ÍndiceNavegación

índex     noviembre - diciembre 2001  num 27

RESEÑAS


De lo que se puede y no se puede contar

Putas asesinasRoberto Bolaño, Putas asesinas, Barcelona, Anagrama, 2001

por Ernesto Escobar Ulloa

Contrastando el título, Putas asesinas, por un lado, con el estilo sobrio del libro, podría deducirse que su finalidad obedece a una razón de índole comercial. No obstante, si por otro lado, lo contrastamos con su contenido, sería improbable no hallarle justificación, ya que a lo largo de las más de doscientas páginas, el verdadero denominador común, en efecto, es la violencia, violencia sobre la que se nos advierte, desde las primeras líneas, "no se puede escapar, al menos no nosotros, los nacidos en Latinoamérica en la década de los cincuenta, los que rondábamos los veinte años cuando murió Salvador Allende",

Como los grandes cuentistas –Hemingway, Maupassant - Bolaño relata más por lo que oculta que por lo que desvela ("Hay cosas que se pueden contar", piensa M, "y hay cosas que no se pueden contar.") Tras esta técnica del ocultamiento, suerte de camuflaje, se disimulan los verdaderos temas de la obra.

Quien ingrese en el mundo de Putas asesinas ratificará la capacidad creadora de Roberto Bolaño en su convicción de escritor que no teme enfrentar los grandes temas literarios, tan extensos, complejos y problemáticos. Así pues, en convivencia con la violencia a la que refiero, volvemos a toparnos con los amores secretos («Días de 1978», «Vagabundo en Francia y Bélgica»), la amistad («El Ojo Silva», «Dentista»), la muerte («El retorno», «Putas asesinas» , «Prefiguración de Lalo Cura»), la soledad, la literatura, («Encuentro con Enrique Lihn », «Vagabundo en Francia y Bélgica», «Carnet de baile») el absurdo («Fotos»); tratados todos ellos bajo el aura del sueño latinoamericano, truncado y convertido en pesadilla. Muerto el boom y el realismo mágico, el tema de la pesadilla latinoamericana pervive en la nueva narrativa despojado de sustratos idílicos, provisto más bien de toda su crudeza e innegable inmundicia, la de la corrupción, el hambre, y la del exilio indefinido. Factor este último que a diferencia de los otros dos, contiene un aspecto positivo, el cosmopolitismo, de ahí que los problemas de B y otros protagonistas, en su mayoría chilenos exiliados en México D.F, Acapulco, Barcelona, París, no sean tales en tanto que exiliados, sino en tanto que hombres del mundo, puesto que derivan del desamparo y la confusión que, según Bataille, los burgueses no "pueden realmente disimular".

Esto explica la ironía, la sensualidad, el humor mordaz, lo onírico, y otras vías de escape tan frecuentes en esta obra, productos o deshechos – a propósito del fin de las ideologías- del escepticismo moderno, que tan pocas esperanzas le depara a la humanidad y al que son tan proclives los jóvenes de hoy.

El Ojo Silva tratará en vano de huir de la marginación en el Distrito Federal, donde sus compatriotas lo tachan de "invertido" porque "al menos de cintura para abajo" eran "exactamente igual que la gente de derecha que en aquel tiempo se enseñoreaba en Chile". Encontrará otra violencia más tangible transformada en ineludible destino.

«Últimos atardeceres en la tierra» narra una peripecia vacacional padre – hijo, y el mundo que, trasuntado en infierno, los divide en "unas horas que B llamaría aburrimiento, pero que ahora llamaría desastre, un desastre peculiar, un desastre que por encima de todo aleja a B de su padre".

En «Días de 1978» se habla del rencor y de la suerte que corren los amores secretos en medio de una desgracia inminente. "Aquí debería acabar el relato", señala el protagonista "pero la vida es un poco más dura que la literatura."

Por otro lado «Vagabundo en Francia y Bélgica», - a mí parecer el cuento más logrado-, mezcla literatura y vida, en el sentido que los fetichismos que provoca en algunos la primera pueden revestir de pretextos la segunda y enmascarar así intenciones inconfesables. Tal vez se trate de deseos oscuros y del empecinamiento con que, en ocasiones, nos hacen ver lo que queremos; como la correspondencia en el objeto que los ocasiona. ¿Marchará B de París a Bruselas motivado por una publicación erudita o por una señal que andaba esperando? "¿Una señal de qué? Lo ignora. Una señal terrible en todo caso."

«Prefiguración de Lalo Cura» recuerda la excelente película La virgen de los sicarios, no tanto por su tratamiento, aquí edulcorado con un humor corrosivo, sino por la realidad retratada, la del negocio del sexo y la droga en la Colombia de los cárteles.

«Buba» es un cuento sobre el absurdo en "la ciudad del sentido común", sobre el humor resultante de esta paradoja. Y así como «Funes el memorioso», según Borges, "es una larga metáfora sobre el insomnio", «Fotos» lo es sobre la inutilidad de la información despojada de formación.

Putas asesinas deja un sabor extraño, agridulce, múltiples imágenes de ciudades, un cúmulo de sensaciones y la vaga idea de que los cuentos se parecen entre sí, tanto como a los cuentos de Ramírez, personaje de «Dentista» y especie de prodigio literario: "el argumento daba un giro y se pulverizaba a sí mismo, el cuento se convertía en una historia sobre el fantasma de un pedagogo encerrado en una botella, y también en una historia sobre la libertad individual y aparecían otros personajes, dos merolicos más bien canallas, una veinteañera drogadicta, un coche inútil abandonado en la carretera que servía de casa a un tipo que leía un libro de Sade. Y todo en un cuento". Ernesto Escobar Ulloa (espergesia@mixmail.com)

 

Roberto Bolaño (Santiago de Chile, 1953), narrador y poeta, ha publicado, en Anagrama, el libro de cuentos Llamadas telefónicas y las novelas Estrella distante, Monsieur Pain, Amuleto, Nocturno de Chile y Los detectives salvajes (Premio Herralde de Novela y Premio Rómulo Gallegos), y en El Acantilado, Tres (Barcelona, 2000; véase nuestro número 21). Su obra se ha traducido, entre otras lenguas, al alemán, italiano, francés, inglés, portugués, sueco, griego, noruego y danés.

 

****************

Mezcla de géneros para combatir la banalidad

Portada Las ombra del vientoCarlos Ruiz Zafón, La sombra del viento, Barcelona, Planeta, 2001

por Fernando Hervás

La sombra del viento es una novela ambiciosa. Por sus casi seiscientas páginas pero también por su trama complicada, por su ambientación histórica, por su construcción densa. Narra la crisis de un adolescente que se inicia en los mundos de la literatura y el amor. A pesar de las apariencias, no se trata de la típica novela de añoranza de la juventud y de lo importantes que son los libros leídos en esa etapa. Con maestría, Ruiz Zafón logra trascender lo tópico de los temas en la novela contemporánea y los recelos del lector para imponer las leyes del relato y de un estilo que tiende a acentuar los aspectos trágicos de la historia:

"Las calles aún languidecían entre neblinas y serenos cuando salimos al portal. Las farolas de las Ramblas dibujaban una avenida de vapor, parpadeando al tiempo que la ciudad se desperezaba y se desprendía de su disfraz de acuarela. Al llegar a la calle Arco del Teatro nos aventuramos camino del Raval bajo la arcada que prometía una bóveda de bruma azul. Seguí a mi padre a través de aquel camino angosto, más cicatriz que calle, hasta que el reluz de la Rambla se perdió a nuestras espaldas. La claridad del amanecer se filtraba desde balcones y cornisas en soplos de luz sesgada que no llegaban a rozar el suelo. Finalmente, mi padre se detuvo frente a un portón de madera labrada ennegrecido por el tiempo y la humedad. Frente a nosotros se alzaba lo que me pareció el cadáver abandonado de un palacio, o un museo de ecos y sombras."

El personaje, Daniel Semper, es conducido por su padre a un misterioso almacén de Libros Olvidados donde descubre la novela La sombra del viento, de un tan Julián Carax. Empieza así una investigación en busca de un escritor desconocido cuyos pasos parten del Modernismo y conducen al trágico verano del 36. La investigación se lleva a cabo unos años más tarde, en la Barcelona de posguerra entre 1945 y 1955. Se trata, de todos modos, de una Barcelona más literaria que real. Mas deudora del humorístico Eduardo Mendoza de El misterio de la cripta embrujada que de la triste Barcelona de aquellos años.

Ruiz Zafón mezcla en esta novela distintos géneros como la comedia, la novela histórica, la intriga y la tragicomedia amorosa en una vertiente realista de misterio. Desde el comienzo de esta obra hasta el final, el autor mantiene al lector en un estado continuo de intriga y suspense. Los personajes femeninos de la novela, Clara Barceló, Penélope Aldaya, Beatriz Aguilar, Nuria Montfort, etc., transportan al personaje por un laberinto de secretos e intrigas que lo protegen y separan del recuerdo freudiano, omnipresente en la obra, de la madre muerta durante la infancia. Los personajes masculinos, en cambio, dan la sensación de que acorralan a Daniel Semper entre la modesta librería de lance de su padre de la Calle Santa Ana y un futuro que no considera suyo. El sintecho reciclado y locuaz Fermín Romero de Torres, el satánico Laín Coubert, a su vez personaje de la novela de Carax reaparecido en la obra de Ruiz Zafón como el Beltenebros del Amadis y El Quijote, el bibliófilo Gustavo Barceló o el brutal policia Javier Fumero. Todos capaces de sorprender de manera convincente y todos retratados con marcado talento por el narrador. Todos deudores, también, de la gran tradición de la novela decimonónica posterior a Victor Hugo cuya pluma estilográfica aparece en la novela en manos tanto de Julian Carax como de Daniel Semper.

Se trata pues de una novela ambiciosa pero lograda. Incluso en los momentos en los que la narración parece demasiado ampliada, como en las fotografías de calidad el grano resultante a la excesiva ampliación no deja de añadir una nueva fuerza estética. Finalista del Premio Fernando Lara, La sombra del viento, es una tragedia amorosa y, al mismo tiempo, un ejemplo de pasión por la ficción clásica en una época de ficciones televisivas. Como señala el autor en una entrevista publicada en ABC, "gran parte de la ficción actual es pura pose: relatos cortos disfrazados de novela con cuerpo de letra grueso y muchos espacios en blanco; personajes poco trabajados que entran y salen como en un programa de televisión". Una novela, desde luego, que ayuda frente a esa banalidad a recuperar el gusto por la ficción. Fernando Hervás

Carlos Ruiz Zafón (Barcelona, 1964), estudió en el colegio de los Jesuitas de Sarria y encaminó su vida profesional hacia la publicidad. En 1993 ganó el Premio Edebé de Novela Juvenil con El príncipe de la niebla. Desde entonces ha publicado las novelas El palacio de la medianoche, Las luces de septiembre y Marina. Actualmente reside en Los Ángeles, donde desde hace ocho años escribe guiones cinematográficos. Sus obras han sido editadas en seis idiomas.

 

****************

Poe

Nace una nueva colección de narrativa breve: Cinco cuentos de mujeres, de Edgar Allan Poe
                                  y
El velo negro del ministro y otros cuentos,
de Nathaniel Hawthorne

por Eugenio Sorzano

Enrique Vila-Matas, parafraseando a Melville, ha escrito que «lo mejor de los cuentos de Nathaniel Hawthorne era el hecho de que éstos estuvieran siempre sometidos al "gran poder de la negrura", ese lado nocturno y casi demoníaco que existe también en el propio Melville y en Poe, es decir, en los tres grandes fundadores de la narración norteamericana». En la estela marcada por esos grandes iniciadores del relato corto moderno, la editorial Sirpus ha creado la colección Benteveo que, además de acercar al lector a los mejores textos de la narrativa breve moderna, permite, por sus especiales características tipográficas, diseño claro y cuerpo de letra grande, una lectura más cómoda a todos aquellos que tengan vista cansada u otras dificultades de visión; características tipográficas éstas poco frecuentes en nuestro país, pero mucho más comunes en otros países de nuestro entorno.

HawthorneLos dos primeros títulos de la colección que acaba de aparecer son: El velo negro del ministro y otros cuentos de Nathaniel Hawthorne, y Cinco cuentos de mujeres de Edgar Allan Poe. Para su presentación se ha contado con dos escritores de excepción —Enrique Vila Matas y Gonzalo Suárez, respectivamente— que, conocedores de la obra de estos autores, han seleccionado desde un criterio personal y nada académico algunos de sus mejores cuentos, y los han precedido de una breve nota introductoria. Es importante hacer también referencia a la traducción ya que en ambos casos es magnífica. La traducción de Poe es la que en su día realizó Julio Cortázar, la de Hawthorne está firmada por el escritor y traductor peruano Luis Loayza.

Amigo de Herman Melville, el cual le dedicó su genial Moby Dick, y admirado por Edgar Allan Poe, quien dijo de él que era uno de los pocos hombres de genio indiscutible de su tiempo, Nathaniel Hawthorne ha gozado de mucha menos fama que otros grandes de la narración norteamericana del siglo XIX. Sin embargo, y aunque conocido por sus novelas La letra escarlata y La casa de los siete tejados, Hawthorne es, sin lugar a dudas, uno de los grandes maestros del cuento moderno, de los que publicó más de un centenar, recogidos en varias colecciones, algunas, como Twice-Told Tales o The Snow Image, singularmente celebradas por los amantes del relato corto.

Enrique Vila-Matas selecciona tres cuentos de Hawthorne —tres auténticas joyas de la narrativa breve— de la primera de las colecciones citadas. Sus títulos son: «El velo negro del ministro», «Wakefield» y «El experimento del Dr. Heidegger». «Wakefield» es sin duda el cuento más famoso del escritor norteamericano y, en palabras del propio Vila-Matas «uno de los mejores relatos que se han escrito nunca». Sin embargo, el autor de El viaje vertical ha preferido encabezar esta selección con el título de un cuento mucho menos conocido —El velo negro del ministro— por ser probablemente más representativo, en cambio, de ese lado nocturno y demoníaco al que nos hemos referido al principio de estas líneas, pues, como afirma Enrique Vila-Matas, «hay en él una tensión feroz por parte de quien lo escribe a sangre y fuego, de quien lo escribe como si estuviera siendo torturado por alguien que quisiera escuchar del autor del cuento una confesión pagana, inconfesable».

La figura de Edgar Allan Poe, a la que la colección Benteveo dedica su segundo volumen, no necesita, como es obvio, que nos demoremos aquí en su presentación. Su obra significa la transformación del relato breve —género que a partir de él alcanza una dimensión literaria nueva— y la admiración que suscita no ha cesado desde que los simbolistas franceses lo descubrieran y Mallarmé lo declarara «el príncipe espiritual de la época».

Son muchas las antologías que se han hecho de los cuentos del gran narrador norteamericano. A pesar de ello, Gonzalo Suárez consigue que su selección permita una nueva perspectiva desde la que abordar su lectura. Suárez parte para ello de un original enfoque, seleccionando sólo aquellos cuentos en los que el protagonismo es de la mujer. Partiendo de la pregunta «¿qué lugar ocupa la mujer en los cuentos de Poe?» —ardua cuestión nacida en el recuerdo de una hilarante conversación con Ray Bradbury que el autor mantuvo a finales de los años setenta y que evoca en su nota introductoria— Suárez selecciona cinco cuentos de protagonista femenino y, no contento con ello, le da al libro una estructura circular en la que la desdicha y el trágico destino de personajes como Berenice o Eleonora, vienen enmarcados por la presencia de una mujer «deliciosamente diferente de todas las demás»: la Signora Psyche Zenobia, a quien Gonzalo Suárez reserva el privilegio de abrir y cerrar este excelente volumen, y que nos permite acceder también a un Poe mucho menos conocido: al escritor satírico que con un extraordinario sentido del humor es capaz de ridiculizarlo todo, empezando por sí mismo. Eugenio Sorzano

© 2001 The Barcelona Review

Estos textos no pueden reproducirse ni archivarse sin permiso del autor y/o The Barcelona Review. Rogamos lean las condiciones de uso.

navegación:    

  número 27  noviembre - diciembre 2001 

-Narrativa

Patricia Duncker: Antes muerta que mancillada
James Carlos Blake: La vida loca
Sergi Pàmies: Cobertura
Patricia Suárez: Francotirador

-Ensayo

Juan Villoro: Monterroso: el jardín razonado

-Poesía Barcelona, mujeres poetas: Rosa Lentini
-Quiz Julio Cortázar

-Reseñas

Roberto Bolaño, Carlos Ruiz-Zafón, Poe y Hawthorne
-Secciones
  fijas
Breves críticas (en inglés)
Ediciones anteriores
Entrega de textos
Audio
Enlaces (Links)

www.BarcelonaReview.com  índice | inglés | catalan | francés | audio | e-m@il