Ideas para cambiar el mundo, 1.
Sentido del humor chino
Una conspiración de chinos a nivel mundial: hacerse con todos los objetos pequeños y de utilidad secundaria de la tierra. Almacenarlos sin ningún orden dentro de superficies comerciales de tamaño medio. Poner al frente de dichas superficies a ciudadanos chinos. Dichos ciudadanos deben cumplir sólo dos requisitos: Dejarse crecer bigotes no lo suficientemente desarrollados para la cara de un hombre adulto. Desconocer los nombres que les corresponden a los objetos de la tienda en el país donde ha sido instalada.
El cliente recorre entonces la tienda tratando de encontrar el objeto. Un sistema de estantes rotatorios ultra silencioso—que se activa sólo a las partes de la tienda que quedan fuera de la vista del cliente—le impide conseguirlo jamás.
Esto no es una metáfora.
Ideas para cambiar el mundo, II
Sitcom
La cadena HBO presenta su propuesta estrella para la nueva temporada televisiva. Se trata de Los Crimson, una sitcom que cuenta los problemas domésticos de una familia americana de clase media.
Las tramas de los episodios son arquetípicas (en el cuarto episodio de la primera temporada, Andrew, el hijo mayor de los Crimson, roba cinco dólares de la cartera de su padre para entrar en una discoteca. Aunque a priori lo niega, acaba por confesar. No soporta la decepción en el rostro de su madre. Cumple con fastidio pero también con la satisfacción del deber cumplido el castigo que le imponen).
La duración y frecuencia de emisión de los episodios es también la habitual: capítulos de aproximadamente media hora a razón de uno diario los días de entre semana.
Todos los actores de la teleserie están muertos y actúan movidos por hilos metálicos desde el techo del set de rodaje. Los hilos son posteriormente borrados por ordenador.
Las risas enlatadas han sido sustituidas por el sonido de un taladro de obra. Como culminación de un gag, suena una taladradora que sacude los cristales de las ventanas de los comedores de toda Norte América.
Los hilos metálicos son movidos desde el techo por los propios productores de la serie, incluyendo al productor ejecutivo. Los productores cuelgan del techo mediante un complicado sistema de arneses y cuerdas. Un adolescente de Iowa con problemas psicomotores graves dio con la ecuación que permite a los seis productores desplazarse por el techo sin chocar entre sí ni aun en los clímax corales.
Los cuerpos de los actores de la teleserie reciben tratamientos anti-putrefacción pero el movimiento de los personajes y la constante exposición a los focos provoca que ninguno aparezca durante más de una temporada. La renovación de actores es constante y eso anima las tramas. Los guionistas están encantados.
Los productores siguen un programa diario de ejercicios físicos en el gimnasio de HBO con monitores personalizados. El programa incluye una dieta estricta, repleta de productos adictivos y alta en proteínas. Poco espacio para las tonterías y mucho rechinar de mandíbulas. Los productores se declaran satisfechos con sus cuerpos. Coinciden en el gimnasio con James Gandolfini, cuya tarjeta de socio aún no ha caducado debido a un error informático.
El actor de la teleserie Joe el que donó su hígado se convierte en un icono de alcance mundial durante la emisión de la segunda temporada. Joe tiene once mil seguidores en facebook si bien él, como es obvio, nunca escribe en su muro. La madre de Joe utiliza la palabra “póstumo” de forma discutible en las entrevistas.
Una niña australiana de doce años está viendo la serie de madrugada en el comedor de su casa de Melbourne. Sus padres no saben que está despierta y mucho menos que está viendo la teleserie. La niña y sus tres mejores amigas hicieron horas antes una promesa: verían a escondidas de sus padres esa teleserie de la que todo el mundo habla en internet. Ella no lo sabe, pero es la única del grupo que está cumpliendo la promesa.
Está tan concentrada en la explicación que dará mañana a sus amigas que le cuesta entender la trama del episodio. El taladro retumba en sus auriculares y la trae de vuelta al sofá cada veinte o treinta segundos.
La niña tiene ahora los pies escondidos debajo de un cojín. Araña inconscientemente el recubrimiento de plástico del mando a distancia. Lleva puesto un pijama con motivos marinos del que se niega a deshacerse a pesar de que le viene pequeño. Sensaciones poderosas recorren su cuerpo de niña, iluminada tan sólo por la luz del televisor. El encuentro con el otro lado de lo prohibido la hace sentir despejada y poderosa. Los objetos cotidianos a su alrededor le parecen de repente más reales.
Siente por primera vez ganas de masturbarse viendo al cadáver del hijo mayor de los Crimson jugar en el borde de una piscina.
Ideas para cambiar el mundo, III.
El poder de un hombre solo.
Un hombre gordo pasa las horas del día viendo series de televisión por internet. Su único ejercicio diario consiste en levantarse cada 72 minutos a apagar y encender el router. Sueña después con las teleseries que ha visto. Resuelve casos, queda con los personajes femeninos en el bar de debajo de casa.
Descubre un día que puede, desde el interior de sus sueños, manipular los episodios de las series que ve. Puede alterar las tramas, afectar a voluntad a objetos y personajes.
Tras una breve confusión de niebla, Mcgiver se manifiesta en mitad de un tiroteo en Baltimore entre la banda de Omar y los hombres de Barksdale. Resulta gravemente herido. Intenta hacerse así mismo un torniquete en el trayecto al hospital. Muere en la ambulancia a causa del escaso presupuesto municipal para material sanitario en vehículos de emergencia de la ciudad de Baltimore, víctima de la violencia de un mundo que no entiende.
Este texto no me parece ahora tan gracioso.
© Cristian Alcaraz Hernández 2011
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Biografía:
Cristian Alcaraz Hernández (1978) es español. Como colaborador ha publicado ficción y reportajes para las revistas Rolling Stone, El viejo topo, Tiempos salvajes, Badosa, La bolsa de pipas, La Revista Oficial de la escuela de Letras de Madrid o Almiar. Ganó en 2010 el XII Certamen de Relato Corto Monegros con el cuento “El Sr. Smith y las cosas que caen y ya no se levantan”. Actualmente trabaja en su primera novela.