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Admito abiertamente mi propia ignorancia en muchos temas. Para
empezar, evito con ello cualquier posible pelea en el bar, y además, siempre cabe la
posibilidad de que acabe aprendiendo algo. Estoy seguro de que durante mis años en
Inglaterra me di cuenta del cambio de cubiertas de los libros cuando el título pasa de
una edición en tapa dura a una en rústica, o se presenta con la imagen de la versión
cinematográfica que se ha hecho del mismo, pero lo que está claro es que, incluso en mis
días de estudiante de arte, no me detuve jamás a pensar en el proceso de creación de la
cubierta de un libro, en si el autor tiene control alguno sobre ésta, o si ni tan
siquiera puede opinar, y en los posibles cambios que el libro puede sufrir al publicarse
en otro país, especialmente si ello implica una traducción. Las portadas de los discos,
sin embargo, apenas varían: quizás se añada un texto mínimo que le imprima el
carácter local, o incluso sufra a veces las consecuencias de la mano implacable de un
censor, pero su carta de presentación inglesa será muy parecida en Australia, Estados
Unidos o Bolivia. Así que deduje que lo mismo sucedía con los libros. Tonto de mí. Al contactar con Alan Warner por este motivo, comprendí lo mucho que una cubierta es susceptible de cambio. Warner contaba con el control total y el apoyo del editor para la cubierta inglesa de su primera novela Morvern Callar (titulada Cara quemada en España). Así, con una amiga de Warner como modelo, el fotógrafo David Thompson, el diseñador Chris Shamwana, y un poco de lodo y varias plantas, se creó una de mis cubiertas favoritas. Quizás sea un poco conservador, pero a mí me gustan las cubiertas que guardan cierta relación con el contenido del libro. Morvern quedará cubierta de barro al enterrar por el campo las partes desmembradas de lo que fue su novio. Y más tarde con una amiga: "Escarbé el hoyo con los dedos y esparcí más barro sobre las mejillas de Lanna. (...) Lanna aplicaba otra capa de lodo a mi mascarilla seca y me adornaba la frente con serbas y ramitas de brezo." Para la edición de bolsillo de Vintage, Warner también explicó sus ideas -el detalle de unas esponjillas entre los dedos de un pie era una de ellas- a un receptivo Jonathan Cape. Pero perdió el control del libro fuera de Gran Bretaña. En Estados Unidos el asunto se convirtió en: "una verdadera pesadilla... Deberías haber visto la primera sugerencia: parecía sacada de una peli porno transexual barata. Cuando, enfurecido, les advertí que no promocionaría el libro si llevaba esa cubierta, casi sufrieron un colapso nervioso. Y aunque les envié el cuadro de un amigo por courier a Nueva York -haciéndome cargo yo mismo de los gastos -, acabaron haciendo un pastiche sentimentaloide de la cubierta." En España, la cosa se complicó aún más con el cambio de título. Se consideró que Callar, el apellido de Morvern, podía dar lugar a confusiones, y que si el libro mantenía el título original no se vendería tan bien. Así que se cambió por Cara quemada. Y, claro, la imagen de una cara embadurnada en barro y plantas, no quedaba bien. El diseñador Damià Mathews quería "alejarse de la imagen realista y transmitir un sentimiento introspectivo." Basó su diseño en un póster de los años sesenta de origen húngaro inspirado, a su vez, en El grito, de Edvard Munch. Warner no quedó impresionado por la cubierta y comentó cáusticamente: "¿Cara quemada? Es como uno de eso murales de los años sesenta que uno encontraba en los hoteles promocionados por Franco: los Paradores esos... ¡Parece el trabajo del primo del primo del primo de Picasso!" Sin embargo, la semana pasada, al ver el libro en numerosas librerías de Barcelona, la cubierta de Mathews destacaba por ser la única a la vista que mostraba un diseño gráfico en lugar de una foto o una imagen realista. Su rareza y singularidad la hacía destacar sobre las demás, y si esto es lo que lleva a la gente a escoger un libro, entonces Damià ha creado una cubierta de gran éxito, incluso aunque al autor no le satisfaga. Alan Warner también ha diseñado la cubierta de These Demented Lands, su último libro: "¡Cape envió a la pobre modelo a las montañas de Gales, con una hélice atada a la espalda!" ¿Crees que tendrás que enfrentarte con más problemas en el futuro? "Ahora que soy más poderoso, que soy un jodido pez gordo, tengo una cláusula donde se especifica que se debe utilizar la cubierta de Cape en las ediciones extranjeras. Acabo de vender These Demented Lands a los Estados Unidos, pero tendrán que utilizar la cubierta inglesa."
© The Barcelona Review 1997. |