- Breve
extensión, a la que se adaptan los límites temporales y la temática.
- Argumento esquemático que reproduce un suceso
significativo y excepcional.
- Función de símbolo que va más allá de la anécdota.
- Tensión sin cortes, que obliga a leerlo de una vez.
- Estructura cerrada.
- Anonimia.
- Transmisión oral a lo largo del tiempo.
- Diferentes versiones con un fondo común.
- Carácter viajero por el tiempo, el espacio y las
diferentes culturas.
- Estructura imprecisa.
- Estilo breve y sencillo, sin grandes descripciones.
En cuanto a su clasificación, aunque resulta difícil hablar de los diferentes tipos
que existen, sí está claro que en la Edad Media se tendió a enfocar el cuento según su
didactismo, lo que sin duda aporta cierta unidad al género.
En este sentido, una idea que facilita la aparición de un
mismo cuento en distintos lugares es la moral genérica intrínseca a él, que se adapta a
todas las religiones e ideologías.
Esta idea de transmisión universal es la que más llama
nuestro interés ya que nos permite pensar en un vínculo interracial e intercontinental a
través de la literatura y la expresión cultural mediante los cuentos populares.
Pervivencia y expansión
La mayoría de los cuentos medievales tienen un claro origen oriental.
La primera colección de cuentos de la Edad Media española
es la Disciplina Clericalis, del siglo XII, escrita en latín por Pedro Alfonso, y
por ello muy difundida en Europa. Dentro de esta obra hay diferentes temas cuya
pervivencia es, en ciertos casos, extraordinaria. Los relatos de "El medio
amigo" y "El amigo íntegro" reaparecen, como veremos, en El Conde
Lucanor, El caballero Zifar y los Castigos del rey don Sancho IV.
Oralidad y variación son dos características propias
del cuento medieval que se complementan. Muestran la importancia de la voz oral en la
transmisión de este tipo de literatura y, lo que es más importante, su pervivencia a lo
largo del tiempo, a pesar de la variedad de obstáculos que se le han presentado en su
trajinar hasta nuestros días. Así pues, dado que la esencia del cuento es el acto de
contar por parte de un narrador ante un auditorio, esto hace que se extienda pasando de
boca en boca, sufriendo así variaciones que no afectan al tema, pero que sí introducen o
eliminan ciertos matices.
El medio amigo
Entramos ahora en la parte más interesante de este artículo, que no es otra que la
de presentar un nuevo paralelo de esta temática, recogido en este caso en Guinea
Ecuatorial.
La prueba de amistad es uno de los cuentos de origen
oriental más conocidos del folklore universal.
En la literatura española aparece en los Castigos del
rey don Sancho IV, en el Libro de los exemplos, en El libro del caballero
Zifar, en El espéculo de los legos y en El conde Lucanor entre otros.
Thompson indica: "Los amigos no fiables.
(El medio amigo). Un hombre mata a un cerdo. Les dice a sus amigos que ha matado a un
hombre y pregunta dónde puede enterrar el cadáver. Lo ahuyentan y sólo el medio amigo
de su padre permanece fiel a su pena fingida."
Tras estas breves aclaraciones presentamos
seguidamente la versión guineana en la que podemos ver cómo coincide plenamente con el
tema del medio amigo que aparece en El conde Lucanor, El libro del
caballero Zifar y los Castigos del rey don Sancho IV. Posteriormente
analizaremos las semejanzas y diferencias entre las cuatro versiones, ya que, aunque la
versión guineana mantiene el fondo de la historia, sí presenta algunos matices que la
diferencia de las españolas.
La prueba del mejor amigo
Érase una vez un muchacho que tenía muchos amigos y le gustaba pasear siempre. Su
padre le dijo que no le gustaba que su hijo tuviera demasiados amigos y pasara todo el
tiempo paseando; por eso le pidió que le presentara a sus mejores amigos.
El joven le trajo a tres de sus mejores amigos y dijo a su
papá que esos eran los que tenían plena confianza en él, y él a ellos; eran sus
verdaderos amigos. Después de la despedida de los amigos, el papá dijo a su hijo que no
creía lo que le había dicho sobre sus amigos; que era difícil que uno tuviera tres
amigos-amigos. El muchacho quedó algo malhumorado por las palabras de su padre, pero su
padre le avisó que iba a poner a prueba sus amistades.
Pasaron muchos meses y casi lo había olvidado el joven,
cuando llegaron las Navidades y le dijo su padre que le había preparado un regalo
especial.
El regalo es un cerdo. Le dijo el padre a su
hijo. Te lo doy para que te lo compartas con tu mejor amigo; pero como quiera
que no conocemos a tu mejor amigo, vas [a] hacer lo siguiente: vas a poner este cerdo en
un saco y, cuando anochezca, lo cargarás hasta la casa de tu primer amigo; lo llamarás y
le dirás que has matado a una persona, que temes que te descubran por la mañana; por eso
querías que te fuera a ayudar a enterrarlo. ¡Ya verás cómo te responderá! Tienes que
seguir hasta pedírselo a todos tus mejores amigos.
Así lo hizo el joven; al llegar en la casa de su
primer amigo, se lo contó, pero éste le dijo:
¾ Amigo, si somos amigos no lo somos para tanto, yo no
puedo, tengo sueño y además, si nos descubren
¿qué? No puedo, estoy cansado.
Esto dijo el segundo también. Sólo el tercero fue el que
pudo, después de seguir las palabras del muchacho, coger la azada y el pico para ir a
ayudarle a enterrar al muerto; entonces dijo el joven a su amigo que no era un muerto sino
un cerdo que le había regalado su padre para compartirlo con su mejor amigo en las
Navidades.
¾ A partir de hoy, serás mi mejor y único amigo. Le
dijo el joven confuso.Vamos a celebrarlo en mi casa.
Al amanecer, los demás amigos, esperando malas noticias de
su amigo asesino, según ellos, oyeron cantos y alegría que salían del hogar de su
amigo, que estaba festejando con su verdadero amigo. Cuando se acercaron, el dueño les
contó la verdad y los echó a patadas de su casa.
Entonces, en la fiesta dijo el papá a su hijo que si había
visto la verdad que le manifestaba, ya que uno no puede tener más de un amigo.
Cuenta: Antonia Mengue.
Se lo contó: Su padre, Sebastián Ebang.
La versión guineana
El cuento coincide plenamente con los que aparecen en los libros citados. En las
cuatro versiones el padre decide poner a prueba a los amigos de su hijo dado que piensa
que nadie puede tener tantos buenos amigos. La prueba se basa en simular que el hijo ha
asesinado a un hombre a quien tiene que enterrar con ayuda de alguno de sus amigos.
En cuanto a las diferencias podemos indicar que:
En Los castigos del rey don Sancho IV (edición de
Hugo O. Bizarri, 2001) se habla de un becerrillo como animal sacrificado que simula ser un
hombre muerto, mientras que en las demás versiones se utiliza un cerdo. ("Toma aquel
becerro que tienes aquí en casa, e degollarlo has")
El conde Lucanor (edición de Alfonso I Sotelo, 1997)
es el único que presenta una versión en la que se alude a un amigo y medio, tal vez
debido a que, como hemos indicado más arriba, se mezclan diversos cuentos con la
temática de la amistad. ("Quando el padre esto oyó, díxol que se maravillaba ende
mucho porque en tan poco tiempo pudiera aver tantos amigos e tales, ca él, que era mucho
ançiano, nunca en toda su vida pudiera aver más de un amigo e medio.")
En El libro del caballero Zifar (edición de Cristina
González, 1983) aparece la disputa del hijo con un mancebo, lo cual conlleva que sea
también la única versión en la que el hijo cree verdaderamente que lo que lleva dentro
del saco es un hombre muerto. ("Fijo, commoquier que yo te dixe luego que veniste que
te auia asegurado el tu enemigo, digote que non es asy; ca en la mañana, quando venia de
misa, lo falle aquí en casa dentro, tras la puerta, su espada en la mano, cuydando que
eras en la çibdat, para quando quesieses entrar a casa, que te matase. E por la su
ventura matelo yo e cortele la cabeça e los pies e los brazos e las piernas, e echelo en
aquel pozo, e el cuerpo metilo en
un saco e tengolo so el mi lecho. E non lo oso aquí
soterrar por miedo que nos lo sepan; por que me semeja que seria bien lo levases a casa de
algunt tu amigo, sy lo has, e que lo soterrases en algunt logar encubierto".
Tanto en El conde Lucanor como en Los castigos del
rey don Sancho IV (edición de Alfonso I. Sotelo,1997:284) el padre le dice al hijo
que afrente a su medio amigo para que vea que ni siquiera de ese modo el medio amigo del
padre lo delatará ("Desque vio que en ninguna manera non lo pudiera librar de
muerte, dixo a los alcaldes que non quería levar pecado de aquel mancebo, que sopiessen
que aquel mancebo non matara el omne, mas que lo matara un su fijo solo que él avía. E
fizo al fijo que lo cognosçiesse; e el fijo otorgólo; e matáronlo".
En El conde Lucanor se llega al límite de lealtad
cuando el amigo del padre decide denunciar a su propio hijo como el asesino de una
persona, para evitar que aumenten las sospechas sobre el hijo de su amigo, quien había
estado varias noches andando por la ciudad con un saco a cuestas. Esto no aparece en las
demás versiones, quizá debido a la mayor complejidad y riqueza literaria que presenta
esta versión de Don Juan Manuel.
La diferencia fundamental entre las versiones españolas y
la guineana estriba en que en ésta última es un amigo del hijo el que lo ayuda, mientras
que en todas las demás es siempre el medio amigo del padre el que lo hace. ("Sólo
el tercero fue el que pudo, después de seguir las palabras del muchacho, coger la azada y
el epico para ir [a] ayudarle a enterrar al muerto.")
La versión que apareció gracias al excelente trabajo
de campo del profesor D. José Manuel Pedrosa y de la labor de los becarios de la
Universidad de Alcalá que participaron junto conmigo en la edición de estos cuentos y
leyendas recogidos en Guinea Ecuatorial, mantiene la estructura y tema del cuento del medio
amigo, con la diferencia de que finalmente es un amigo del muchacho quien lo ayuda.
La oralidad, que por sí misma supone variación, se muestra
aquí muy presente, lo que indica que estamos ante un verdadero caso de literatura oral y
popular, que se manifiesta en un lugar muy lejano al que se podría esperar, pero que da
prueba de que no hay fronteras en cuanto a transmisión y pervivencia de este tipo de
literatura; aunque desgraciadamente, cada vez encontremos menos lugares donde se mantenga
una tradición cuentística, tal vez a causa de la modernidad y de la cada vez mayor
dependencia de la comunicación escrita.
Esta nueva versión da idea de la interculturalidad de los
cuentos que presentan una moraleja o consejo, y que se manifiestan como propios de una
cultura homogénea, a nivel mundial, ya que tocan temas y situaciones básicas en cuanto a
modos de conducta y de actuación en la vida cotidiana.
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Para mayor información acerca del tema
consultar:
El joven que atrapó al puercoespín blanco y otros cuentos de los Fang de Guinea
Ecuatorial,
Edición de José Manuel Pedrosa y Antonio E. Ruiz Palomar.
Barcelona, CEIBA, 2004.
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