con Scott Heim
sobre la presentación de su nueva novela In Awe
Scott Heim, nativo
de Kansas, vive actualmente en Nueva York. Su primer libro, Mysterious Skin,
recibió críticas entusisastas y, sin duda, merecidas, dado que es una primera obra
excepcional. Su segunda novela, In Awe: A Novel, editada por HarperCollins, se
publicará el 1 de junio 1997 y de ella ofreceremos una crítica ese mismo día.
Photo: ©Arturo Patten
BR: Con un debut tan impresionante (Mysterious Skin,
1995) su segunda novela será inevitablemente comparada con la primera. ¿Está preparado
para el bombardeo por parte de los medios de comunicación y la inminente gira de
promoción?
SH: Sí y no. Me hacen ilusión la gira y la publicidad, por supuesto,
aunque me inquietan las críticas que empezarán a aparecer. Lo cierto es que me considero
una persona muy vulnerable a la crítica; es muy frustrante dedicar dos o más años de tu
vida, entregar tu alma entera, esclavizarte a una novela, para que luego vengan los
críticos y diseccionen tu obra encontrando fallos por todas partes. Pero a la vez, soy un
promotor incansable de mí mismo, creo en lo que hago y me siento orgulloso de mi trabajo,
de modo que procuro tenerlo claro y recordar que este tipo de crítica en realidad no
importa.
BR: Los tres marginados de In Awe , Boris, Sarah y
Harriet son presentados como si fueran zombis en la novela que está escribiendo Boris en
el instituto lo cual funciona estupendamente bien como presentación estructural y
temática. ¿Donde halló la inspiración ? ¿Le vuelven loco las películas de terror,
como a Sarah ?
SH: Para mí las películas de terror o, de hecho, cualquier tema basado
en el terror, constituyen una obsesión ya desde mi infancia. Cuando tenía tres años, me
acuerdo que mi madre me obligó a ver "La escalera de caracol" en última
sesión. Desde aquel día me quedé colgado del género de terror. El terror de celuloide
sirve de paralelismo fantástico a los horrores descritos en la novela, tanto en el
sentido de novela de terror dentro de la novela, como en el de la fascinación que siente
Sarah por las películas de terror. Sin embargo también está presente en In Awe por
razones de ambientación; con el fin de reforzar la atmósfera oscura que impregna todo el
libro.
BR: ¿El nombre de Boris ?
SH: Bueno, supongo que debe ser un homenaje a Boris Karloff. Resulta
irónico que el muchacho que escribe sobre zombis se llame Boris. El nombre confiere al
personaje cierto aire de desarraigo; se trata de un forastero, temido, evitado u odiado
por casi todos y con un nombre que generalmente se asocia a la estrella de las películas
de monstruos.
BR: Boris ha vivido con varias familias que pretendían su
adopción y ahora reside en un centro de acogida para niños. No recuerdo haber leído
nunca una novela sobre la vida de un adolescente en esta situación. Me llamó la
atención ya que yo había trabajado en un orfanato y siempre pensé que sería
interesante leer algo así desde el punto de vista de un interno. ¿Se basa en alguna
persona o en un centro de acogida en particular ? ¿El contexto de la novela sirve
principalmente para reforzar el tema del forastero o hubieron otras consideraciones ?
SH: Mi hermana trabajó durante años en un centro de acogida en Kansas.
Se parece al centro de acogida Sunflower de mi libro. En cierto sentido, recabé datos de
la vida en aquel centro gracias a ella. Desde que empecé a escribir In Awe , quise
que Boris fuera un muchacho en espera de ser adoptado, alguien desplazado de sus amistades
y de su familia y en busca de un amor idealizado, fantástico, que nosotros, como
lectores, sabemos que probablemente nunca alcanzará. Todo esto hace que su lucha resulte
más patética, creo yo.
BR: En ambas novelas hay un personaje femenino que actúa de
alma gemela de un joven homosexual; Wendy de Mysterious Skin y, en mayor medida,
Sarah en In Awe.
SH: Durante toda mi baqueteada, atormentada juventud, falta de
oportunidades, las únicas amistades íntimas que tuve fueron chicas. Creo que la mayoría
de adolescentes gay s desearían tener más amistades masculinas pero por
algún motivo son difíciles de hallar, especialmente en el pueblecito retrógrado de
Kansas donde sitúo mis dos novelas. Es evidente que las chicas comprenden a los chicos gay
s mucho mejor que los chicos heterosexuales o quizá sea que, a esa edad, las chicas
sienten menos reparo en mostrar sus emociones o simpatizar con chicos. Creo que, en Mysterious
Skin , el joven Neil quiere ser desagradable, indisciplinado e independiente cuando lo
que en realidad necesita es un amigo; cuando Wendy aparece y se muestra interesada por su
vida, queda tan agradablemente sorprendido que no puede evitar quererla. Se parece a la
historia de Sarah y Marshall y, más adelante, la de Boris y Sarah.
BR: Se hace referencia al hecho de que, en su novela, usted
"sobrepasa límites" y como novelista se puede decir que efectivamente lo hace,
especialmente en las escenas finales. Sin dar demasiados detalles a aquellos que aún no
han podido leer la novela, ¿podría explicar tres momentos en los que participa la menta,
la pera y la lengua ? Una no puede evitar relacionarlos con un ritual religioso, más
concretamente con la toma de la hostia sagrada, aunque es evidente que estamos lejos de
cualquier simbolismo religioso.
SH: Me parece una pregunta difícil la suya. Supongo que se refiere a las
escenas culminantes que incluyen cierta intención de "salvar" a personajes que
pasan por circunstancias particularmente adversas. Es un tema recurrente en el libro -
desde el principio ( tal como se ve en la reseña ) en el que Sarah y Boris quieren
"salvar" a la que ellos creen que es la posible víctima de un asesinato, y
también en momentos posteriores de la novela que ha mencionado - como el bombazo que
suponen las escenas finales en el autobús, donde todos hacen una especie de ofrenda y
quieren convertirse en salvadores. Sinceramente, no convertí esas escenas en rituales
religiosos de forma consciente. Sin embargo, si esta novela llegase a ser película algún
día, me imagino que esas escenas - esos momentos que usted ha comentado - serían rodadas
como primeros planos en los que la música subiría de forma dramática.
Volviendo a lo que ha dicho antes acerca de "sobrepasar límites", éste es
precisamente uno de los principales objetivos que me he propuesto como escritor. Mi
objetivo, más que impactar a la audiencia, es de índole más personal: pretendo explorar
todo aquello que me intriga, aterroriza o perturba. Lo que me acobarda. Quizá suene tonto
pero escribir sobre cosas como la erótica de la muerte o el deseo sexual en los niños es
como una catarsis, algo que probablemente he aprendido de forma un tanto extraña de Anne
Sexton, mi poetisa preferida. Se trata de tomar mis deseos o mis miedos y sacarlos fuera,
trabajar sobre ellos otra vez y pulirlos en el ordenador. Siento cierta sensación
sublime, incluso de belleza, en el horror y la violencia, y, aunque se interprete como una
rareza, es precisamente lo que me distancia de otros escritores y, por tanto, es lo que
deseo reflejar en mis obras.
BR:Hablando de límites, ¿cuándo va demasiado lejos un escritor ? ¿Cómo sabe uno
donde trazar la línea divisoria ? Usted lleva al lector más allá de lo que espera o,
como dice Sarah, "un paso más allá de donde pensé que estaba el límite".
Fascina como lo logra, de forma un tanto milagrosa.
SH: Antes que nada, muchas gracias por creer que lo he logrado. Para ser
sincero, yo no lo tengo tan claro. Cuando empecé a trabajar en Mysterious Skin ,
por ejemplo, pensé que incluir tanto detalle sexual en la escena del hombre y el muchacho
era quizá ir demasiado lejos. Posteriormente mi mentora lo leyó y me dijo: "Esto va
a cabrear a la gente. Profundiza más". Y lo hice. Con In Awe no dispuse de
nadie que leyera a medida que avanzaba en la novela como había sucedido con mi primer
libro. Cuando llegué al final, que para mí es la sección que más se aproxima a la
frontera con los límites, sencillamente escribí lo que me pareció más natural. Lo que
escribía me parecía, al menos a mí, precisamente lo que esos personajes , llevados al
extremo por sus mentes confusas y agitadas, hubieran hecho aquella noche en el autobús
escolar abandonado.
BR: La ambientación es parte integrante de su obra y constituye
un elemento perturbador, por así decirlo. ¿Esto refleja principalmente a unos
protagonistas trastornados o se describe un conservador Medio Oeste americano en la medida
que éste forma a sus personajes?
SH: El marco y la ambientación son para mí elementos subsidiarios al
desarrollo de los personajes en una novela. Cuando empiezo una novela, pretendo establecer
el tono de la narración inmediatamente y no quiero que su influencia e ímpetu pierdan
fuerza en ningún momento. Siempre me ha enfurecido que la mayoría de la gente vea el
Medio Oeste como un lugar inalterado, aburrido y donde uno puede sentirse seguro así que
procuro relacionar de forma sistemática esa impresión con los más bajos impulsos
humanos, el terror, la violencia, como un ejercicio de extremos.
BR: Pregunta personal: ¿cuáles fueron los pros y contras
de crecer en Kansas ?
SH: Pues bien, como adolescente raro que fui, fue bastante frustrante.
Conlleva cierta soledad pero a veces es bonito. No hay nada que me guste más que una
buena tormenta de las de Kansas. Sin embargo, crecer allí, especialmente en un pueblo tan
pequeño, a veces fue duro, durísimo.
BR: Segunda pregunta personal: Usted capta magníficamente la
obsesión del amor adolescente; especialmente desde el punto de vista de un forastero al
que no se le da una oportunidad, un sentimiento con el que muchos adolescentes se pueden
sentir identificados en alguna ocasión. ¿Nos podría contar su gran obsesión de
adolescente?
SH: Siempre me enamoraba de tipos altos, silenciosos y meditabundos, de
gran nariz y cejas espesas. Nunca funcionó, así que me incliné por grupos británicos new
wave . Le dieron otro color a mi vida.
BR: No recuerdo haber leído la palabra gay en su
obra. ¿Cuál es la razón ?
SH: Pues no estoy seguro. Creo que porque es un término que a menudo
puede limitar. Mi obra versa más bien sobre problemas o temas universales. Escribo tanto
sobre personajes no gays como gays . Me gusta tener una gran
masa de audiencia gay pero quiero ir muchísimo más allá. ¿Y quién no? Me
preocupan muchas más cosas que no tienen que ver nada en absoluto con mi sexualidad.
Parece que la nueva "generación" de escritores que resultan ser gay
s o lesbianas, en su mayoría, están dejando de analizar y reflexionar sobre las razones
que justifican la sexualidad de un determinado personaje.
BR: Todos sus personajes gay s tienen en común un
pasado traumático que presuntamente ha forjado su carácter, especialmente su
homosexualidad. ¿Ha recibido al respecto alguna crítica por parte de la comunidad gay
?
SH: Alguna sí, pero de momento no tanta como cabría esperar. Me parece
que mientras hayan escritores como Dennis Cooper, ¡toda la crítica va a recaer sobre él
! De todas formas yo escribo sobre lo que me afecta, o lo que me interesa, así que eso es
lo que va primero. Me importa un comino si molesta o no a un determinado grupo de gente o
si interfiere con la "política" de alguien.
BR: En In Awe, hay una víctima del SIDA,
Marshall. Aunque se trate de un personaje secundario y su muerte acontezca al principio
del libro, me admira el modo en que el personaje es creado a través de breves flashbacks
y también la dignidad con la que se le trata en la fase terminal de su enfermedad.
SH: Es curioso pero acabo de leer un crítica reciente de mi
novela en la que se dice que es "un refrescante y nuevo enfoque sobre el tema del
SIDA". Es la primera vez que me lo planteo así. Mucho me temo que la gente en
general siente cierta reticencia hacia libros sobre el SIDA; es una pena en muchos
sentidos ya que todo el mundo tiene tanto miedo y está tan cansado de perder amigos y
amantes, que sencillamente prefieren no leer sobre el tema. Para la mayoría de gente,
leer es una forma de evadirse y no una forma de enfrentarse a la realidad. Marshall fue un
personaje maravilloso que me permitió escribir sobre el SIDA de una forma completamente
distinta; me permitió crear un personaje importante basado en alguien que en realidad no
podría existir en el devenir de la narración como una fuerza viva y que respira. Aún
así, Marshall está siempre ahí.
BR: Volviendo a Boris: resulta interesante que una adulta
heterosexual como yo se pueda sentir tan identificada con un muchacho gay de
17 años pendiente de ser adoptado. En realidad, siento cierta afinidad con muchos de sus
personajes. Y es precisamente eso lo que en mi opinión le coloca a usted muy lejos de
otros escritores que también transgreden el orden establecido. Aunque admiro a muchos de
ellos, usted añade un elemento de empatía que transporta al lector a experiencias que no
podría haber ni imaginado.
SH:¡Vaya, muchas gracias! ¡Siempre he deseado que alguien dijera eso de
mí ! Es una de las cosas más agradables que alguien ha dicho de mi obra porque es eso
precisamente lo que pretendo. Es decir, muchos de mis escritores preferidos
contemporáneos están encasillados en el campo de la transgresión, pero como ha dicho
usted, a menudo le dejan a uno indiferente. Pretendo crear personajes que sean tan reales
que sea posible oírles respirar y llorar, reír y gritar y que por tanto, cuando se
produzca la "transgresión", ésta cause más efecto porque el lector ha
establecido un fuerte vínculo con ellos.
BR: ¿Le gustaría ver In Awe convertida en película?
¿Alguna sugerencia para el cásting?
SH:¡Pues claro que me gustaría ! Mientras iba escribiendo la
novela, me la imaginaba como una película aunque siempre me resulta difícil responder a
la pregunta del cásting.
Cuando escribo, en lugar de estrellas de cine, acostumbro a imaginar en los roles que he
creado a gente de verdad y que he conocido a lo largo de mi vida como amigos, abuelas,
etc.
BR: Ha mencionado a Dennis Cooper como escritor a quien admira
en particular. ¿A quién admira usted más del panorama literario actual y qué autor
considera que ha sido de mayor influencia en su trabajo ?
SH: La mayoría de los escritores que me han influenciado forman
parte del pasado: Flannery O'Connor, Truman Capote y curiosamente D.H Lawrence. Mis
escritores contemporáneos preferidos varían mucho: Joy Williams, James Salter, Cormac
McCarthy, Jayne Anne Phillips principalmente, y supongo que muchos escritores góticos de
corte selecto, maximalistas y evocadores.
BR: En In Awe Boris, Sarah y Harriet escriben en un trozo
de papel el gran deseo de su vida. ¿Qué escribiría Scott Heim en un trocito de papel y
tiraría al mar en una botella? Digamos que una botella biodegradable para que no nos
responda que él no tira desperdicios al agua.
SH: Supongo que escribiría algo así como: "Dadme felicidad,
éxito y salud pero no necesariamente en ese orden".
BR: Rápidamente, lo primero que le venga a la cabeza:
a) Kansas versus Nueva York.
La gente de Kansas siempre te saluda por la calle y quieren saber la historia de tu vida.
Los de Nueva York ni siquiera te miran.
b) Los años ochenta versus los noventa.
De cabeza al caos.
c) Bill y Hillary.
No tan mal como mucha gente cree, especialmente Hillary.
d) Barcelona.
La única ciudad que mi amigo lamenta no haber podido visitar durante su viaje a Europa.
e) Una lista de libros para leer durante el verano.
The Streets of Crocodiles de Bruno Schultz; Guide de Dennis Cooper; Thumble
Home de Amy Hempel; el próximo libro de Denis Johnson cuando salga; todo lo que
escriba Shirley Jackson; Ruth Rendell; más Faulkner; Jane Bowles; los libros de Toni
Morrison que aún no he leído; cualquier libro basura sobre crímenes reales.
f) Su portada de libro preferida de siempre.
¡Podría nombrar cientos! La edición del Nuevo Testamento con una fotografía de
Andrés Serrano, muchos trabajos realizados por el equipo de diseño de Knopf. También
las portadas de las ediciones americanas de mis dos libros, aunque admito que no soy
imparcial en esto último.
g) Película preferida del 96/97.
De momento este año no he visto nada que me haya vuelto loco de emoción. Mis películas
preferidas del año pasado fueron Fargo , Secrets and Lies, Manny and
Lo y Welcome to the Dollhouse. El año anterior, sin lugar a dudas, fue Safe
de Todd Haynes.
h) Página de Internet preferida.
Generalmente sólo me conecto para leer el correo electrónico.
i) Las Spice Girls .
Su música es bastante horrible,¿no le parece? ltimamente escucho a los Fying Saucer
Attack que me gustan mucho más.
j) Los cerealesFruit Loops .
¡Qué subidón de azúcar !
Entrevista de Jill Adams, 22 de Mayo 1997
Traducción de Lídia Jové Roda email
© Barcelona Review 1997 |