ANTONIO COSTA GÓMEZ
MADURARÁS APASIONADAMENTE

“Un día llegarás a la orilla de un río en una ciudad lejana. Y entonces madurarás apasionadamente. Todos los frutos que has guardado con todo tu ser te saldrán a los ojos y a la cara. Mirarás a alguien que se acerque con una mezcla de monstruosidad y ternura”. Traté de decirte eso en aquella fiesta al lado del ventanal. Quise hablarte con toda la fuerza y toda la delicadeza. Pero tú te asustaste aunque estabas interesada. Yo sabía que no podía hacer nada contigo pero me interesabas profundamente desde lejos. Quería que no se malograra todo lo que llevabas en ti, ya lo estabas mirando anticipadamente con los ojos vaciados. Te quedaste mirando extrañada y no supiste si escucharme o marcharte. Porque yo te hablaba como si estuviera metido en un sueño, en aquel momento en que el violín sonaba desesperadamente y las personas danzaban como insectos imparables. En aquella brecha que el violín abría en ti supe que podrías escucharme entonces o nunca.
Te dije: ahora lo tienes todo en ti y en promesa, pero un día madurarás apasionadamente junto a un río al lado de otros ventanales y querrás envenenar a alguien con tus frutos. Habrá tanto excesos de frutos en ti que no sabrás como compartirlos. Se te pondrá la piel con tanta fiebre o con una especie fe furor íntimo y se abrirá en una sensibilidad enloquecida. Y entonces madurarás tan apasionadamente que no sabrás cómo contenerlo, le soltarás tus frutos a un extranjero de paso, a alguien que te mira casualmente al bailar, a la vida entera, y la vida se creerá que realmente te diriges a ella.
Madurarás como maduró la Tatiana de Pushkin y recibirás llena de frutos hundidos a Eugenio que vuelve pasmado y con los ojos más abiertos, y lo llenarás de nostalgia, y se quedará mirando tu madurar sin poder hacer nada. Madurarás como maduran las mañanas de otoño y como se va enriqueciendo la vida, y te sentirás tan rica de vivencias y presentimientos que te habrás metido en el secreto del mundo. Y caminarás por el salón junto al río, y estarás caminando secretamente en otro salón en otro río, pero la gente no se dará cuenta. Porque tú lo sabes, la gente nunca se da cuenta de nada. Ni siquiera tú te das cuenta de ti misma, aunque yo trato de que lo hagas ahora, y no quiero que te asustes cuando un día madures tan apasionadamente.
No hace falta que te toque la piel, no te asustes, pero estoy presintiendo en tus hombros desnudos, en tu mirada indefensa, como madurarás algún día apasionadamente, como se saldrán de sí mismos y no sabrán administrarse. Cuando los atardeceres se descontrolen y los rumores del río se descontrolen e incluso la desesperación de los violines se descontrole completamente como si estuvieran junto al Danubio.
Me sentí enternecido, te vi tan sola en un segundo y tan libre junto al ventanal, mirándolos a todos con toda tu capacidad de mirar, y presentí como madurarías un día con tanta pasión, como te saldrían a los labios todos los vinos desconocidos, y se enamorarán de ti tus primos hasta la alucinación, y te sentirás tan colmada de ti misma, tan llena de uvas amarillas que te rebosen. Te lo quise decir porque lo vi mejor que tú misma pero tú te asustaste, sentiste deseos de llamar a alguien, tal vez a lo más avisado de ti misma, pero no era necesario. Yo solo quería anticiparte qué esplendor sentirías algún día y como te acordarías de mis palabras inútiles. Luego te pregunté si querías bailar y tú me dijiste que estabas cansada. Y fue mucho mejor porque yo nunca supe bailar en ninguna parte.
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© ANTONIO COSTA GÓMEZ
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ANTONIO COSTA GÓMEZ: Nació en Barcelona en 1956, creció en Lugo. Es licenciado en Filología Hispánica y licenciado en Historia del Arte, por la universidad de Santiago de Compostela. Fue profesor de Literatura en enseñanza media. Viajó por más de 50 países.
Publicó numerosos libros, entre ellos “Las campanas” Delelunalibros), “Mateo, el maestro de Compostela” (Nowtilus) , “El misterio del cine” Quadrivium) , “Los camiones de Patagonia” (Ediciones en Huida). Apareció en las antologías: “ Florilegium, Poesía española última” ( Austral) “Elogio de la diferencia” ( Cajasur). Ganó algunos premios: “Estafeta Literaria” 1976, Ministerio de Cultura en Madrid 1981, Amantes de Teruel 1985, Día de la Poesia en Segovia 2012, Accésit San Clemente Santiago 1984, Finalista Casino de Mieres 1990, Finalista Ciudad de Sevilla 2016… Estuvo entre los finalistas del Premio Nadal 1994 con “Las campanas” , del Premio Herralde en 2014 con “El misterio del cine”, del Premio Azorín en 2018 con “El saber apasionado”.
Colaboró en muchos diarios y revistas: “La Voz de Galicia”, “El Progreso”, “ABC”, ”Córdoba”, “El Correo Gallego”, “La Estafeta Literaria”, “El coloquio de los perros”, “Cuadernos Hispanoamericanos”, “Barcarola” , “Ideal” de Granada, “Diario 16”, “Visor”, “Entretanto Magazine”, “El Malpensante” .
Tradujeron su novela “La calma apasionada” al francés y al rumano. Le gustó siempre Jacqueline Bisset y el vino tinto.