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índex català     mayo - junio  n° 48

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Entrevista a Edmundo Paz Soldán y Alberto Fuguet

Por Miguel Esquirol Ríos

 

El encuentro "Nuevos Escritores Hispanoamericanos: Valiente Mundo Nuevo" que tuvo lugar en Lleida y Barcelona, concluyó el pasado 2 de abril en el Centro de Exposiciones Caixa Forum, de la ciudad condal. La mañana siguiente, después de las lágrimas en el Vaticano, desayuné junto con los escritores Alberto Fuguet y Edmundo Paz Soldán en el hotel Villamarí.

Mientras al primero le gusta ser polémico y decir las cosas sin filtro ni mediación, el segundo prefiere la moderación y suavizar sus declaraciones. Pese a que son tan distintos, ambos escritores son frecuentemente asociados y presentados como los fundadores de McOndo. Bien es cierto que se llevan bien y permiten que la conversación sea agradable e interesante.

 

The Barcelona Review - Hagamos una evaluación del encuentro.

Alberto Fuguet - Fue maravilloso.

TBR - ¿Y una respuesta más honesta?

AF – Yo no creo mucho en los encuentros y no voy casi a ninguno. Para mí este sirvió para desconectar porque estaba haciendo una película. Dicho esto, bien. Los eventos tienen que ver más con el escritor que con el público. No creo que se llegue a conclusiones definitivas, no creo tampoco que sirva de publicidad. El encuentro ha sido agradable aunque un poco largo. Pero me gustaría insistir en que la vida literaria no pasa por los congresos. Yo creo que el verdadero motivo de los congresos es que en ellos uno conoce gente que no ha visto en su vida, pero no es la auténtica manera de encontrarse con los libros. A los grandes escritores que yo he descubierto no los he descubierto en congresos. Tampoco creo que se decidan grandes cosas como: "la novela está muerta". Yo creo que nunca se ha llegado a una cuestión así. McOndo tampoco se inventó en un congreso, sino en un McDonalds.

Edmundo Paz Soldán – Lo interesante es ver cómo, en un congreso como este, aparecen nuevos temas, o cómo algún tema anterior de pronto pierde vigencia o pierde la nota de escándalo que tenía. Por ejemplo ahora hemos debatido mucho el impacto que ha tenido el uso del inglés en la literatura que se escribe en Latinoamérica. Hace 10 o 15 años hubiera sido impensable tocar este tema. Ahora se empieza a asumir que hay escritores en Estados Unidos que escriben en inglés y tienen mucha relación con la literatura latinoamericana. Otra cosa que ni siquiera estaba en el debate y que me ha llamado la atención fue que estando junto al Festival de Cine Latinoamericano en Lleida, una noche vimos una película cuyo guión era de Juan Villoro, otra noche vimos una de Antonio Gamboa, aquí Alberto (Fuguet) está terminando una película… Así que, sin que fuera tema de discusión, aparece una relación cada vez más fuerte entre cine y literatura entre los escritores latinoamericanos.

AF – Siguiendo con lo que decía Edmundo (Paz Soldán), McOndo ahora es un tema, antes era un escándalo. La primera vez que fui a un congreso, en Austin, hubo gente que se enojó de verdad, terminamos siendo casi atacados. El año pasado, cuando estuve de gira por mi libro en inglés, almorcé con gente de Texas. Una de las profesoras me dijo "Ustedes nunca le hablaron a nadie. Ustedes eran gente burguesa". Ella creía que éramos una conspiración, que nos conocíamos de toda la vida, cuando de verdad yo tuve la oportunidad de conocer a muchos escritores ahí, Paz Soldán por ejemplo me cayó muy bien. ¿Sabes una cosa muy rara? En el backstage de los congresos está mal visto estar solo porque significa que no eres del grupo, cuando a la larga no existen los grupos. Uno escribe justamente para ser independiente.

TBR – ¿Entonces ya se acabó McOndo?

AF – No. Para mí McOndo es un país, no es algo literario, no es algo que se puede acabar. Yo lo veo como un país de verdad, como un continente, como una era que va más allá de lo literario, de lo político. Que todavía haya escritores que quieran ser candidatos a presidente me parece un fenómeno McOndo. McOndo para mí es todo lo indio, todo lo bastardo, es pasado y futuro mezclados. Jóvenes casi analfabetos jugando con juegos electrónicos en la alta montaña, para mí eso es McOndo. Incluso ha habido varios presidentes McOndo, Fujimori y los videos de Montesinos, por ejemplo. Por lo tanto, yo creo que aún falta bastante para que se termine. Tendría que haber un cambio muy radical, quizás que América Latina se transforme en Suecia.

EPS – Pero si te refieres específicamente a la antología, cada escritor siguió por su camino. El escándalo que causó en su momento ya pasó. En un congreso hace dos años en Sevilla, me llamó la atención que se hablara de McOndo como algo ya asumido, como un referente. Es algo que para bien o para mal estaba ahí para entender la literatura de los noventa, punto. Lo bueno para mí es que varios de los escritores de la antología siguen escribiendo, y tienen carreras muy personales.

AF – No creo que todos ellos se consideren todavía McOndo, pero yo creo que todos los son, sean buenos o malos.

"Una película funciona cuando alguien la ve un domingo en la tarde, no un martes a las once de la mañana en el instituto chileno-boliviano; para mí eso no es cine." Alberto Fuguet.

"Una película funciona cuando alguien la ve un domingo en la tarde, no un martes a las once de la mañana en el instituto chileno-boliviano; para mí eso no es cine."
Alberto Fuguet.

TBR – ¿Cómo vive Latinoamérica en esa mezcla de pobreza y nuevas tecnologías, de nuevas y viejas tendencias musicales?

EPS – Una de las cosas que me parece más fascinante de la cultura latinoamericana es que nunca termina de superar un tiempo anterior, y se acumula sobre ese tiempo anterior lo que está ocurriendo en el presente. En Latinoamérica hay una especie de placas tectónicas que se van superponiendo, y nunca se termina de superar lo que está abajo. Entonces existen visiones pre-tradicionales, tradicionales, premodernas, modernas, arcaicas y postmodernas, unas sobre otras. Nosotros estamos en una de esas capas y a mí me interesa narrar ese choque.

TBR – ¿Entonces hay comunicación entre capas?

EPS – Sí, pero a veces hay terremotos. Se baja una placa, sube otra.

AF – Encuentras en Chile por ejemplo, protestas del Opus Dei, nudistas en medio de la calle, tradiciones culinarias del siglo XVI combinadas con la llegada de la nueva comida peruana.

EPS – Las capas pueden existir incómodamente gran parte del tiempo y de pronto hay una explosión y ocurren flujos y reflujos. A mí me interesa contar este precario equilibrio. Por ejemplo, me interesa contar el choque de un mundo que apuesta por la modernidad y otro mundo que se resiste y tiene miedo. Esto ocurre en todas partes, pero de diferentes maneras y con diferente intensidad. A mí me interesa ver cómo se da este conflicto en América Latina

AF – Yo lo veo un poco distinto, yo creo que todo existe al mismo tiempo. Por ejemplo: hay un camino de tierra, en el camino está circulando un bus, y el bus está recibiendo por satélite "Operación Triunfo", eso está ocurriendo cada día en América Latina. Es un continente extremadamente mediático. Uno creería que un país subdesarrollado debería tener tecnología subdesarrollada, como era antes. En Chile antes solo los ricos tenían teléfono y televisores. Luego algo ocurrió que todo el mundo los tiene, todo el mundo tiene cable. En Chile se reúnen grupos de señores de 60 años para discutir el último capítulo de "Los Sopranos". Pero es mediático no sólo por la tecnología, sino porque existe un discurso mediático. El discurso político, el discurso social, todo pasa por los medios. Un ejemplo fue Fujimori, ahora es Hugo Chávez, que si no está en los medios no existe.

EPS – Sin ir más lejos el presidente de Bolivia, Carlos Mesa, era un conductor de noticiero. Es como imaginarse a Peter Jennings de presidente de los Estados Unidos.

TBR – ¿Qué relación guarda el fenómeno mediático – la televisión, Internet, el cine- en la literatura?

EPS – En mi caso específico, yo era mucho más tradicional, tenía la idea de que la literatura era un mundo muy hermético, para bibliotecarios, para intelectuales, alejado de la cultura popular; y yo sobre todo leía a los clásicos, casi no leía escritores vivos. Cuando comencé a asistir a congresos y a conocer escritores de mi generación recién me fui soltando. Me di cuenta de que se puede hacer literatura dejando entrar los ruidos de la calle. Me empezó a interesar el impacto de las nuevas tecnologías, no tanto el cine y la televisión como a Alberto, sino más bien las computadoras, Internet. Lo que me interesa es el impacto de estos medios, la forma en que nos cambian. Esto me ha supuesto una gran liberación; aunque siento después de mi última novela que el tema, no es que se me haya agotado, pero quiero darle una pausa.

AF – A mí me parece que ahora hablar de medios ya no tiene nada de nuevo. Toda la gente que escribe siempre ha usado los medios. Yo participé en un taller literario en Chile que se llamaba Zona de Contacto, en El Mercurio. La diferencia de otros talleres es que nosotros obligábamos a los integrantes a publicar. Todos los cuentos salían en el diario. Para la gente que decía "me da miedo publicar", la respuesta era "te vas". En el taller, cuando un cuento era aprobado iba a la imprenta, y era leído por un millón de personas y era atacado por 500.000. Pero a mí eso me parecía bueno. Muchos me dicen que vivir en un centro cultural es una ventaja porque estás rodeado de cultura, pero yo creo que no es verdad. Si vives en un basurero cultural también eres más libre, no te sientes observado, no sientes que tienes que seguir una línea. Yo creo que así uno vive de forma más libre; si se vive rodeado de escritores uno no va a querer molestar, va a querer agradar al otro, seguir la tendencia de la moda.

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"Narrar la Latinoamérica contemporánea ha hecho que muchos se confundan y me pregunten ‘¿por qué aparece un iPod o un MP3 Player en tu novela?’ Para algunos esto es ofensivo, según ellos así no es Latinoamérica."
Edmundo Paz Soldán.

TBR- Entre ustedes y los otros escritores que asistieron al encuentro, fuera de la edad y procedencia, ¿qué hay en común?

EPS- Yo creo que lo que nos une ha sido narrar una Latinoamérica contemporánea con toda su fascinación y repulsión. Eso al principio se confunde, pero con los años se está aclarando. Al principio se nos acusaba de practicar una especie de apología del delito. Recuerdo las críticas de una revista boliviana que decían: "Paz Soldán, el escritor del modelo neoliberal". Yo no he creado el modelo neoliberal, intento representarlo porque es parte de la realidad contemporánea de América Latina. Me parece que hay ahí mucha tensión y muchos temas para ser narrados. Me parece hasta ofensivo que se le diga al escritor que no se pueden narrar ciertos temas porque no son políticamente correctos. A mí me interesan las contradicciones. En Bolivia el modelo liberal no ha aparecido de la nada y hay que narrarlo. Es trabajo de la sociología, de la economía o de la historia explicar porque apareció el neoliberalismo, nosotros crecimos con él y queremos narrar ese lado tan fascinante y repulsivo que tenía aquel periodo. Narrar la Latinoamérica contemporánea ha hecho que muchos se confundan y me pregunten "¿por qué aparece un iPod o un MP3 Player en tu novela?" Para algunos esto es ofensivo, según ellos así no es Latinoamérica. Y yo no me he inventado a los jóvenes latinoamericanos que usan estos aparatos.

AF- Que los latinoamericanos tengamos que ser distintos al resto, eso sí me parece políticamente incorrecto.

EPS - En el reparto de papeles a Latinoamérica le tocó proveer color local, exotismo, y si no tiene esa carga de color local no corresponde al modelo. Y rechazar eso, tanto explícita como implícitamente, es parte de una sensibilidad. Yo creo que esta sensibilidad va más allá de una antología, está en películas mexicanas como Y tu mamá también o Amores perros.

TBR - ¿Edmundo en qué estás trabajando ahora?

EPS – Estoy trabajando en una novela ambientada en la guerra del gas, está narrada desde el punto de vista de un intelectual que le escribe los discursos al presidente en el momento que el país está colapsando. El intelectual tiene que encontrar la retórica para convencer al pueblo de un proyecto de país en el que ni él mismo cree, pero es su trabajo. En el fondo, me interesaba explorar la mitificación del rol del intelectual en América latina. Estos personajes que en el siglo XIX hicieron un aporte muy positivo en la creación de la república, de nuestra constitución, el letrado del siglo XIX tipo Andrés Bello continuó a lo largo del siglo XX y puedes seguir viéndola ahora en intelectuales como Vargas Llosa o Carlos Fuentes. Si bien hay ese caso en la tradición latinoamericana hay también el otro caso, el del intelectual cortesano. Los que se acercan al poder por el deslumbramiento que este produce y se quedan ahí por su carga magnética. Y en muchos casos se concentran esos dos roles en una misma persona. El intelectual que es al mismo tiempo el gran crítico del poder pero que también está fascinado por el poder. Pensemos por ejemplo en García Márquez, que escribió en El Otoño del Patriarca una de las mejores críticas al poder, pero al mismo tiempo no puede desprenderse del aura magnética de Fidel Castro, que quiere ser su amigo, vivir en su barrio, tener una casa allí.

TBR – ¿Existe el mismo fenómeno en Chile?

AF – Yo creo que no, a dios gracias. Aunque hay excepciones. El presidente tiende a invitar más escritores de lo necesario a La Moneda. Yo creo que un presidente no debería ser tan culto, no debería ser tan amigo de los escritores, no tengo ningún problema en que el presidente lea mala literatura. Tampoco entiendo eso de ser agregado cultural, creo que es algo más mexicano y de los sesenta. Pero no puedo decir nada, si me ofrecen ser ministro de educación quizás no podría evitar la tentación; claro que es algo ultra poco probable, pero en México te ofrecen esos puestos.

TBR - ¿Alberto cómo fue tu entrada al cine? ¿Como se empezó a adaptar tu obra?

AF - Yo siempre me he sentido ligado al cine, siempre me ha gustado, he escrito crítica de cine, he sido cinéfilo, siempre he querido ser director, siempre ha estado conmigo. El resto es una suma de casualidades. Pero yo creo que escribo muy visualmente por lo que quizás alguien considere que es más fácil adaptarme.

TBR - ¿No hay un cambio de lenguaje con respecto a la literatura?

AF - No, la verdad no. Se adaptó Tinta Roja, lo que me parece una redundancia porque yo lo escribí como filmando. Ahora estoy ayudando a adaptar Mala Onda, lo que me parece fantástico. Lo cierto es que yo no dirigiré ningún libro mío.

TBR - ¿Cómo va la película? ¿Llegará por España?

AF - Yo creo que no. A mí me encantaría, pero para eso tiene que entrar al circuito comercial y yo no sé si mi película es lo suficientemente comercial. Quizá llegue por medio de los festivales. En literatura yo creo que es totalmente legítimo escribir y publicar en pequeñas editoriales, que haya doscientos ejemplares, que se haga autoediciones, etcétera. En cambio en cine, yo considero que el mismo soporte pide un grado mayor de exposición. Una película funciona cuando alguien la ve un domingo en la tarde, no un martes a las once de la mañana en el instituto chileno-boliviano; para mí eso no es cine. Para que realmente exista tiene que estar en todas partes, para que la puedas ver en una buena sala, para llevar a tu novia, para poder recomendarla, para poder tenerla en DVD. A mí me gustaría que en el futuro mis películas llegaran a eso. La industria es lo suficientemente grande para que entren películas grandes y chicas. Para mí la literatura under sí existe, en cambio cine under no. Yo no tengo problema en que me lean 1000 personas, en cambio no quiero que la película se estrene y la vean 4 gatos.

TBR - ¿Estamos en la época del escritor profesional?

AF - Yo creo que el verdadero modelo del escritor profesional en Latinoamérica, con el que comenzó, fue Vargas Llosa.

EPS - En la época del "boom" aparece el agente literario, alguien que sólo representa a los grandes. Hoy eso se ha democratizado muchos más.

AF - La idea de que un agente literario va a mejorar tu carrera es muy naif. En un momento se mitificó mucho entre los mismos escritores del "boom" a Carmen Balcells, de que ella realmente podía cambiar tu vida. Yo le mandé un libro y me llegó una carta diciendo que yo no le interesaba y desde entonces yo dije que esa mujer nunca iba a ser agente mía aunque tenga cuatro Cervantes y cuatro Nobel. Porque si no me tomas en cuenta ahora, qué diferencia hay entre hoy y ayer. Yo sí me hubiera contratado.

EPS - Para que exista verdaderamente un escritor profesional tiene que haber un mercado literario serio en Latinoamérica. Ahora existen pequeñas islas y son muy pocos los escritores que pueden vivir de lo que escriben. Yo no vivo de lo que escribo. Para mí la profesionalización del escritor, en mi caso específico, significa tomarme en serio la escritura. Tomarme la escritura como un oficio que quizás no tiene esa aura romántica que alguna vez tuvo, que la inspiración me va a caer del cielo cuando estoy caminando. La verdad es que tienes que trabajar duro para convertir esa idea en algo real.

AF - Además estar borracho todo el día es peligroso para la salud. No es un asunto literario.

TBR - ¿Sin posibilidad de publicar seguirían escribiendo?

EPS - Sin ir muy lejos, en este mismo congreso, una de las escritoras nos contaba que tiene ocho manuscritos en un cajón. Alfaguara le acaba de publicar su primera novela. Y tiene cinco novelas en manuscrito y tres libros de cuentos. A mí me parece notable esto, que te muestre que más allá de que haya publicación o no, que haya agente o no, que haya mercado o no, existe la escritura. Eso es el oficio. Dedicarse a esto como una carrera en la que lo que importa es el deseo de contar una historia más allá de lo que pase con ésta, si la vayan a leer 50 personas o 5000. Eso me parece más profesional que otros escritores que lo son y tienen que sacar un libro cada año por exigencias del mercado.

AF - En mi caso yo no sé si lo haría, siempre he tenido la oportunidad de publicar. No podría decir si escribiría sin la necesidad de publicar. Cuando estaba en el taller de Skarmeta, él le dio un texto mío a su editor sin mi permiso y este me llamó diciendo que cuando tuviera algo lo buscara, así sin contrato ni nada. Pero desde entonces siempre tuve oportunidad de publicar lo que escribía, así que no me puedo arriesgar a decir que seguiría escribiendo sin que existiera esa posibilidad. Quizás no duraría 6 meses y decidiría dedicarme a otra cosa.

 

© TBR 2005
© foto Fuguet: Barruel

Este texto no puede reproducirse ni archivarse sin permiso del autor y/o The Barcelona Review. Rogamos lean las condiciones de uso.
 

CARNÉ: ALBERTO FUGUET. Nació en Santigao el 64. Se crió en USA hasta los 11. Estudio Periodismo en la U de Chile. LibrosSobredosis (cuentos, 90); Mala Onda (novela, 91); Por favor, rebobinar (novela, 94); Tinta roja (novela, 96); Primera parte (crónicas, 00); Dos hermanos (guión de cine, 00); Las películas de mi vida (novela, 03); Cortos (cuentos, 04). AntologíasCuentos con Walkman (93); McOndo (96); Se Habla Español (00) Cine: como guionista: 10.7 (corto, 97); En un lugar de la noche (largo, 00). Como director: Las hormigas asesinas (corto, 05); Se arrienda (largo, 05).

Alberto Fuguet en The Barcelona Review: entrevistas: "Entrevista con Alberto Fuguet" (TBR 16) y "Estados Unidos es un país latinoamericano" (TBR 42). Relato: "Hijos" (TBR 16),

CARNÉ: EDMUNDO PAZ SOLDÁN. Edmundo Paz Soldán (Bolivia, 1967) es autor de novelas como La materia del deseo (2001) y El delirio de Turing (2003). Ha ganado el premio Juan Rulfo 1997 y el Premio Nacional de Novela en Bolivia (2002). Enseña literatura hispanoamericana en la Universidad de Cornell (Nueva York). Su obra ha sido traducida ha siete idiomas. En la actualidad vive en Sevilla.

Edmundo Paz Soldán en The Barcelona Review: entrevista: "Es fácil atacar a las dictaduras una vez que éstas caen" (TBR 36), cuentos: "La visita" y "Los otros" (TBR 39), reseñas de: La materia del deseo (TBR 35) y El delirio de Turing (TBR 41) y en la sección "Palabras del Oficio": "El escritor, McOndo y la tradición" (TBR: 42)

CARNÉ: Miguel Esquirol Ríos. Boliviano afincado en Barcelona, es periodista y ha publicado en diferentes medios bolivianos y españoles. Tiene 25 años, trabaja actualmente tanto en el campo de la ficción (cuento, novela) como en el de no ficción (artículo periodístico, ensayo). Ha ganado diversos premios en Bolivia. Publica constantemente en su página personal (http://elforastero.blogalia.com), que le sirve como un semillero de ideas. Actualmente realiza un doctorado en filosofía y cultura.

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mayo - junio  n° 48

Narrativa

Fernando Ampuero: Voces
Patxi Irurzun:
El chubasquero del Coronel Tapiocca
Eduardo Iriarte Goñi:
La indiferencia de los peces
Rafael Sánchez Villegas:

El Dictador (historia muda en cuatro escenas)

Palabras del Oficio

Sergio Ramírez: Constancias de un vicioso

Entrevista

Edmundo Paz Soldán & Alberto Fuguet

Necrológica

Marcela Restom:
Entre humo y cenizas:Guillermo Cabrera Infante

Notas de actualidad

Orden de Don Quijote para Isaac Goldemberg

Reseñas

LIBROS
Asclepios Miguel Espinosa
Historia de dos aventureros Umberto Jara

CINE/DVD
Metallica. Some kind of monster Joe Berlinger & Bruce Sinofsky

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