barcelona review #15

índice | índex | navegación                                              
LA CIUDAD DE LOS NIÑOS
(fragmento de la novela:
La señora Rodríguez y otros mundos)
por Martha Cerda

 

Kidcity by MGS     El niño de la boina roja metió los paquetes en una bolsa; luego llenó otra y otra hasta completar cinco bolsas grandes de polietileno, con la inicial impresa en rojo de la cadena de supermercados a la que pertenecían. El niño usaba además un delantal, sobre el cual aparecía, en una credencial de identificación, su rostro como asomado por una ventana de acrílico. Tendría unos diez años.
      Algo en él me era familiar; no sabia qué. Recordé entonces cuando yo vagaba por las salas de los hospitales en busca de alivio. No estaba enferma, pero necesitaba comprobarlo con mis propios ojos que recogían la des esperanza y el dolor auténticos. Ahí vi por primera vez, en la sala de cunas, la sección dedicada a los niños paqueteros. Estaban uniformados con sus gorritos rojos y no lloraban; tenían los ojos abiertos, muy alertas. A la salida, las madres del día anterior formaban una larga hilera y al llegar su turno recibían cada una a su niño, con su respectivo uniforme y credencial. No podrían tener a los niños por más de diez años, decía una voz por el altoparlante. A esa edad, la empresa los recogía y a partir de entonces vivían en los supermercados. Las madres tomaban al niño en sus brazos y lo llamaban por su número. Ahí lo había conocido, pensé al darle la propina. Recordé las palabras de su madre al acariciarlo: «seismilquinientos, mi seismilquinientos». En efecto, en la credencial pude leer: «seismilquinientos» y en su mirada el odio hacia mí y hacia todos los que teníamos un nombre verdadero. Abrí la cajuela del coche, seismilquinientos acomodó las bolsas en el interior y antes de cerrar me preguntó, fingiendo desinterés, cómo me llamaba. «Cuatrocientosveinte -le contesté y agregué-: Pero no se lo digas a nadie.» Lo vi sonreír un instante. En el hospital general el número ochocientoscincuentamil estaba naciendo en esos momentos.

7

       La señora Rodríguez desocupó el cuarto de Carlitos para alojar en él a su suegra. La pobre ya no podía estar en el hospital tanto tiempo y el señor Rodríguez decidió llevársela a su casa, para eso tenía una nuera a la que un día le había regalado esa bolsa de oferta comprada en una barata del Puerto de Liverpool. La señora Rodríguez barría de mala gana la habitación, cuando sonó el teléfono. «¿De verdad?», preguntó la señora Rodríguez con una sonrisa y enseguida tomó su bolsa y salió. Iba de negro pues en la mañana había dicho «por si acaso» y se había puesto un vestido que era de su cuñada, la mamá de Laurita, y que le quedaba apretado, pero no era cosa de ponerse a comprar ajuar de luto con esta crisis. Así, con el vestido ciñéndole las caderas, llegó a la funeraria. En el camino la señora Rodríguez recordó el cinturón de castidad que le había dado su suegra de regalo de bodas, junto con un ejemplar de la vida de los santos donde destacaba el capítulo dedicado a las vírgenes de la Iglesia. También recordó el día en que le preguntó a su suegra de qué manera había nacido el señor Rodríguez y a aquélla le brillaron los ojos un segundo, antes de darle una cachetada.
      El señor Rodríguez la esperaba hecho un mar de lágrimas. La señora Rodríguez lo abrazó y por primera vez en su vida exclamó: «Al fin solos.» Entonces se dieron cuenta de que el señor Rodríguez ya tenía gota, estaba calvo y gordo y ella tenía mal aliento por su falta de digestión y usaba lentes bifocales; los cuales sacó de su bolsa para leer la oración de La Magnífica a los pies del féretro. Dentro, la suegra reía.

© 1999 Martha Cerda
La Sra. Rodríguez y otros mundos fue publicado por Ediciones B, Barcelona. Esta versión electrónica  ha sido publicada en  The Barcelona Review con el permiso de Ediciones B.
Esta historia no puede ser archivada ni distribuida sin el permiso expreso de Barcelona Review. Rogamos lean las condiciones de uso.
Martha Cerda

Martha Cerda nacío en Guadalajara, Mexico, en 1945. La Sra. Rodríguez y otros mundos le supuso el primer gran reconocimiento internacional, renovado posteriormente con la publicación de Toda una vida. Anteriormente, había publicado Juegos de damas. Es presidenta del Comité del PEN para América Latina y fundadora de su centro en Guadalajara.

navegación:                     barcelona review #15    novembre 1999 - enero 2000 
-Relatos Marta Cerda: La ciudad de los niños
J .M. Servin: Pelea de perros
William Spindler Li: Un bestseller improbable
Javier Marías: Menos escrúpulos
Ian Wild: La mujer que se tragó el Libro de Kells
Gotzy: La historia de Gotzy
-Entrevista Jordi Llovet
-Cuestionario Cuestionario sobre Beckett
-Reseñas  Obras completas de Kafka
-Estantería Tom Wolf, Pedro Juan Gutiérrez ...
-Secciones fijas Breves críticas (en inglés)
Ediciones anteriores
Audio
Enlaces (Links)

www.BarcelonaReview.com  índice | inglés | catalan | francés | audio | e-m@il