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Admito abiertamente mi propia ignorancia en muchos temas. Para
empezar, evito con ello cualquier posible pelea en el bar, y además, siempre cabe la
posibilidad de que acabe aprendiendo algo. Estoy seguro de que durante mis años en
Inglaterra me di cuenta del cambio de cubiertas de los libros cuando el título pasa de
una edición en tapa dura a una en rústica, o se presenta con la imagen de la versión
cinematográfica que se ha hecho del mismo, pero lo que está claro es que, incluso en mis
días de estudiante de arte, no me detuve jamás a pensar en el proceso de creación de la
cubierta de un libro, en si el autor tiene control alguno sobre ésta, o si ni tan
siquiera puede opinar, y en los posibles cambios que el libro puede sufrir al publicarse
en otro país, especialmente si ello implica una traducción. Las portadas de los discos,
sin embargo, apenas varían: quizás se añada un texto mínimo que le imprima el
carácter local, o incluso sufra a veces las consecuencias de la mano implacable de un
censor, pero su carta de presentación inglesa será muy parecida en Australia, Estados
Unidos o Bolivia. Así que deduje que lo mismo sucedía con los libros. Tonto de mí.
Quizás sea un poco conservador, pero a mí me gustan las cubiertas que guardan cierta
relación con el contenido del libro. Morvern quedará cubierta de barro al enterrar por
el campo las partes desmembradas de lo que fue su novio. Para la edición de bolsillo de Vintage, Warner también explicó sus ideas -el detalle
de unas esponjillas entre los dedos de un pie era una de ellas- a un receptivo Jonathan
Cape. Pero perdió el control del libro fuera de Gran Bretaña. En Estados Unidos el
asunto se convirtió en: "una verdadera pesadilla... Deberías haber visto la primera
sugerencia: parecía sacada de una peli porno transexual barata. En España, la cosa se complicó aún más con el cambio de título. Se consideró que Callar, el apellido de Morvern, podía dar lugar a confusiones, y que si el libro mantenía el título original no se vendería tan bien. Así que se cambió por Cara quemada. Y, claro, la imagen de una cara embadurnada en barro y plantas, no quedaba bien. El diseñador Damià Mathews quería "alejarse de la imagen Alan Warner también ha diseñado la cubierta de These Demented Lands, su último libro: "¡Cape envió a la pobre modelo a las montañas de Gales, con una hélice atada a la espalda!" ¿Crees que tendrás que enfrentarte con más problemas en el futuro? "Ahora que soy más poderoso, que soy un jodido pez gordo, tengo una cláusula donde se especifica que se debe utilizar la cubierta de Cape en las ediciones extranjeras. Acabo de vender These Demented Lands a los Estados Unidos, pero tendrán que utilizar la cubierta inglesa."
© The Barcelona Review 1997. |