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índex català              marzo - abril  n° 41

Reseñas

41

Dino Buzzati Bàrnabo de las montañas
Lêdo Ivo El sol de los amantes
Amin Zaoui La sumisión
Carlos Eugenio López El factor Rh
Edmundo Paz Soldán El delirio de Turing

1

Dino Buzzati
Bàrnabo de las montañas
Traducción de Anna Renau
Barcelona, Littera, 2003

Los admiradores de la obra buzzatiana están de enhorabuena. Coincidiendo con la reedición de El desierto de los tártaros está prevista la publicación en castellano de sus relatos y a todo ello hay que añadir la traducción de ésta, su magnífica ópera prima aparecida en 1933, Bàrnabo de las montañas, que ahora llega a nuestras manos. Se hace así justicia con un autor al que el tiempo está situando en el lugar preferente que merece, un autor a quien –como vaticinó Borges- las generaciones venideras no se resignarán a olvidar.

Es la presente una deliciosa historia que prefigura El desierto de los tártaros, por cuanto en ella Buzzati elabora un espacio mágico al que denomina Límite y desarrolla el tema de la espera en el marco de una cordillera imaginada a la que pone el nombre de San Nicola. Este espacio novelesco es descrito por el narrador con precisión de geógrafo, con tal minuciosidad que el lector se precipita al mapa para buscar en él cada detalle. Acompañados por el guardabosques Bàrnabo nos adentramos en una geografía precisa e ilimitada con al que éste establece una relación de desasosiego y de interrogación metafísica. Bàrnabo espera durante todo el relato el momento en el que debe llegar su gloria, dejándolo escapar cuando éste le llega porque en su huida del tiempo –nos indica el narrador- algo ha quedado atrás. Esta espera metafísica es expresión precisa del hombre contemporáneo, atormentado por los fantasmas del subconsciente y los monstruos de la razón. Es Bàrnabo de las montañas una alegoría de la vida humana presentada como la espera de una revelación del significado de la propia vida.

Buzzati desarrolla en esta inmensa novela uno de los puntos culminantes de su narrativa, el de la desolación del héroe, su desengaño ante la pesadilla de la realidad, las profundas interrogantes que sobre el sentido de la vida surgen en el ámbito de un espacio casi obsesivo. Como gran parte de su vasta obra, Bàrnabo de la montañas exhala angustia y magia con maneras de fábula moral. Al igual que en El desierto de los tártaros, bosque y desierto son reales y simbólicos; están vacíos y el héroe espera más de lo que albergan. El agreste paisaje de San Nicola está presentado como un ser vivo y no sólo como escenario; en él se desarrolla el extravío y la soledad de Bàrnabo. Introducidos los personajes en este contexto se descubren sus afinidades, se produce una simbiosis entre ellos y el entorno. El protagonista nos recuerda al comienzo de la novela que muchos años atrás, las montañas estaban pobladas por pequeños espíritus que se han escondido con la llegada de las carreteras o la explotación de minas. Así, el espacio está contagiado de la visión y vivir de los guardabosques, en él se proyecta el estado de ánimo; puede asegurarse que asimismo el paisaje es un estado de ánimo.

Esta geografía detalladamente realista es a la vez espacio de ficción y mito y emparenta a Bàrnabo de las montañas con la novelística de Faulkner, Gracq, Gérard de Nerval, incluso con la obra de Juan Benet, Volverás a Región, dado que en estas ficciones existe una clara complacencia en la evocación de zonas misteriosas y de figuras deslizantes como sombras por la frontera indecisa entre lo real y lo fantástico, y porque esa indecisión es la marca de un modo de flotar en lo onírico. El desierto de los tártaros, la cordillera de San Nicola son espacios imaginarios en los que el ser humano, en relación de desasosiego con el medio que habita, se ve inmerso en un discurso metafísico de difícil resolución, salvo desde el terreno de la alegoría, como indicábamos anteriormente. La realidad narrada en Bàrnabo de las montañas rezuma un misterio que tiene como origen la prosa evocadora del mundo poético fantástico que alberga el bosque, bajo la apariencia de que la realidad aparece contada con nitidez. Todo lo contrario, lo fantástico procede de este estilo equívoco, elíptico, que regula el tiempo interno del relato, en el que se insertan pequeños detalles –como es el caso de la ciudad contrapuesta a la naturaleza mágica, o el miedo puesto en relación con ambos espacios- sombras de fluida consistencia con el fin de dotar de coherencia al universo literario.

El tiempo queda reducido a un presente vacilante, espectral, sinuoso. Instalados en ese hoy y a través de los pensamientos de Bàrnabo y del resto de los doce guardabosques, cruzamos en esos vagabundeos mentales las galerías del pasado, yendo y viniendo por mal alumbrados corredores en los que las palabras ayer y mañana carecen de sentido, mientras el tiempo sigue cerrado y quieto, dormido sobre la cordillera, olvidándose de transcurrir. En palabras de Bàrnabo, parece que al tiempo le cueste pasar y después huye como el viento, un ingrediente que aproxima a esta novela al terreno de la leyenda y la fábula.

Buzzati sintió en sus carnes la amenaza del fascismo que surgió durante sus años de juventud, de ahí que en su obra se combinen la amenaza del conflicto y la obsesión por la seguridad con una angustia existencial. En su obra, estas premisas encuentran su caldo de cultivo en los espacios fronterizos en los que los personajes –expresión del hombre contemporáneo- esperan infructuosamente una revelación que dé significado a sus vidas mientras tiene lugar una suerte de meditación de tipo metafísico y espiritual, propia de la vida retirada, que acaba por dar brillo extraordinario allí donde sólo había cotidianidad. En este encuentro surge la magia de una prosa sólo al alcance de los grandes narradores contemporáneos. El tiempo está revelando a Dino Buzzati como a uno de sus elegidos.

Carlos Vela

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Lêdo Ivo
El sol de los amantes
Traducción de Nidia Hernández
Colección Luna Nueva, Universidad Metropolitana, Caracas, 2003

Nasci num lugar anfíbio, de águas, lagoas e ilhas,
num Nordeste de terras moles e peganhentas,
de mangues e caranguejos,
e de meninos barrigudos que comem barro.
Este é o meu universo, aquele que procuro fixar
por intermédio da arte e da linguagem.

                                              Lêdo Ivo

Las imágenes que sugieren la vida sencilla a orillas del mar es un factor recurrente a lo largo de la obra poética de Lêdo Ivo. La introspección, recurso habitual y fundamental en el quehacer del poeta, pareciera colocarlo de tanto en tanto en las sonoras playas de Maceió, ciudad donde transcurrió su infancia: "Todos los días vuelvo a Maceió./ Llego en los navíos desaparecidos, en los trenes/ sedientos, en los aviones ciegos que solamente/ aterrizan al anochecer."

El sol de los amantes es una selección representativa de su poesía realizada y traducida al español por Nidia Hernández y publicada recientemente por la Dirección de Cultura de la Universidad Metropolitana, en su colección Luna Nueva.

La obra se inicia con las respuestas que diera Ivo en el programa radial, La Maja desnuda, que conduce Nidia Hernández en la Emisora Cultural de Caracas 97.7 FM. Allí podemos leer: "Es muy difícil decir cómo se hace un poema. En primer lugar, la poesía es una vocación, es un oficio, de modo que ese oficio exige unos ingredientes específicos, una preparación, una formación intelectual y cultural, el conocimiento de lenguas que nos permitan tener acceso a otras literaturas, a otros poetas, porque el mundo de la literatura se hace con influencias, contribuciones, es una perpetua mutación, no hay ninguna literatura pura en el mundo, todas las literaturas se han beneficiado de influencias, aportes (...). En mi caso, un poema se hace con mi experiencia personal, una experiencia de lenguaje en primer lugar y una experiencia de cosas personales y subjetivas, secretos, misterios. El poema, aun cuando pueda ser una realización súbita o el resultado de una larga maduración, sólo interesa cuando encuentra al lector, yo hago poemas para un lector imaginario."

Cuando leemos cualquiera de los poemas recopilados en El sol de los amantes, esa voz interna que lee por nosotros y a la que escuchamos con atención, pareciera fragmentarse en múltiples ondas que convierten a nuestra cabeza en una inusual caja de resonancias. A través de un discurso sencillo y directo y conversacional, de un ritmo acompasado, que remite al movimiento de un mar sosegado pero siempre dispuesto a la acción —ya sabemos cómo es de impredecible— Ivo va armando sus imágenes, describiendo sus paisajes, contando sus historias: "Todo lo que gané se deshace en el aire/ como una metáfora./ Ahora solamente guardo lo que perdí:/ el viento que sopla en la colina/ la nieve que caía en el aeropuerto/ y tu pubis dorado, tu pubis dorado."

"Usted puede encontrar en los poetas, desde Homero hasta cualquier joven poeta, una especie de memoria del mundo, una visión del mundo que sólo puede obtener a través del imaginario y no de la historia ni del documento, de modo que la poesía tiene por misión ayudar a vivir, servir a la vida al hacer que el hombre tenga conocimiento de sí mismo y de su condición terrena, es muy difícil decir cuál es la utilidad de la poesía, nosotros sabemos apenas que ella es necesaria, ¿a qué?, al hombre, a la vida, a la condición humana, al mundo en que vivimos."

En fin, la poesía como alimento y atavío.

Con El sol de los amantes, la colección Luna Nueva de la Dirección de Cultura de la Universidad Metropolitana, continúa sumando aciertos.

Víctor Vegas

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Amin Zaoui
La sumisión
Traducción de Nuria Viver Barri
El Cobre, Barcelona, 2003

Hay libros tan cortitos que casi no se pueden reseñar sin ser destripados. Con apenas 100 páginas, es el caso de La sumisión, del escritor argelino Amin Zaoui.

Zaoui nos describe, desde los ojos del joven Yunes, la vida en una pequeña aldea beduina. Es un niño criado en el seno de una familia acomodada en la que el padre, sentado bajo una palmera, escapando del sol inmisericorde del desierto no hace otra cosa que beber té, fumar hachís, leer el Corán y pensar en acostarse con todas las mujeres de su familia menos con su mujer. Por su parte el protagonista-narrador se dedica a intentar escapar de los ojos de su madre para mear al viento como hacen el resto de los niños de la aldea y a perseguir a las gallinas para intentar acallar la voz del deseo que parece gobernar a todos los habitantes de la población.

Yunes cuenta la historia años después de sucedida, parece que la recuerda para los demás una noche después de la cena, alrededor del fuego, sentado en la puerta de su tienda. Invocando a Alá, "el más fuerte, el más justo, el más atroz y el más clemente", se lanza a rememorar acontecimientos de los años de su niñez, que discurre en medio de una estructura familiar perfectamente organizada por la tradición y la fe, hijos sumisos a los padres, mujeres sumisas a los hombres y hombres sumisos a Dios. Aunque La sumisión no es un libro sobre el Islam, la religión está presente en casi todas sus páginas. De hecho Zaoui tuvo que salir por piernas de su país amenazado por grupos integristas religiosos por el contenido de sus anteriores novelas. La misma situación que han sufrido otros autores que se han atrevido a "novelar", sin el respeto que aquéllos consideran oportuno, fragmentos de la vida del profeta Mahoma, como fue el caso de Salman Rushdie.

El autor se maneja con soltura a la hora de crear la atmósfera, en seguida el lector se descubre envuelto por el aire opresivo, caliente y viciado de la pequeña aldea en la que todos se conocen y todos están al tanto de los devenires del vecino. Un contexto en el que el cambio parece imposible y de hecho es interpretado como una afrenta, una herejía, ¿para qué cambiar las cosas que ya están escritas…? De puertas afuera todos los personajes cumplen con las obligaciones que se les suponen pero de puertas adentro es donde se desarrollan los dramas.

Con un lenguaje ágil y poético, el autor despliega su trampa. Por momentos parece un inofensivo cuentito oriental donde los personajes buscan la noche y el fresco para dejar que sus pasiones se desaten. Sin embargo, algo tan lícito como satisfacer las pasiones de uno se convierte en un peligro cuando estas pasiones vienen a ser del orden del estupro ("los toqueteos sobre el clítoris metamorfosearon la voz de mi padre"), la zoofilia ("me empujaban a correr detrás de las gallinas, las perras, las cabras e incluso detrás de la burra del Feki, que todo el mundo en el pueblo tomaba por la legítima esposa de este último"), la gerontofilia ("una vieja de más de cien años… había contratado a un apuesto joven para que le lavara las partes íntimas"), la necrofilia ("mi madre, completamente desnuda, se tendió sobre la tumba… movía el cuerpo como sobre la espalda de un caballo excitado"), el incesto ("vigilaba los movimientos de mi padre cuando medía la estatura de mi hermana, el crecimiento de sus senos y la anchura de sus caderas"), etc. En la novela se hace referencia a las obras de Henry Miller, Naguib Mahfuz, las vidas de los apóstoles y la de los profetas. A partir de la lectura de todas estas obras, el joven Yunes creará su propio imaginario erótico, cuando menos un tanto confuso.

Uno de los aspectos más interesantes de la novela es cómo los personajes recurren al dogma religioso para justificar sus acciones. Si en algún momento surge la duda sobre la moralidad o inmoralidad de alguno de los sucesos, se recuerda algún pasaje del Corán, en el que la "revelación" hace saber a Mahoma que, por ejemplo, no hay problema en casarse con la mujer de un hijo si este la ha repudiado previamente, o que tampoco es reprobable casarse con una niña de 6 años si se espera hasta los 9 para desvirgarla. No debe parecer que el autor defiende este tipo de conductas, de hecho, es todo lo contrario. La sumisión es la forma que tiene Zaoui de alejarse de lo que ha visto, de mostrar adónde nos conduce prescindir del sentido común y dejar que la religión (cualquiera que esta sea) nos lo dé todo hecho. Aun a riesgo de decir demasiado, da la impresión de que el autor intenta poner de manifiesto el anacronismo de unas leyes escritas hace 1400 años para una sociedad que se mueve irremediablemente en un contexto actual.

Se puede decir que el autor pone los mimbres, crea un contexto interesante, apunta personajes prometedores y situaciones con un gran potencial. Sin embargo la novela se precipita, todo discurre a demasiada velocidad, dejando la sensación de que podría sacarse mucho más partido a la historia. Quizás se puede argumentar que la novela gira en torno a la idea que le da título y que los demás aspectos se profundizan sólo en la medida en que sirven para evidenciar ese aspecto de la relación entre los personajes, pero se crea un conflicto entre el lenguaje y el tempo de la narración, parece que lo narrado requiere de más lentitud. Cuando empiezas a disfrutar la cosa se acaba, te deja queriendo saber más, preguntándote qué habrá pasado con…

Andrés Samper

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Caleidoscopio de actores

Carlos Eugenio López
El factor Rh.
Lengua de Trapo, Madrid, 2003.

¿Qué hace que un vulgar representante de jamones acabe acostándose con una rubia despampanante?¿Qué une a La Pantera Hutu con un Athletic Club de Bilbao en crisis?¿Qué extraño juego maquina un joyero que los domingos asiste a misa y tiene una cocinera dominicana que hace "como los ángeles" el bacalao al pil-pil?¿Qué significado tiene el charco de sangre que una madre ve manar entre sueños?¿Qué pintan unos terroristas entre infusiones de hierbas chinas, un jubilado francés forofo del ciclismo -"le había puesto al canario Eddy, como Merckx" y un pueblo perdido de La Mancha?¿Qué lleva a un hombre que ama la lluvia a hacerse pasar por mudo y beber solo agua?¿A qué idioma pertenece la palabra "Idaksue"?¿Qué significa?¿Es la "meka del agua"?¿Qué hace que un hombre concluya "lo sencillo que resulta matar y lo complicado que resulta vivir"?¿Qué traman unos tipos con nombres como Koko, Gengis, Kakanka, el "mudo" o La Schiffer?¿Qué es todo este embrollo de interrogantes?

La respuesta, en El factor Rh, de Carlos Eugenio López.

Este leonés residente fuera de España, aunque no alejado de su literatura y realidad, consigue dar respuesta a todas estas cuestiones. Sin agobios, con orden, a cucharaditas y pequeñas dosis de humor e hilaridad. Un puzzle de personajes dispares y alejados los unos de los otros, protagonistas de situaciones que acabarán conformando toda una trama remachada, en las últimas líneas, con la clave final.

El relato se desarrolla con la sucesión de una retahíla de escenas, casi teatrales, en las que se presentan una colección de personajes atrapados en su monotonía vital y sin resquicio para poder liberarse. Escenas, pequeños "cortos", desde las que se irán desencadenando, sin meta aparente, las diferentes tramas que desarrollan los personajes. El autor nos va dando pistas, en pequeñas dosis, de por dónde van fluyendo los hechos, dejando al lector, también paulatinamente, con la incógnita de la confluencia de todas esas señales que granito a granito va depositando por el camino narrativo. Será al final cuando confluirán todas las tramas, los guiños, las ironías y sarcasmos. Una clave que conforma un todo que finalmente cobra sentido; un punto final que, como las decenas de piezas de un mecanismo satírico que se unen para conformar un artificio delirante, da un verdadero sentido. Una novela coral, calidoscópica, tocada por la conjunción final de una serie de piezas que, reunidas, son el remate de una intuición siempre larvada.

Carlos Eugenio López adoba su novela con un esperpento que roza lo kafkiano, el humor negro con el absurdo y la caricatura de la palabra, para mover a unos personajes estigmatizados por la atmósfera que les rodea.

Una novela que debe ser leída con mirada irónica y crítica, y con lo que puede parecer una eterna sonrisa en la boca. Y digo "puede" porque ese dibujo del gozo acaba en un final seco y lacónico, en una sonrisa helada que acaba siendo mueca macabra. Un final conciso y directo que, no por inesperado, sorprende por su frialdad, por la absurdidad de unos hechos que no parecen poder escapar a ese destino.

Nèstor Uria

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Nuevos mensajes
Edmundo Paz Soldán
El delirio de Turing
Alfaguara, Madrid, 2003.

A Natazja, feliz cumpleaños.

 

En una Bolivia acechada por la crisis económica y la temida recesión, un grupo de hackers denominado la Resistencia inicia un agresivo ataque bacteriológico contra los sistemas informáticos del gobierno, a la vez que la Coalición, que reúne a todos los grupos políticos opositores (nunca antes tan limadas sus diferencias) llama a las masas a manifestarse en favor de la renuncia de Montenegro y el abandono del país de GlobaLux, el consorcio ítalo-norteamericano a cargo de la energía eléctrica en Río Fugitivo. La privatización ha puesto la estabilidad política en juego.

Las oficinas de la Cámara Negra -el servicio de inteligencia- se pondrán manos a la obra para dar con Kandinsky, el misterioso y romántico líder de lo que se ha dado en llamar ciberhacktivismo. Pero en los tiempos que corren, rastrear las huellas de un atentado electrónico resulta tan complicado como descifrar mensajes ocultos, lo que es algo así como un anacronismo.

¿Por qué entonces el experto criptoanalista, Turing, conserva su puesto en la Cámara Negra, si en la actualidad "se puede codificar un mensaje con valores tan altos que todas las computadoras del universo puestas a trabajar en su desciframiento tardarían más de la edad del universo en encontrar la solución."?

Por otro lado, Montenegro - trasunto del ex presidente boliviano Hugo Bánzer- en uno de esos giros acrobáticos que suelen dar los tiranos, ha retomado el poder convertido en flamante demócrata. Los años de la dictadura, durante los cuales Turing llegó a serle de tanta utilidad, forman parte de una historia de la que pocos quieren acordarse. El mundo no es más el paranoico tablero de espionaje que fue durante la Guerra Fría. ¿Qué mensajes conspiratorios descifrar ahora? ¿Qué célula de izquierdistas detectar?

Será Flavia, su hija, una inhibida adolescente con peinado rasta, la que, poco a poco, se irá introduciendo en las fauces de esa guerra informática que ha empezado a cubrir en su página web, TodoHacker.com, con exclusivas que son la envidia de los medios de información tradicionales. ¿Hasta dónde llegará la investigación que ha emprendido en la red para dar con el rostro de quien se hace llamar Kandinsky?

En el universo virtual del Playground, adonde accede bajo el avatar de Iris, la realidad no es más que una ilusión y los personajes son solo fantasmas que se camuflan en lo que les hubiera gustado ser en un mundo que es una copia del real.

Episodios del pasado guardados en los archivos del Archivo de la Cámara Negra y en las notas manuscritas de una historiadora han resucitado para amenazar las vidas de Turing ("ASESINOTIENESLASMANOSMANCHADASDESANGRE") y su mentor, Albert, enigmático fundador de la Cámara Negra, cuya oscura leyenda se pierde en el ocaso del Nazismo.

¿Qué venganza pretenden llevar a cabo Ruth, esposa de Turing, y el juez Cardona, ex ministro del interior de Montenegro? ¿Sus esfuerzos se quedan en el loable afán de querer hacer justicia cueste lo que cueste, caiga quien caiga, o los motivos personales pesan más y se limitan a la ley del Taleón, ojo por ojo diente por diente?

Una serie de personajes y voces que se entrecruzan en el tiempo recrean esta trepidante ficción que, con exquisita sutileza, consigue plasmar la ambivalente condición del hombre moderno, presa de los adelantos tecnológicos -incluida la realidad virtual- y a la vez – ¡manes de la naturaleza!- esclavo de un cuerpo de carne y hueso que le reclama apetitos inconfesables así como le infringe molestias.

Novela de suspense, de intriga política, por momentos incluso el lector tiene la impresión de moverse en los terrenos de la ciencia ficción, ¿pero no es acaso el presente lo que se nos describe? ¿O las secuelas del pasado? ¿O los legados de la historia y las guerras que siempre han codiciado la información como la genuina arma letal?

Leer el presente, asimilarlo, proyectarlo en una ficción, entregarlo al público como una radiografía novelada de este mundo que nos ha tocado vivir, dividido en grandes imperios y países miserables, entre partidarios de la economía de mercado y movimientos Antiglobalización, lanzado a una carrera tecnológica cuya velocidad no conoce precedentes en la historia y cuyo papel ha acabado injertándose en el sistema de modo que este ya no puede prescindir de aquel.

Esto lo ha conseguido sobradamente Edmundo Paz Soldán en esta espléndida novela, Premio Nacional de Bolivia 2003, ratificando así su capacidad para enganchar al lector con un estilo literario que tiene los pies en la actualidad y que bien podría estar marcándole un camino por explorar a su generación y a las venideras.

Ernesto Escobar Ulloa

 ©  TBR 2004
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marzo - abril  n° 41

Narrativa

Iris Zavala: Boleros
Juan Francisco Ferré: La fiesta del asno
(fragmento)
Charles Kiefer: Miedo
G. K. Wuori: Desnuda entre muchachos
Leelila Strogov: Bola de sebo

Entrevista

A Iris Zavala

Reseñas

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Lêdo Ivo El sol de los amantes
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Carlos Eugenio López El factor Rh
Edmundo Paz Soldán El delirio de Turing

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