominar el caos que es el mundo donde el lenguaje es opaco y a la postre incomunicación y soledad y silencio.
Libro rico en contenido conceptual y verbal en el que Nuria Ruiz de Viñaspre hace gala de un dominio del verso que en algunos momentos la acerca al barroco más luminoso.

M C Montagut

 

©tbr 2015


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