Poemas de
Edith Lomovasky-Goel
De Anfibia (2017)
Ser anfibia
Moverse con soltura
entre las aguas
Entre el cielo
y el viento de la aurora
Desplazarse hacia más allá de las costuras
Pisar el sendero innombrable y audaz
y ser
por derecho propio
el único hogar de nuestras ansias.
Vivir
más allá de lo palpable
Alzar los ojos
Chocar con un relámpago en los párpados
Emprender una súbita canción en los sótanos
Iluminar la capa opaca de la piel
con un toque de sílice
Sobrevivir otra nueva colisión
El aplastamiento entre dos puertas mecánicas
desgarra mi textura íntima
Zafo
Escapo velozmente
a una velocidad contraria.
Mi piel entera sonríe
Aquí
Ahora
Aún
De Cuerpo mediterráneo (2009)
Esto es una prisión
de muros invisibles
que marca el paso de las horas
Es una marcha
de juventudes tiesas
y de un violeta turbio.
La madera sirve
para ocultar la luz
Para renegar de nuestros huesos.
No quiero más anécdotas heroicas
Quiero recuperar
el césped en el césped
la arena en las arenas
la brújula
el éxtasis
el rubí en el fondo de las copas.
Qué condena
estas piernas sin alma
estos ojos sin risa
esta larga procesión de brazos
tanteando hacia la luz.
Cuántas voces implorando
Bilaadi*
Moledet*
hacia la voracidad de nuestras tumbas.
*patria en árabe y en hebreo.
A mí me importan
poco y nada el heroismo oficial
ni las batallas con diamantes
en los mapas.
A mí no me entristecen
las medallas oxidadas
en el desván de nuestro llanto.
Lo que cuenta de veras
en esta noche de ceremonia y cartón
tampoco es la bandera
ni las listas
ni los nombres
(todos los nombres son iguales
y son uno)
Porque siempre
un solo nombre
nos arranca el corazón
y nos acuna.
---------------------- Si un rayo cayese
en la mitad de este mensaje
mi mar olvidaría
su destinatario
aún feliz
Al borde del vacío
las teclas
vuelven
Los ángeles descascarados
protegen los peldaños
Pero el pie
se arrepiente de los cielos
Y yo al caer
arriesgo
la más profunda de mis lenguas
Imagino una burka
negándome el fulgor en las rodillas
Me imagino devorando
todas las hostias
repitiendo hasta el cansancio
el antiguo testamento
un versículo
una letra
que no siento en el cuerpo
ni en las colinas de mi casa
Imagino un mar de trigo
Espero inútilmente
una nieve
una fe indestructible
Al darme cuenta del hueco
que ocupan esas cosas
pronuncio todo
como una descarga de fusil
sin blanco

Taiélet*
El excelente servicio de las mozas
dejaba caer
una
sola
y
perfecta
sonrisa
en la explanada.
El escenario marino
borra
mi lejanía secreta.
Balcón de verano.
Lona roja.
Luna blanca.
Opacos
estrellados
los cuerpos se deslizan
bajo esta rugosa
paz mediterránea.
* Taiélet: paseo marítimo en Tel Aviv.

Imperativo
En las vísperas de un cielo incierto
Hora cero
Escápate
Cruza todas las calles.
Hasta que el mar te sorprenda
con su espesura amnésica .
Olvídate
Refúgiate en el duelo
Pronuncia gritos de metralla
Provoca el silencio
Defiende tus veinte uñas
de la inminencia de los frentes
No le creas
al sosiego
después de las esquirlas.
Ríete
Aprópiate del rojo
Del ojo
De tu vejez de todas las vejeces del ser prematuro del ciudadano anónimo que se arrepiente en tus entrañas de aquella muchacha que muere por bailar desnuda y sorpresiva en las plazas del sueño agótate en este desayuno inmediato no escuches las sirenas no envuelvas tu cuarto de un polietileno bobo
No cierres tu ventana
No hermetices tus señales en el humo
No hay defensa pasiva eres el campo la batalla los supervivientes se amontonan en tus sienes y mueren aplastados
salvo uno
salvo todos los que siguen estrellándose en tu rostro
y no pueden
escapar
abandonar
restregarse en los escotes
cantar las buenas nuevas
No las hay
No habrá bueyes perdidos
ni los restos de un llamado de atención
ni nada parecido a un viejo Santa Klaus
Ni tampoco inventemos profecías porque Nostradamus nunca existió ni se imaginó estos refugios ni estos cielos ni esta defensa pasiva ni este día gris de mensajes hartos de su propia monotonía qué sobrevivientes somos qué poca pena nada de gloria se acabaron las batallas
No habra salvataje
y el paisaje será
por fin
lo que siempre debió ser:
una simple
línea
horizontal.
No te escondas
Quédate
Con el aire azul filtrándote las suelas
Y si tu muerte es convencional o biológica la cena de hoy es la misma
la carne es la misma
el vaso de agua y la sal te los paso igual antes de eso que tiene que pasar de una vez
Disfraza los uniformes
de lentejuelas grises
para que una columna de temblor intermitente
abandone rítmicamente la cúpula del cuerpo.
Ajústate la máscara
Ensaya tu asfixia.
Agujerea con las uñas propias tu máscara
las máscaras de tus allegados
Los celulares repiten
el naufragio
Menos mal
que otras voces
cruzan
esa línea entrecortada
esa línea imperceptible que todavía nos repite que todo sigue igual.
Prepara tus nalgas
al antídoto.
Escapa.
Reza.
No reces.
Permítele al viento
desplomarse entre tus senos
hasta la reencarnación
Hasta que tu sed
persista.
© Edith Lomovasky- Goel
Nací en Adrogué, Pcia de Buenos Aires, Argentina en 1952, de familia judía que emigró de Rusia a principios del siglo XX a consecuencia de pogroms, pobreza e injusticia social.
Emigré con mi familia a Israel siendo muy joven. Aquí estudié en la Universidad Hebrea de Jerusalem, graduada en Estudios Hispánicos y Lationamericanos. Viví en Florencia, Italia donde estudié Artes plásticas en la Academia de Bellas Artes.
Soy profesora de español para hebreoparlantes, Master en Educación Linguística y educadora de varias generaciones de docentes.
Soy autora de 14 poemarios en español, 3 en hebreo y dos en tres lenguas- inglés- español -. Ampliamente traducida, publicada y galardonada. Presidí la Asociación Israelí de Escritores en Español. Traduzco poesía del inglés y hebreo a español.
He creado iniciativas literarias como un espacio internacional de Memoria y Migración, Literaturas y Periferias y el Centro internacional de Traducción Poética Recíproca.
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