S/T
(Para Héctor Castilla)
Pequeños aleteos en la memoria:
un colchón mojado de sudor,
un amanecer lluvioso,
una cinta de rayas para el pelo,
ginebra azul con un toque de limón
y el presentimiento de que esta vez
no seríamos mezquinos.
S/T
Mes de febrero de dos mil diez:
sus 4 semanas
ordenaditas,
laborables y heladas
como la vodka que guardas
en el congelador,
junto al pan y al pescado.
Exprimir naranjas
por la noche
no es lo mismo.
Las piernas de Dafne
Atravesé la inundación
con el agua por la cintura
para volver a casa:
había granizo en las aceras,
el viento había tirado ramas
cornisas, anuncios de los escaparates.
Pegados a mis piernas
aparecieron hojas, tallos, papelitos,
florecillas tardías del otoño;
como si la tormenta
hubiera querido hacer
árboles de mí
o un dios se hubiera
olvidado a medias del prodigio.
Los asesinos
01
Escucha: es el amanecer.
En una hora como ésta
sonarán los teléfonos,
cuando estemos absortos
en un labio,
un intermedio del programa
o un pájaro
–levanta el vuelo y,
de pronto en la ventana, brilla.
02
Qué feos los agonizantes:
la ropa revuelta, el pantalón caído
y esa lengua azul, fuera de la boca,
un palmo fuera de la boca.
Mas lo curioso son sus ojos,
con las pupilas dilatadas
como si el sitio adonde van
no tuviera luz.
Pues qué esperaban.
03
Muchas veces te vuelves
de súbito a mirar
por encima de tus hombros
como si estuvieran los muertos
agrupándose a tu espalda,
pidiendo explicaciones
de las trampas con que les capturamos:
todavía creen que podrían sortearlas,
en una oportunidad con mejor suerte.
La vanidad perdura más que el hueso.
04
Repito en sueños, muchas noches,
el trabajo con las víctimas,
los reflejos metálicos del arma
y las bolsas que cubren la cabeza.
Nunca se me aparecen vivos
después de ese proceso, sólo el pago,
las trazas de su descuartizamiento,
el acero y el plástico retornan.
Como si me estuvieran esperando.
05
Metimos el encargo en una caja
para que no incordiase en el trayecto;
no queríamos imprevistos en el coche
que hincharan la factura.
Al salir de la casa el cielo estaba negro,
caía una tormenta.
En los pocos minutos que tardamos
en encontrar la puerta señalada
nos calamos la ropa y el cabello,
el agua estorbaba la vista:
corríamos sin dirección,
haciendo saltar la caja,
golpeando al interfecto contra sus paredes.
Ahora sospecho que nos esperaban,
que desde las terrazas vigilaban
el progreso torcido de las cosas
y dilataban el tiempo y querían
darnos a conocer que nuestra suerte
resulta indiferente a quien nos manda.
Con el poco valor que nos quedó
volvimos a la lluvia y confirmamos
la trampa. A nuestra espalda
sentíamos pistolas, objetivos,
destellos en el agua del desastre.
(Inédito)
© Cristina Morano para TBR 2011
Este texto no puede
reproducirse ni archivarse sin permiso del autor y/o The Barcelona Review.
Rogamos lean
las condiciones de uso
The Barcelona Review is a registered non-profit organization
Biografía:
Cristina Morano
Madrid, 1967
Escritora y diseñadora gráfica, trabaja actualmente en la agencia Tropa de Murcia.
Fundadora de las revistas Thader (1994-1996) y Hache (2004~).
Ha publicado los libros La insolencia (Madrid Universidad Popular José Hierro, 2001); El arte de agarrarse, Ed. La Bella Varsovia, Córdoba; con prólogos de Julia Otxoa y Pablo Gª Casado; el artículo sobre las mujeres de Cartagena, dentro de la serie “Radiografía de la mujer española” de la revista <<Yodona>>; y la plaquette Próxima estación desconocida.
Ha sido incluida en antologías como <<Tras la espesa corteza de los días, cien años de poesía en Murcia>>, David Sandoval ed., Editora Regional de Murcia, 2002; <<Cárcel de amor>> (MNCA Reina Sofía de Madrid); <<La manera de recogerse el pelo. Generación blogger>>, David González ed. Madrid, Bartleby Ediciones 2010; y dos poemas suyos fueron incluidos en el libro homenaje a Pablo Gª Casado editado por La Bella Varsovia con motivo del X Aniversario de la publicación de Las afueras.
Publicará Mirando al este, en Bartleby Ediciones en 2011.
Ha publicado en revistas de difusión nacional como Turia, Antaria, Barcarola, Ayvelar, Ultramar y Nayagua; en los blog de <<Las afinidades electivas>>y <<Generación blogger>>, así como en el suyo propio.