Nota

Joven poesía uruguaya...

 

 

Conferencia de la profesora María de los Ángeles González, de la Universidad de la República de Montevideo sobre «Joven poesía uruguaya: desencantados, heridos y solitarios»

26 de octubre de 2010, Aula de Escritores del Ateneo de Barcelona.

            La profesora González trazó un panorama muy interesante sobre los jóvenes poetas uruguayos de los que no se tiene noticias apenas en nuestro país ya que a pesar de escribir en castellano no hay  verdadera comunicación sobre lo que se escribe en los países americanos.
            Los jóvenes poetas uruguayos, al igual que los jóvenes poetas españoles, utilizan la red como medio para la difusión de sus poemas  a través de blogs individuales o colectivos con lo que la conexión con los lectores se hace inmediata.
            No se puede hablar de una generación en el sentido clásico del término dada la variedad y heterogeneidad de voces. Tienen en común el uso del lenguaje directo, el predominio de las frases nominales, el sarcasmo y el humor. Exploran el territorio de lo íntimo, tienen un gran sentido de la orfandad y de la incomunicación y hay, en casi todos ellos una clara búsqueda de la poesía como identidad.
            Los nombres más importantes dentro de la joven poesía uruguaya son: Ana Fornaro (1983)  que escribe una poesía directa en la que la incomunicación y la dualidad entre la autenticidad y lo antivital. Tiene un claro sentimiento de no pertenencia. «Es que estoy desterrada/ y no lo entiendo.»
            Constanza Farfalla (1973) que también escribe cuentos  y microrrelatos.
            Claudia Magliano (1974), autora de dos poemarios, Nada y Res. Su poesía tiene un enorme sentido del pesimismo.
            Paula Einöder, que mantiene una tensión entre la palabra y la vida. Es autora de los libros  La escritura de arcilla y Árbol experimental . Mantiene una tensión entre la confianza y la desconfianza en la palabra poética, dicotomía que es irresoluble:
           «Escribiré sin motivo y sin consideraciones/ agarraré cada palabra bizca y deshecha/ y la haré de arcilla.»
             Para Laura Cezarco (1976), en cambio, la escritura es algo efímero y perecedero.
            Francisco Tomsich (1971) , escritor, músico y artista plástico, opta por la escritura tradicional, el verso medido, la rima y la estrofa canónicas. Para este autor la palabra carece de prestigio.
            Pablo Trochón (1980), performer, opta por la parodia de poetas conocidos como Neruda o Benedetti.
            Diego Recoba (1981) que adopta una postura antipoética y antiintelectual a través del pastiche y la poesía paródica.
            La conferenciante leyó algunos poemas de cada uno de estos autores y al finalizar se entabló un diálogo con los asistentes al acto que lamentaron el escaso intercambio que hay entre la poesía de ambos lados del Atlántico.