De El Rojo Uccello (1996)
Agosto 3
Después
"¿Lloraría Kafka?", preguntó, mirándose
mientras se vestía, cada vez más triste, perdiendo para sí el aura del despojo, la irradiación de su cuer-po ofrecido a la voracidad
intermitente, entre la nada y el corte, el primer brote en la rama vacía de los árboles. Verde nuevo
Sueño 1
El está enfermo y va a casa de ella. Yo miro a través de la ventana: están con el hijo, en el interior de la casa. El sueño me enfoca junto al marco: sostenida en el vacío atisbo la vida allí, en ese cuadro. Me escondo para no ser vista.
Octubre 2
La flor del paraíso. Ramito de flores pequeñas, frágiles. Cerrados los pétalos alrededor de un cilindro central, fino y alargado, su color va desde el blanco de la base hacia el lila que poseyeron; en el plano interior ahora ofreciéndose hacia afuera se muestran blancos. En la parte media, el cilindro central concentra un color violeta corriéndose hacia el morado hacia la punta abierta en múltiples gajitos blancos o amarillos. El olor es denso y suave al mismo tiempo, fragante, como tu voz.
De lejos se percibe una flor aireada, intermitente, de colores matizados y en fuga y concentración. Una flor en movimiento, pequeños mutantes que titilan en la fuerte estructura del árbol. Llegan en octubre y las calles de Buenos Aires huelen fugazmente a tierra: eco de voces mínimas, el aire de las niñas habitantes de las zanjas.
Reciben el peso frágil de la flor del paraíso en primavera.
De Enero (1996)
Desoladas
El desapego de las hojas
como un resto
en el aire cerrado del cielo:
-mienten las chicharras-
y el cuerpo se perturba
si piensa el frío
tan cercano.
Mover la cabeza
frente a la bruma de un mar
distancia líquida
en la punta de la lengua
adormecida
(ella no respira bien:
aire: necesito aire)
vuelve
en la yema de los dedos
deshilvanada
(el pecho: esa vasta extensión
desolada, sube y baja
¿respira?
El padre no está
-seguro-
eso pregunta)
y ahí se queda
equivocándose
imperturbable
los cuerpos no saben
que la orilla es solo
espuma
en la tarde casi abrigada
ya
el fin del verano.
El silencio
sobre el cielo escribe
su pálido fuego
si vibra la luz
suena cae
sin reservas
sobre el rumor de los tilos
Velados
Estar muerta
se parece a la gasa
del pañuelo rosa té
velado sobre los apuntes
de mi cara,
una mariposa apagada
mi voz
en la ausencia de roce
mientras toco la luz que cae
y el amarillo se disuelve
opacamente
en el fondo verde oscuro
del cuarto,
en otro lugar.
Lisos
Nado
en la expansión suspendida
la flor del paraíso
brazadas en el cielo
sin orillas de noviembre
Derivas
Voy
erguida mirando el agua
deslizarse
y la espuma contra la madera
arma y desarma
escenas de microscópico encaje
a la deriva
alta la cabeza y los ojos prendidos
al rumor infantil de los insectos
en la costa
al sueño de luz que enciende el cielo
cuando la boca del estuario se abre
hacia la promesa del mar
la verde y húmeda
limpia extensión de su mirada.
Nacimientos
cuando llega
es otro nacimiento:
en el cielo
contra la luz que se hace rosada
la oscuridad crece suavemente
desde el horizonte
lenta una lámina blanca
se expande y se extingue
cuando el silencio cae
como la seda
la voz de los insectos
se lustra sobre el verde
se apaga el oasis
iridiscente respira
la humedad de olores
sueltos en el aire
de la primera sombra.
De Olivos (2002)
ha llegado el viento
aunque este otoño
será más cálido,
dicen las noticias:
un cielo pálido
raspa viejas heridas
las nuevas a la espera
se abren frescas
vívidas.
¿se beberá el dolor
aquí
sin esa boca
en el color fuerte
de la Santa Rita
cayendo sin pausa
sobre los tapiales
de Olivos
y Entre Ríos
y la Villa Recchi
y aquella esquina
con el muro doblado
en glicinas
de la Roma de Pasolini,
florecida
siempre más allá
de cada puntual primavera?
recién casada
a quien Sue Weller visitó en Londres
y encontró “deambulando por la casa
con la cara arrasada en lágrimas”
Mariela la chica de 15 años que vino
de Entre Ríos a trabajar con la familia
y yo encontré a las 9 de la mañana
la mano en la esponja llena de
CIF y lavandina
lavando el baño
con la cara arrasada en lágrimas
yo misma cuando bajaba
los escalones del hall del edificio
sobre la calle Maipú
y encontré a mi hermana
que venía a visitarme ella
me vio herida saliendo
con la cara arrasada en lágrimas
hablándome a ciegas
con cierto temblor compasivo
supo enseguida todo el cuadro:
el dolor final de no haber
nacido para eso
miniaturas
dos amigas sentadas en la galería que mira al sudeste conversan en el calor de diciembre, sube al juego verde y bordó de los mosaicos del piso en plano inclinado el perfil de sus voces: reviven las cosas que el año les trajo (ella no podía tragar y ella no se atrevía a decir)- contra el tapial hacia la izquierda el laurel blanco algo enfermo al que le cuesta florecer su pétalo ya casi transparente- hacia el fondo el esplendor de luna del jazmín que ha sido plantado unos meses atrás y rebosa perfumado: ese aire incansable de la noche de verano
De Amnesia (2010)
Barrio 0
el amarillo abierto el hueco de la memoria el comedor diario la cercana hamacándose en la silla de madera pintada de blanco alrededor de una mesa diaria ¿la cocina? hamacándose para atrás sin hacer caso a la advertencia ¿materna? ¿fraterna?
hasta la caída el tajo en la cabeza hospital el regalo de una muñeca por ser tan estoica siempre la cercana cosida la cabeza el dedo la uña el ojo pinchada por las vacunas y toda clase de inyecciones operaciones o dolor después el desmayo: en temida escena imaginada de chiquita –dicen- la ducha de agua fría única forma de calmarle los berrinches
en blanco el juego jugado en el cuarto de planchar robado
hueco del olvido
cuando sentados todos en la mesa larga el primo mayor negado a comer los tallarines ya servidos en el plato –dicen- el revólver su arma reglamentaria con mano firme puesta sobre la mesa junto a los cubiertos
esa imagen ausente en la memoria sólo el miedo provocado por el relato repetido indecisa entre esa exhibición de violencia y otras sensaciones benignas llegadas desde esa misma figura otra clase de enigma otro hueco en las capas profundas de lo arcaico
aprender a nadar en el arroyo del Balneario: maestro con destreza deportiva seguro en el agua marrón mientras la
llanta de goma negra aferrada en rústico salvavidas: estilo crawl estilo pecho aprender suavemente el deleite de sos-tenerse en el agua el movimiento sedoso detener el tiem-
po bracear avanzar con brazos y piernas mientras la espu-
ma quebrada a cada lado espejada la otra punta de la ori-
lla un brillante papel de chocolate
doble la soledad clavada al llegar la primera sangre menstrual- la luz por la ventanita del baño sobre los fríos azulejos verdes foco hasta la sangre manchada la bombacha rosa de los 11- nada sabido o escuchado antes sobre eso aterrorizada buscar refugio en la mayor de 17 años escasos : le pasa a todas las mujeres le pasa a todas las mujeres le pasa a todas las mujeres a todas esperar luego qué en el regreso esa noche en la estación de servicio de libertador qué del abrazo el afecto anhelado sabido agujereado años después como dice el verso de Dylan if everything is as hollow as it seems
* if everything is as hollow as it seems: si todo es tan agujero como parece (Trying to get to heaven)
el problema es el secreto defender la oscuridad velada – privada dicen - hay que proteger del saber: entonces no decir negar quizás qué causa profunda en esa doble resis- interna externa: aislada en la batalla creer en cambio – con Freud con Dolto- en la potencia sanadora de la palabra para erguirse enteros para poder olvidar sobre lo sabido antes sepultado: por eso sola ante tan profunda continuada herida no hay elección sola minuciosa investi- gar leer la teoría desanudar el sedimento la raíz enterrada sacarla en la letra al sol secar la sola sangre para poder comprender para poder al fin seguir desligada
I see my light come shining
From the west unto the east.
Any day now, any day now,
I shall be released
*Veo mi luz llegar brillando/ de oeste a este./ Un día de éstos, un día de éstos / seré liberado (Bob Dylan, I shall be released)
© Delfina Muschietti 2010
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Biografía:
Delfina Muschietti
Poeta, crítica, traductora, profesora en la Universidad de Buenos Aires. Dirige desde el 2001 el Programa “Poesía y Traducción”(UBA). Obtuvo la Beca Fundación Antorchas para las Artes 2000 (ensayo sobre poesía), la Beca Simon Guggenheim Foundation of New York (Poetry) 2002-2003; la Beca Alban de la Unión Europea, 2004.
Ha publicado en poesía: Los pasos de Zoe, Caracas, 1993; El Rojo Uccello, Buenos Aires, 1996; Enero, Buenos Aires, 1999; Olivos, Buenos Aires, 2002: Amnesia, Buenos Aires, 2010. Su poesía ha sido traducida al inglés, italiano, francés y sueco.
En traducción: La mejor juventud, Antología de Pier Paolo Pasolini, Buenos Aires, 1996; reeditado como Poemas en Barcelona, 1999; Poemas de Attilio Bertolucci, New York, 2004: Impromptu de Amelia Rosselli, New York, 2004; Después de todo también tú, de Alda Merini,Bahía Blanca, Vox, 2007; Clínica del abandono, de Alda Merini, Bajo la luna, 2008. Prepara para la editorial Colihue de Buenos Aires, una Antología traducida de poemas de Emily Dickinson.
Ensayo: además de numerosos artículos sobre poesía argentina moderna y comparada, es curadora de las Obras Completas de Alfonsina Storni para la Editorial Losada de Buenos Aires, tomo I y II, 2000-2002. Se halla en prensa en la editorial Bajo la luna de Buenos Aires el volumen conjunto bajo su dirección Traducir poesía, la tarea de repetir en otra lengua.