XI Jornadas Poéticas de la Associación Col.legial d’Escriptors de Catalunya
Como ha venido haciendo los últimos once años, la Asociación Colegial de Escritores de Cataluña celebró los día 17 y 18 de diciembre sus Jornadas Poéticas, este año con el título Poesía en tiempos de crisis y de guerra, una clara alusión a la dureza de los tiempos actuales y también al desarraigo y el exilio como elementos que han estado presentes en la literatura desde siempre.
Para inaugurar las Jornadas y desarrollar la lección inaugural se invitó al catedrático y traductor Carlos García Gual que disertó sobre “La Ilíada como obra inaugural de la poesía occidental y de la poesía de guerra”; la lección, amenísima, puso de manifiesto que en la citada obra tanto los guerreros como los enemigos son presentados con el mismo respeto: el enemigo es alguien próximo. Aparece la guerra también como un marco de vida, y la cólera y la compasión son los dos grandes temas de este libro. Como curiosidad apuntó el profesor García Gual que, mientras que la Odisea se traduce al castellano hacia 1580, hay que esperar hasta 1785 para leer la Ilíada en esta lengua. También criticó el canon que presenta Bloom en su canon ya que obvia la literatura grecolatina y presenta la Divina Comedia como la obra inicial de la literatura occidental.
En la posterior mesa redonda, la catedrática Rosa Navarro y Alfonso Alegre, experto en la obra de Juan Ramón Jiménez y director de la revista literaria Rosa cúbica, disertaron sobre el desarraigo como forma poética. Moderó Matías Néspolo. Para Rosa Navarro el desarraigo no aparece en la poesía hasta el siglo XIX, momento en que el yo real y el yo íntimo coinciden y se reflejan en las obras poéticas la subjetividad y los sentimientos heroicos. En la poesía épica, la lírica popular y la poesía renacentista no hay, según la conferenciante, verdadero sentimiento íntimo, sino literaturización temática.
Por su parte, Alfonso Alegre habló del exilio de los poetas del siglo XX en España. Para Alegre el desarraigo es inherente a la poesía moderna y considera una paradoja que tenga que ser así. La poesía vive en el desarraigo y si el poeta que no asume este hecho se auto-engaña. Todos los poetas que han sido decisivos en el desarrollo de la lírica española del siglo pasado fueron exiliados, reales como Juan Ramón Jiménez o Cernuda , o exiliados interiores como Valente.
La primera jornada se clausuró con una lectura de poesía a cargo de los poetas Teresa Shaw, Sonia Henández y Josep Antón Soldevila.
La segunda sesión se centró en el tema del exilio. Abrió la sesión el poeta y periodista David Castillo presentado por la también poeta Pura Salceda. Castillo trazó un recorrido por la poesía y la literatura del exilio de la guerra civil española y afirmó que las obras de estos autores expatriados constituyen el mejor retrato de esa época. Hay en ellos nostalgia, idealización de la tierra perdida y algo de incomprensión de la tierra de acogida. Francia y México fueron los lugares que acogieron a los refugiados españoles, como Antonio Machado, Cernuda o Bartra.
Moderó esta segunda sesión Blanca Ripoll, y la mesa participaron Rosa Delor y Enrique Granell, que disertaron sobre el exilio interior de los escritores que permanecieron en España en los años de la dictadura. Delor centró su participación en Salvador Espriu como exiliado interior, y Granell en Juan Eduardo Cirlot como exiliado vital.
Delor trazó un recorrido vital de las vivencias personales e intelectuales de Espriu y explicó que la guerra civil se inició un día después de que él finalizara sus estudios universitarios, por lo que el poeta mencionó este hecho como «el día en que me cambió el mundo». Desde ese momento Espriu se replegó en sí mismo y elaboró una obra basada en la cábala mediante la cual expresó todo lo que sentía y toda la realidad surgida de la guerra civil.
Por su parte, Granell describió el recorrido personal e intelectual de Cirlot, al que calificó de uno de los primeros artistas de la modernidad, ya que cultivó la poesía, la música y la crítica de arte. Renunció a que lo publicaran editoriales comerciales, y él mismo pagaba sus ediciones, que regalaba a sus amigos, como también hizo Foix. Cirlot, huyendo de la vida gris de la dictadura, volvió la vista hacia el mundo medieval, evitando de paso las tendencias garcilasistas de la poesía de posguerra.
Se cerró la sesión con la lectura de los poemas de, Ambrosio Gallego y Dolors Millat y de quien firma esta crónica, presentados por la escritora Ada Castells.
© Mª Cinta Montagut para TBR 2013
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