Conversamos en Barcelona sobre este libro, sus personajes y la vida en general.
BR: Comencé a leer tu más reciente novela
esperando que el protagonista fuera violado por su madre en cualquier momento...
JB: Es un poco inverosímil que yo escriba una novela llamada "Yo
amo a mi mami", ¿no?
BR: ...tremendamente...
JB: Al punto que no te exagero si te cuento que más de una persona me ha
dicho ¿qué, has escrito una novela sobre, digamos, un amor edípico inconfesable? Pues
no, no es eso...
BR: Yo lo pensé y comencé a leerla con ese
morbo y encontré una novela corrosiva.
JB: Tiene esa otra lectura tramposa que también me gusta porque puede
incitar al morbo, el lector que me conoce mejor... claro, dice, este tio ha escrito una
novela en la que se va a acostar con su madre tarde o temprano, pero eso no ocurre y creo
que esta bien que no ocurra porque es un niño muy tierno, todavía muy inocente lo cual
para mí ha sido un verdadero esfuerzo. Claro, el punto de vista del relato es el de un
niño de diez años y entonces había que intentar darle a la novela una mirada inocente,
desconcertada, muy dulce...
BR: Y muy divertida, me desternillaba de la risa
JB: Ah, si...
BR: ...pero, a carcajadas.
JB: Ay que bueno, para mi no hay mejor elogio...
BR: Ojo, cuidado
que tus padres no te manden un hit team...
JB: Bueno... (risas)
BR: ¿No temes que te quieran matar tus propios
padres?
JB: Ja, ja, ja... mis padres... yo creo que me he llevado ya todos los
desegaños y ya no tengo muchas ilusiones, con mi padre sobretodo, creo que va a ser
difícil que podamos entendernos, ser amigos...
BR: El retrato que haces de él es uno
jodidísimo. Es un retrato de la vulgaridad: un pedómano... Aunque no lea la novela,
cuando alguien le cuente de que va, ¿cómo crees que reaccionará?, ¿es esta tu
venganza?
JB: He intentado escribir una novela a corazón abierto, yo no he querido
vengarme de nadie, no he tenido ningún espirítu agrio, rencoroso contra nadie; todo lo
contrario. Creo que por primera vez me he atrevido a escribir una novela sin estar
enfadado; la he escrito serenamente. Sin embargo, he intentado recrear, revivir el mundo
de mi infancia, y en ese mundo, como le ocurre a Jimmy, mi padre era un personaje distante
y ceñudo. Era un personaje un tanto adusto y un tanto mandón, y así queda retratado en
la novela. Mi madre no, mi madre es un poco como la madre de Jimmy, es una señora muy
amorosa, también muy ingenua, una ingenuidad que yo creo que encontraba un perfecto
desahogo en la beatería, en el fanatismo religioso...
BR: ...muy conveniente...
JB: ...muy conveniente, para expiar las culpas y para, digamos,
integrarse bien al mundo pijo limeño. Pero, no ha habido ningún espíritu de revancha;
ahora, mi padre no la va a leer, no la ha leído.
BR: ¿Cuándo sentiste ése desencanto con tu
padre por primera vez?
JB: No lo sé, no lo recuerdo, me imagino que cuando era muy niño, me
imagino que cuando era muy niño. Mi madre me dice que cuando yo era muy, muy
pequeñito... adoraba a mi padre, me encantaba estar con él, pero mi padre estaba siempre
ocupado, siempre viviendo de prisa, yo no recuerdo que mi padre y yo nunca fueramos
amigos. No tengo un recuerdo de una relación cálida. No.
BR: ¿Eres un elemento de fricción entre tus
padres?
JB: Pues ya no, porque yo me he retirado de ese escenario bélico. Yo ya
no estoy allí, es decir, yo he encontrado mi propio camino. Yo creo que en mi familia,
como en muchas otras de América Latina, el amor, el placer, han sido desterrados por la
imposición de la fe y de los dogmas religiosos que exaltan el sufrimiento, que ven en el
sufrimiento la redención, que ven en el sufrimiento un mérito, un valor...
BR: ...en el sufrimiento de los otros...
JB: ...en el sufrimiento de los otros, pero en el de uno mismo también,
en el autosufrimiento, es decir que la religión postula, sugiere que a pesar de que tu
matrimonio sea para ti una fuente inagotable de sufrimiento, tu debes persistir en él
porque tienes un compromiso irrompible con la divinidad; bueno, claro, yo lo atribuyo todo
a esa superstición tan perniciosa que es la religión. Y en el caso de la religión
católica, pues yo creo que es una de las religiones más machistas y homofóbicas, y
enemigas del placer. Yo encuentro ahí el origen de mi vocación por la literatura... Ja,
ja, ja... El Papa tiene la culpa... (más risas).
BR: ¿Quién es la 'mami' del título, la madre
de Jimmy o Manuela, la cocinera?
JB: En el sentido literal se puede entender como una confesión de amor
de Jimmy a su madre, pero yo no sé si después de leer la novela uno se queda pensando si
Jimmy ama más a su madre o ama más a Manuela.¿Quién es para Jimmy su mami?, esa
pregunta queda abierta... Yo creo que al final de la novela, él siente un amor filial por
Manu, por la cocinera. ¿Quién es la madre, la mamá o Manu? Yo en realidad, el título
lo he escogido porque me parecía tenía varias lecturas: la lectura muy tierna, muy
elemental de la primera caligrafía escolar: Yo amo a mi mamá, yo amo a mi mami, mi mamá
me mima, es decir el aprendizaje. Esta es una novela sobre el aprendizaje de la vida. En
ella Jimmy descubre el amor, descubre la soledad, descubre las inmensas contradicciones de
la vida peruana, descubre en su amiguita Annie, en sus amigos del colegio, que las
ilusiones se van perdiendo, se van rompiendo también. Esta es una novela de aprendizaje,
por eso he querido llamarla "Yo amo a mi mami".
BR: En tu formación como escritor, ¿cuánto te
ha influido Vargas Llosa?
JB: Muchísimo... Vargas Llosa, yo creo que ha sido la influencia más
marcada, más poderosa que he tenido yo como escritor, sin dudas. Leyendo sus primeras
novelas yo sentí algo que nunca había sentido y es que yo quisiera escribir como escribe
este señor. Esta suerte de mitad envidia, mitad deslumbramiento con un libro; por otro
lado tengo la suerte de conocerle, de cierto modo me siento su amigo, amigo de su familia
y yo creo que Mario tiene toda la culpa de que yo sea escritor. Y luego si no fuera por
él, seguramente mis libros no se publicarían en España. Él me hizo unas observaciones,
me hizo unas sugerencias, me animó a continuar en el empeño, me ayudó a enviarlo a
varias editoriales acá, es decir fue inmensamente generoso conmigo. Algo que es muy raro
en el mundo de los escritores por otra parte donde hay tanta mezquindad y tanto celo,
¿no?
BR: ¿Es un poco tu padre?
JB: Es un poco el padre que escogí, es un poco el padre que yo
escogí... lo que me da miedo y debería darle miedo a Mario porque yo soy un parricida
pues comprobado y en algún momento voy a intentar matarle también.
BR: ¿Has mantenido contacto con las personas en
quien te inspiraste para crear los personajes que aparecen en esta novela?
JB: Si..
BR: ¿Los ves cuando vas a Lima?
JB: Si, en realidad esta novela ha surgido un poco de esa nostalgia, me
he preguntado que sería de ellos y los he intentado encontrar, algunos ya no estaban y,
ese primer ejercicio nostálgico ha derivado luego en una novela...
BR: ¿No te han decepcionado?
JB: No, no, nunca me han decepcionado, jamás... para ellos yo sigo
siendo Jimmy, yo creo que ellos me siguen mirando como si yo fuera Jimmy y me siguen
tratando como si yo fuera Jimmy, y así va a ser para toda la vida, por eso es que no
caben decepciones...
BR: ¿Y cuándo a Jaime lo atacó la sociedad
limeña, encontró o buscó refugio en esa gente?
JB: No los veía mucho en aquella época porque me fui y no volví por un
tiempo y estaba muy peleado con el Perú, que ahora no, ahora me he reconciliado bastante
con mi país, pero en aquella época un poco que le dí la espalda al Perú porque me
trató muy mal. Pero aún en los peores momentos yo si recuerdo una conversación que tuve
con uno de estos personajes tan entrañables, que es el jardinero...
BR: ¿El Chino Felix?
JB: El Chino, que termina pues muy enfermo y muy golpeado porque tiene
una sucesión de accidentes. Recuerdo que él me dijo no hagas caso a las críticas, todo
esto te conviene, te estas haciendo muy famoso, deja que hablen de ti, no les contestes.
Me dijo tres o cuatro cosas muy simples pero muy sabias, tenía razón. (Pausa) Me dijo:
no les hagas caso, no te molestes, no se te ocurra contestarles, cuanto más hablen de ti,
aunque digan las peores barbaridades, mejor será para ti, más se va a vender el libro, y
más famoso serás. Bueno pues tenía razón. Mario Vargas Llosa a su manera también me
dijo lo mismo cuando me vio un tanto sacudido por esos ataques: "lo peor que le puede
pasar a un escritor es que su primera novela pase inadvertida, lo mejor que le pueda pasar
es que su primera novela produzca un escándalo descomunal..."
BR: ¿No sabías que iba a ser escandalosa?
JB: No, no; vamos tampoco soy tan despistado, era una novela fuerte para
Lima...
BR: ...era una novela fuerte para el mundo
hispanoamericano...
JB: ...para el mundo hispanoamericano, pero yo no me imaginé que la
prensa, sobretodo la prensa canalla de Perú, me iba a decir las cosas que me dijo, eso
estaba beyond my wildest dreams, ni... porque fue de una, veamos, de un nivel de
ferocidad y de invasión de mi, de mi privacidad que yo no me imaginé, ¿no? Por otro
lado, Marcia, nunca hubo la menor consciencia de que esto era una obra de ficción, desde
luego alentada, entroncada, enraizada en mi propia vida, yo lo he dicho también, yo parto
de mis recuerdos, pero luego fantaseo, no es lícito asumir que es libro sea, y tú lo
sabes mejor que yo, la confesión de todos mis secretos y el relato de mi vida, es decir,
eso no es una obra testimonial... no lo es. Claro que uno lo dice y de nada sirve porque
la gente piensa igual...
BR: Hay un cambio en esta novela, respecto a las
que escribiste antes...
JB: He intentado que esta novela capture el mundo de un niño, entonces,
he tratado de que esté contada con la llaneza, con la sencillez, con la inocencia de un
niño. La voz del narrador está muy entrelazada con los diálogos, esto es algo que a mi
me gusta porque por lo menos a mi, como lector, me ayuda, me entretiene, es decir, creo
que le da a la historia una cierta intensidad visual, cinematográfica. A mi no me gusta
detenerme a describir un salón en cuatro párrafos, creo que es perfectamente inútil. En
estos tiempos en que todo es tan visual yo creo que la literatura tiene que tener esa
calidad cinematográfica, no encuentro mejor adjetivo. Yo creo que el cambio más
importante de esta novela, con relación a mis libros anteriores, no está tanto en el
estilo como en los temas y en los sentimientos, creo que es una novela, como tu dijiste al
comienzo, que puede ser una bomba pero que está envuelta, que está presentada de una
manera muy suave...
BR: Pero golpea, a mi me golpeó.
JB: Bueno a mi también, a mi también, escribiéndola a mi me conmovió
mucho.
BR: En alguna parte leí que decías haber
llorado...
JB: Es verdad, es verdad, claro hice la aclaración de que había llorado
de emoción y no porque la novela me pareciera impresentable, hice esa aclaración...
BR: ¿Con qué lloraste?
JB: En muchas escenas, lloré cuando Manu se muere; lloré cuando el
abuelo Leopoldo se enferma; lloré cuando el abuelo le da una palmadita y se ríe con él
al descubrir que es Jimmy quien le ha chocado la camioneta; lloré cuando Annie se va;
lloré cuando Jimmy sufre tanto porque Henry Cannok, que primero tiene el valor de seguir
usando el uniforme inglés y despreciar a los militares, se va a Miami; lloré con Leo,
lloré cuando Leo se tiene que ir a Chincha porque ya le han vendido la camioneta Negrita
que él adoraba. Lloré mucho, yo creo que lloré cada vez que Jimmy lloraba, cada vez que
él se quedaba desilusionado, yo lo sentía con él. Me ha conmovido mucho la novela y
espero que a mi madre le acabe de gustar. Tengo mis dudas como tú porque la conozco y
porque...
BR: Si tu madre se parece a la de Jimmy, no te
sugiero que hagas apuestas.
JB: ¿Tu crees que no le va a gustar? Pero yo creo que sí, ¿sabes por
qué? Yo creo que se parece a la mamá de Jimmy y creo que le va a gustar porque lo que
más me va a agradecer es la portada, me va a perdonar todo lo demás porque en la portada
sale tan linda que entonces el libro le va a encantar... (Risas)
BR: ¿Qué encuentras en Miami que te apetece?
JB: Soy un defensor de Miami, ¿sabes? yo encuentro en Miami unos
níveles de libertad, de paz, tranquilidad y de comodidad que me gustan; en Lima no me
siento tan libre y ciertamente no me siento tan tranquilo, y creo que no estoy tan cómodo
como en Miami. Y todo eso es bueno para escribir, aunque mucha gente me dice que Miami es
una ciudad perfectamente antiliteraria, bueno sí, yo reconozco que no es París, no es
Barcelona, no tiene ese encanto decadente, bueno, pero para mí como escritor Miami es una
ciudad muy propicia, muy conveniente...
BR: ¿Cómo es el proceso tuyo para escribir?
¿Te levantas temprano?
JB: Tengo una disciplina. Si, me levanto temprano, no tan temprano, no me
gusta madrugar, pero lo primero que hago es que me siento y escribo, y escribo cuatro o
cinco horas, y cuando termino no contesto el teléfono, me aislo, quedo callado, creo que
el silencio, la soledad, la concentración son claves para escribir. Yo no puedo estar
contestando el teléfono, no puedo estar oyendo gente a mi alrededor, me aislo mucho y...
porque además, me gusta emocionarme cuando escribo, no me gusta escribir con absoluta
frialdad; no, me gusta... creo que tu puedes comprender eso, me gusta vibrar con la
historia, ¿no?
BR: ¿Te la planteas de principio a fin a priori
o va creciendo con el proceso?
JB: Pues yo tengo una manera un poco, porque lo hemos hablado eso con
Mario Vargas Llosa y con otros amigos escritores, mi manera de escribir creo que es un
tanto atípica. Yo lo que hago es pienso primero los personajes, tengo primero los
personajes; una vez que están más o menos diseñados esos personajes, ellos me
arrastran, ellos van encontrando el derrotero, nunca sé bien cómo va a terminar la
historia; esto es algo que a medida que va avanzando y a medida que yo me voy entregando
al relato, de pronto se me hace evidente, pero no tengo el camino perfectamente delineado
desde el principio.
BR: ¿Qué lees?
JB: ¿Ahora? Ahora estoy leyendo a Bolaño y me gusta... estoy leyendo
"Los detectives salvajes", ya me ha gustado mucho "Llamadas
telefónicas", me parece que es un narrador de una seriedad, de una sobriedad, me
gusta mucho. En fin, siempre estoy leyendo algo.
BR: ¿Lees más autores latinoamericanos o lees
autores norteamericanos?
JB: No, leo más latinoamericanos y españoles, me gusta más leer en
nuestra lengua. Y creo que hay nuevas voces y nuevos narradores en hispanoamérica, en
latinoamérica sobretodo, muy interesantes.
BR: Durante tu presentación de la película
"No se lo digas a nadie" en el Festival de Cine de Miami hablaste en castellano
ante un público compuesto de latinos y norteamericanos. ¿Que te decidió a hacerlo?
JB: Me siento más yo.
BR: ¿No fue un statement?
JB: También fue un statement porque yo soy un escritor peruano,
yo escribo en español y como le dije a mi buen amigo Nat [director del festival] en esta
ciudad todo el mundo me va a entender, que los gringos aprendan español y ya está...