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índex català      enero - febrero 2006   n° 51

MendozaEntrevista a Eduardo Mendoza
Por Ernesto Escobar Ulloa

“Los hombres ven la sexualidad como una performance.”

Eduardo Mendoza (Lima, 1975) tiene en su haber el mediometraje TQ 1992 , y los cortos Una sola vez más y 303 , este último Premio de la Crítica en el XV Festival de Cortometrajes de Sao Paulo 2004. Su primera película, Mañana te cuento , estrenada en Lima en junio de 2005, obtuvo un notable éxito de taquilla, aunque en el seno de la crítica, como era de esperarse con un filme que recuerda los años provocadores de Almodóvar, despertó pasiones encontradas. La trama es muy sencilla, unos adolescentes de la clase alta limeña deciden pasar la noche con unas meretrices. Las lecturas, sin embargo, son múltiples y en cualquiera de los casos, saludables, tanto para el cine peruano como para la mentalidad de un país ultra conservador y machista. 303 y Mañana te cuento fueron seleccionadas para participar en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, el pasado mes de diciembre. Eduardo Mendoza me recibió en su austero departamento de Miraflores, aquí un extracto de aquella conversación.

TBR: ¿Cuánto tiempo te tomó hacer Mañana te cuento ?
EM:
Yo tenía un guión que se llamaba El baile de los que sobran. Estuve dos años tratando de conseguir financiamiento y la película estuvo a punto de hacerse dos o tres veces pero se cayó. Llegué a Inca Films, le presenté el guión al productor y aunque le gustó, era un guión con un presupuesto alto y dijo que era muy complicado. En ese lapso hicimos un cortometraje, 303 , al que le fue muy bien, ganó varios premios. A raíz de eso el productor me dice: si quieres yo te puedo hacer la película antes de la próxima de Lombardi, siempre y cuando sea una película de muy bajo presupuesto. Tomo la oferta y escribo en un mes el guión de Mañana te cuento y dos meses después estamos rodando.

TBR: ¿Tuviste una experiencia literaria previa? ¿Cuáles dirías que son las correspondencias y diferencias entre escribir un guión de cine y un texto literario?  
EM:
Estudié en la facultad de literatura en la Universidad Católica y en esa época escribía pequeños relatos, empecé a escribir una novela pero ya el cine me había ganado y la posibilidad de transformar estas historias en imágenes me parecía más sugerente. En ese tiempo ya escribía imaginándome los planos. Las correspondencias van por el lado del escritor que requiere creatividad y cierta sensibilidad, paciencia, agudeza, estar atento a ver las posibilidades de la historia, de ahí es de donde se puede sacar de la literatura. Ahora, por otro lado, un problema que a veces sucede cuando gente que escribe novelas hace guiones es que queda un guión muy literario, muy conversado, cosas que funcionan en una novela o en un cuento la mayoría de las veces no funcionan en una película. El cine tiene su propia gramática, básicamente estás contando una historia con imágenes y acciones, en ese sentido hay que tener mucho cuidado porque los diálogos tienen ya una imagen concreta en la que estás poniendo una serie de información, uno de los problemas puede ser que con un lenguaje muy literario se puede caer en un mensaje redundante, o que busca una especie de profundidad que hace la película muy densa.

TBR: Busca quizá un lenguaje más bello por eficiente.
EM:
Claro. Se puede producir esa misma belleza, esa misma poesía, pero teniendo muy en cuenta que los diálogos y el guión son sólo una parte del lenguaje cinematográfico.

TBR: En cuanto al lenguaje cinematográfico estrictamente qué directores te interesan.
EM:
A mí la verdad me gustan muchos tipos de directores, en términos de imagen me gusta Takeshi Kitano, Scorcesse, Kosturica, y de los clásicos Fellini.

TBR: ¿Hay una continuidad o una escisión entre la gente que está haciendo cine en el Perú ahora y los directores de antes?
EM:
El asunto está en que acá realmente no existe una industria del cine y tú no puedes saber realmente, más allá de Lombardi, el estilo de otros directores de su generación, que tienen cosas muy esporádicas. En cuanto a mí, no te podría hablar de un director que me haya influenciado fuera de Lombarda y sobre todo del Lombardi de los ochentas, Caídos del cielo , La Ciudad y los perros… Yo creo que más bien la generación de ahora está buscando referentes por todos lados.

TBR: Claro, las influencias pueden venir de afuera, quizá el mismo cine latinoamericano está dando sus propias grandes películas, antes creo que las buscábamos en otro sitio.
EM:
Claro, de hecho hay una gran movida en Argentina, el nuevo cine independiente argentino es un cine minimalista, ¿no?, no hay grandes tramas. En México tienes cosas espectaculares tipo Amores perros o Y tu mamá también que han funcionado muy bien en festivales.

TBR: Ahora que mencionas Y tu mamá también creo que tiene un parecido con tu película en el sentido de que todo comienza como una cuestión muy, vamos a decir, frívola, y acaba convirtiéndose en algo muy serio. En ese mañana de Mañana te cuento esos chicos van a dejar de ser chicos. Esa travesura que se han montado los va hacer madurar más que muchas cosas, porque los tres definitivamente van a camibar y van a cambiar mucho.
EM:
Claro, arranca como una travesura más, en la mayoría de los adolescentes el sexo es un tema prioritario y un contrapunto en su juego, y lo que terminan enfrentando,   difiere de lo que ellos imaginaban. Esa noche los marca tanto en su relación de amigos y en sus propios temas personales. Ahora bien, hay gente que me dice que hubiera preferido que toda la película sea como en la primera mitad y se preguntan: ¿por qué se traiciona y no continúa hasta el final como una comedia de adolescentes?

TBR: Pero una relato de adolescentes no queda siempre en eso, ni en cine ni en literatura, el objetivo es siempre representar un paso de la adolescencia a la adultez, sino qué sentido tendría, ¿no?
EM:
Exacto. Como tú dices, es algo que está presente en miles de novelas y películas. En Y tu mamá también, por ejemplo, ese viaje los marcó, lo van a tener presente siempre, todo lo que significó viajar con esa chica mayor que ellos fue determinante en sus vidas.

TBR: Además tiene un final casi como de denuncia, aquel desliz homosexual que tuvieron esos chicos en una sociedad menos machista quizá ni siquiera hubiera sido el final de la película.
EM:
Claro, en Holanda quizá les parecería algo exagerado, ¿por qué tanto drama, no?, en México, en cambio, lo es. Acá igual, por ejemplo, yo fui a ver mi película como cuatro veces a diferentes cines para ver la reacción de la gente, y estaba en esa parte en la que Milene Vázquez le dice al chico: “todas las mujeres fingimos un poquito”. Al lado había una pareja, y el chico le dice a la chica: “¿oye, y tú?” Acá no se conversa, hay un temor a discutir y hablar de la sexualidad.

TBR: Quizá se conversa mucho entre amigos pero no entre parejas.
EM:
Sí, a lo mejor. Algo que me ha parecido muy interesante de ver es que, después de los primeros 50 minutos en los que todo el mundo se mata de risa, cuando llegan las escenas de sexo, las chicas están más relajadas, pero los hombres están más nerviosos.

TBR: Los hombres quizá tienen más doble vida que las mujeres, hay cosas que se guardan.
EM:
Además los hombres ven la sexualidad como una performance , mientras las mujeres no, ellas no están a prueba, o los disfrutan más o menos o no lo disfrutan. Por eso las conversaciones de las chicas son mucho más sinceras y transparentes.

TBR: Hay una intención también de provocar, en el sentido de que tú estás haciendo una primera película y tratando el sexo como tema central.
EM:
Un poco. Pero hay que considerar otras cosas, por un lado está el hecho del contexto en el que yo estaba, el tipo de película que yo quería hacer. La película que yo quiero hacer en ese momento no era viable. Por otro lado también está el hecho de querer provocar no sólo en el sexo, sino en cuanto a las instituciones, la sociedad, que las uso para delinear el tipo de personajes.

TBR: Hace 25 años Almodóvar estaba haciendo más o menos lo mismo.
EM:
¿Sabes qué? Yo fui a editar la película a España y los editores con los que trabajaba me decían; “pues, tío, esto es Almodóvar de los ochenta, con humor pero también medio dramático.”

mendoza

TBR: ¿Qué esperas de aquí en adelante?
EM:
Lo que espero es seguir haciendo películas, espero que esta película me dé posibilidad de hacer mil tipos de películas diferentes, quiero estar abierto a las posibilidades de hacer muchos diferentes tipos.

TBR: Dentro de la industria del cine peruano ¿pasa algo, va dirigida hacia algo?
EM:
Mira, lo bueno es que ha aparecido una generación de cineastas alrededor de los treinta años. El problema es que siguen siendo esfuerzos aislados. El hecho de que yo haya dirigido una película con un tremendo éxito de taquilla no me asegura que yo vaya a hacer otra película, quizá me abre ciertas puertas o me ayude, pero en otro país, por ejemplo en Chile, si acá van 300.000 espectadores, allá irían 900.000, y un director que haga esto, tiene su siguiente película asegurada totalmente. Acá no. Ahora bien, la salida puede ser lograr coproducciones.

TBR: En cuanto a la dirección de los actores, ¿qué tal?
EM:
Yo no creo que haya un método de dirección que se tenga que aplicar a todos los actores, porque en primer lugar dirigir a un actor es comunicarle lo que tú quieres que haga en determinada escena. La sabiduría en un director consiste en usar el mejor medio, el mejor tono, la mejor manera de hacerle entender a la persona que es un actor lo que tú quieres que haga. Obviamente va a ser diferente que yo dirija a una mujer de cuarenta años que ha hecho 10 películas, a que dirija a cuatro chiquillos de colegio. En este caso lo que hicimos fue las primeras semanas coger el texto muy   libremente y lo que yo quería en el fondo, más allá del manejo del texto era que se volvieran amigos. Si tú no sentías que ellos eran amigos, la película no funcionara. Lo primero era que se conocieran, entonces hicimos los ensayos en mi habitación, estaban cerca, practicábamos con un solo guión, para que se lo pasaran. Ya en una segunda etapa pasamos ya al manejo del texto y en una tercera etapa era un poco volver al inicio pero ya en las calles.

TBR: ¿Qué crítica desfavorable para con tu película que hayas leído te has tomado como algo positivo que te pueda servir?
EM:
Hubiera hecho la transición de la comedia hacia el drama, creo que la hubiera con más drama, esa es alguna de las críticas a tener en cuenta. A mí ya me habían dicho sin embargo, que había gente que me iba a hacer leña. Mucha gente no tiene idea, suena a frase repetida, pero una película como esta que es baratísima, hecha en dos cuartos, en una gasolinera, en un par de calles y en un cerro, esta película que es tan barata, igual en cuestión de cámaras de luces de revelado de la ampliación de video a cine, de las copias, cada copia cuesta 2.000 dólares, para que este en 21 cines son 42.000 dólares, solo para que haya una copia, todo eso implica una cantidad de gente enorme y una cantidad de dinero enorme que lo está poniendo en riesgo gente que son empresarios, que no tienen por qué darte cien o ciento cincuenta mil dólares. Los críticos hablan con una libertad, como si uno pudiese decidir en todos los momentos y los procesos, hay muchísima gente que esta involucrada en la película con la cual tienes que negociar, es todo un tira y afloja. Por ejemplo yo, si quiero dedicarme a hacer películas densas, nadie acá va a soltar cien, doscientos mil dólares para hacer ese tipo de películas. Y a raíz de esto ¿qué?, ¿yo me paso quejándome diez años de mi vida por no poder hacer el tipo de película que quiero? No. Yo, dentro de las posibilidades que tengo, hago la mejor película que   puedo, y aspiro a tener un mayor control y mejores condiciones para una segunda película, o una tercera.

Ficha técnica

mañana te cuento (2005)

Perú. 90 minutos. Color.
Formato: 35 mm.
Director: Eduardo Mendoza
Producción: Gustavo Sánchez
Guión: Eduardo Mendoza
Intérpretes: Melania Urbina, Milene Vazquez, Angie Jibaja, Bruno Ascenzo, Oscar Beltrán, Jason Day, José Manuel Pelaez, Constanza Chaparro, Pierina Pirotta, Joselyn Edery, Sandra Vergara.

inca cine S.A.C.

© TBR 2006


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 enero - febrero 2006   n° 51

Narrativa

Juan Pablo Castro: Todos amamos a Freud
Esteban Lijalad: Las fosas
Uriel Garza: Una palabra

Camino Díaz: Doctor Frankenstein

Enrevista

Eduardo Mendoza

Poesía

Dante Bertini: Poemas
Daniel Najmías: El rap de Ceuta y Melilla

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