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septiembre -octubre 2000  num 20

biografía  |  versión en inglés

Nota: El original presenta un inglés muy marcado por el habla escocesa, y la traductora ha intentado transmitir este rasgo al español. Si deseas hacer alguna observación sobre sus esfuerzos, envíanos un correo electrónico.

JEROGLÍFICOS
Anne Donovan

Traducción/adaptación:
Mercè López Arnabat

 

     Esyah venga bailah sya dah vuertah por loj aireh tar que arañah negrah. Syasín no había quien hisiera ná, porque cá veh que me creía que sya lah tenía cogíah y sya laj había ordenao, poj hale, vuerta a eccaparse.

     Tú apréndete las reglas. Te las aprendes de memoria y ya está.

     Pero qué iba a sabeh syo qué regrah serían ésah, si no entendía ná de ná. Puri. Syo me syamo asín. Puri. Lo mimmo que er porvo ese brisyante que viene en unoh botesitoh y que tú en Navidah cogeh un troso carturina, lo dobrah, le poneh su poco pegamento y le daj asín con la puppurina y ea, sya tieneh tu crimmah con su dibujo y tó. Por sierto, que syo no tuve la curpa. Que se me casyó sin quereh. Porque eh que resurta que tenía toh, y, a máh, me ettaba riendo, y, craro, entre una cosa y la otra, poh tenía syo sya la cabesa como un bombo. Ná máh que me fartaba ponemme a pensah ande iba la ele de árboh. Que digo syo: ¿cuála ele? Si eh que eh pa morisse. Syhay que veh cómo se puso la maettra, que pa mí que ettaba la mujeh un poco pa asyá.

     Una manada de leones
     Una bandada de gansos
     Un rebaño de ovejas
     Una plaga de langostas

     Noj hiso aprendeh tooh loh nombreh colettivoh de memoria, y cá día por la tarde, cuando vorvíamoh de comeh, noh loj hasía resitah. Tooh asyí sentaítoh con lah manoh bien puehtah y mirando por la ventana, pa ande loh bloqueh. Tó grih: lah pare’eh, lah casyeh, er sielo... Bueno, er sielo a veseh no ettaba grih, pero mayommente sí. En fin, que me syegué a sabeh er nombre colettivo de tooh loh bisyoh der mundo. Y digo syo: ¿pa qué? A veh, no te digo syo que no tuviese su grasia si un día se noh syenara el barrio de leoneh. Entonseh sí. Entonseh pon que te asomah a la ventana y veh a un pe’aso behtia pelu’a que se ettá comiendo a tu hemmana la pequeña: poh te vuerveh pa ande tu madre y le diseh:

     ¡Mama! ¡Que a la shiqui se la ettá comiendo una maná leoneh!

     Y asín ar menoh te que’a er consuelo que haj usao la temminología esata. ¡Pero eso qué va a pasah! Si por no verse, en er barrio no se ha vitto nunca ni una oveja. Ni máh gansa que una servi’ora. Vamoh, con desih que, hatta que no noh syevaron con er coregio ar soo, syo ná máh que había vitto que pattoreh aremaneh y gatoh sannosoh...

     Le falta concentración.

     Que eh una horgasana, vasya.

     No, no creo que sea holgazana, creo que tiene dificultades objetivas de aprendizaje.

     Si eh que tiene la niña osho añoh y entavía no sabe ni leeh ni eccribih...

     Mi madre me tenía por tonta. Bueno, por tonta tampoco. O sea, no tonta como la niña la vesina, que esa sya ni iba ar mimmo coregio que nosotrah, ni hablaba normah, y hatta miraba raro y tó. Bueno, cómo sería que, en la casye, loh demáh niñoh no querían jugah con esya. En cambio syo, pa syevah recadoh, pa haseh cosah en la casa y pa hablah con la gente, bien. Syo ná máh que era tonta pa lah cosah der coregio, sobre tó pa lah que había que sabeh leeh y eccribih. Luego que habló con la maettra, mi madre me mandó a craseh de repaso, y, a lo primero, bien, pero deppuéh sya... fatah, porque a la buena mujeh, cuando veía que no me salían lah cosah como esya quería, se la syevaban loh demonioh. Pa mí que me tenía por horgasana. Y, craro, como a mí nadie me preguntaba, poh syo tampoco eppricaba qué me pasaba ni cómo veía bailah lah letrah ni ná. Entonseh me hisieron no sé quantoh teh, me hisieron leeh en voj arta, me preguntaron un montón de cosah, y le dijeron a mi madre que leía lo mimmo que una niña de seih coma cuatro añoh y eccribía lo mimmo que una niña de sinco coma siete. Y no sé cuántah cosah máh. Pero ná, como tampoco me preguntaron que qué me pasaba, poh syo tampoco se loh dije.

     Ar poco me quitaron de repaso. Pero en er coregio loh maettroh eran mu majoh. Casi siempre me dejaban pintah. Y luego sya, de máh masyoh, me mandaban haser recaoh y asyudah en la crase de loh pequeñoh. Pero pa enseñahleh a leeh no, ¿eh? Ná máh que pa meccrah lah pinturah, pa acompañaloh ar lavabo, pa daleh la merienda y eso.

     Puri se da mucha maña con los pequeños. No sé qué será de mí cuando se vaya al instituto y me quede sin ayudante.

     Er intituto era un edifisio enomme, rojo, con suh rejah verdeh a medio pelah y su patio grih. Había shavaleh por toah parteh, jugando a pisyah entre loh cosheh loh profesoreh. Loh masyoreh ettaban en un rincón venga fumah. Loh primerisoh ettábamoh en la puerta, epperando que noh dijesen ande teníamoh que ih, tooh repeinaoh y con nuettroh unifommeh nuevoh, que anda que iban a durah musho...

     Copiad en vuestro cuaderno las instrucciones que hay escritas en la pizarra.

     Hale, venga cuadennoh y venga intrussioneh. Era la úrtima crase y con ésa sya iban seih. A veh por qué no podrían servih lah mimmah intrussioneh pa toah laj asinnaturah. Si eh que, con lo que me syevaba a mí copialah, se me que’aba la crase en ná. La profa de idioma me miró la hoja y me dijo que lo dejara pa otro rato. Y la de mateh me preguntó que cómo me syamaba y me buccó en una litta.

     Tú debes de ser Purificación, ¿verdad? Ya.

     Pa mí que era la litta de loh que leh cottaba. Sya mí la mateh no eh que me cottaran. Lo que me cottaba era leeh loj ejersisioh. Pero, si me desían en voj arta lo que tenía que haseh, nommarmente loj hasía bien. Y digo syo: ¿por qué será que loh númeroh no bailan tanto como lah letrah? Será porque en un número nommarmente no caben tantoh númeroh como letrah en una parabra. Digo syo, vamoh. O porque lah parabrah hay que leelah de lao y, en cambio, loh númeroh, se leen de arriba abajo. A lo mejoh, si hubiera nasío en un paíh de esoh que eccriben de arriba abajo, no se me habría notao. Porque tó er mundo no eccribe como nosotroh, cuidao. En er coregio hisimoh un trabajoh y resurtó que hay mushah manerah de eccribih. Lo mimmo hay quien eccribe de deresha a icquierda como quien eccribe de arriba abajo. Y luego ettan loj egissioh, que eccribían con dibujitoh. Syo habría tenío que naseh egissia.

     ¿Y eso qué son? ¿Jeroglíficos?

     Menu’o cabronaso, er Vicco. Que, por sierto, no era vicco, pero nosotroh se lo syamábamoh iguah porque, cuando miraba pa ande tú ettabah, serraba un ojo como si te ettuviera mirando por un microccopio y te hubiese tomao por una batteria de ésah capaseh de dettruir toa una siudah. Era profesoh de latín, pero daba mu pocah craseh porque la gente sya no se apuntaba a esa asinnatura. Por eso le habían dao nuettra crase de lengua. Y, a máh, también daba lah craseh de loh profesoreh que se ponían maloh, o sea que lo veía cá doh por treh. Y no veáih qué grasia.

     Fue la primera veh que le cogí manía a un profesoh. Y no presisamente porque me tuviera por menoh interigente que loh demáh: a tooh se leh notaba a la legua que leh daba láttima de la pobre Puri, que no había manera de hasele aprendeh ná. Pero loh demáh ar menoh me dejaban en pah. A veseh hatta me lo desían en voj arta. Como er dire, que de vej en cuando se daba un garbeo por laj aulah pa veh si ettábamoh tooh ettudiando o hasiendo garabatoh en la libreta, que pa er caso...

     ¿Y bien? ¿Qué tal se portan estos jovencitos?

     Muy bien, señor director. Esta semana estamos haciendo un trabajo sobre los egipcios. Hemos puesto por escrito los últimos pensamientos de Tutankamon. Y fíjese en los bordes del mural. Los ha pintado Puri.

     (Es tonta, la pobre, pero le pone mucha voluntad.)

     Ettá craro que eso de no sabeh leeh la hase pareseh a una tonta.

     Pero lo der Vicco eh que era pa morisse. Pa empesah, era un tottón de hombre. Lo que pasa eh que syo a eso sya ettaba acottumbrá, iguah que la masyoría loh shavaleh. Loh primeroh díah ná máh que habló de gramática: venga syenah la pisarra. Y nosotroh no teníamoh que haseh ná, ná máh que ettannoh casyaoh. Eso fue fásih. Pero luego sya empesó a dittah, syhay que veh a qué velosiá iba er tío. Imaginarse que la crase era una carrera de cabasyoh; poh ná máh que lo podían seguih loh doh o treh primeroh. A loh demáh se leh deccosyuntaban loh brasoh de tanto eccribih y hatta se lej oía quejasse de doloh. Ar cabo un rato, er Vicco se paraba, pero ná máh que lo jutto pa que no se perdiesen, y luego otra veh a correh.

     Syo era el cabasyo ese que siempre se cae en er primeh ottáculo.

     No eh que no le eshara voluntá, cuidao. Lo que pasa eh que a veseh me hasía un lío tan grande que tenía que parah. Entonseh loh demáh profesoreh lo que hasían era dejamme en pah o mandamme a haseh un recao. En cambio er Vicco no se que’aba tranquilo si no se metía un rato commigo. En er fondo no era ná máh que un niño grande, pero en aquer momento no me lo paresía.

     ¿Sabes qué son los jeroglíficos?

     Sí, señoh. Eh con lo que e’cribían loj egissioh.

     "Lo que escribían", en todo caso. No procede utilizar una cláusula adjetiva en ausencia de su antecedente. Aunque vosotros qué vais a saber. Si hubieráis tenido la suerte de recibir una sólida formación clásica, otro gallo nos cantara. No se puede escribir correctamente si antes no se ha aprendido a hablar.

     Cuando se ponía asín, noh quedábamoh tooh quietoh, como lo leoneh en er sirco, epperando a veh qué se le eccurría haseh ar domaoh. A veseh le daba por sortah semmoneh syentonseh no había que haseh ná. Eso ettaba bien... menoh pa er que había cogío por banda, craro.

     Si con la palabra "jeroglífico" solemos hacer referencia a la escritura egipcia, ¿por qué crees que yo la he utilizado a propósito de la tuya?

     Poh porque... porque no se entiende ná.

     Efectivamente. Entonces dime: si la función de la lectura es la comunicación, ¿qué sentido tiene escribir algo que es absolutamente ininteligible?

     Syo ni pío.

     ¿Y bien? Espero tu respuesta.

     Si fuese utteh egissio, entendería loh jerogríficoh.

     ¿Vas de graciosa?

     No, señoh.

     Más te vale. Bien, dado que ni tú ni yo ni ninguno de tus condiscípulos procedemos del antiguo Egipto, tendrás que aprender a escribir de modo que tu caligrafía resulte legible. Por de pronto, y a la vista de los apuntes que has tomado hoy, te sugiero que tomes prestado el cuaderno de algún compañero y vuelvas a copiarlos en casa.

     ¡Ay qué vergüensa, por Dioh! La shica que se sentaba a mi la’o me pasó er cuadenno sin desih ná y syo me lo metí en la cartera y me fui. Sya partih de ese día, no sé por qué, lah cosah sya no vorvieron a seh como anteh. Loh demáh shicoh de la crase me dejaron de hablah. Y no eh que ettuvieran enfadaoh commigo ni ná, porque, si leh pedía er típeh o leh preguntaba si habían vitto no sé qué cosa en la tele, me contettaban; pero ná máh que lo jutto, y nunca me preguntaban esyoh a mí. Luego también me tenía que sentah sola, porque tó er mundo procuraba sentarse en otro sitio. Y syo no entendía por qué, porque er Vicco leh caía a tooj iguah de gordo que a mí. ¿Entonseh por qué hasían como éh y no me ajuntaban? ¿No habría tenío que seh ar revéh?

     A máh, no era ná máh que en la crase der Vicco, que eso aún habría tenío su epplicasión, porque a nadie le gutta sentarse ar la’o der cabesa de turco. Eh que me pasaba lo mimmo en toah parteh: en lah demáh craseh, en er patio, y hatta en er comeoh. Y me tuvo que pasah presisamente ar canviah der coregio ar intituto, que eh cuando se hasen amigoh nuevoh y se deja de veh a loh de anteh, como en un baile de esoh de cambiah de parejah. Syamí me tocó quedamme sin bailah, que mardita la grasia.

     Entonseh fue cuando empesé a dedicamme a loh jerogríficoh en serio. A lo primero en la crase de hittoria, cuando la profesora noh mandó haseh un trabajo sobre loj egissio. Noh dijo que noj inventáramoh unoh cuantoh jerogríficoh y que, con esyoh, eccribiéramoh mensajeh y hatta hittoriah. A esya le paresía que ettaba hasiendo una cosa la mah de originah, pero eso syo sya lo había hesho en er coregio. Lo que pasa eh que no se lo dije, porque, si no, noj hubiera hesho ettudiah cómo funsionaba lo de lah momiah, syeso sí que no. Poh ná, que resurtó que lo de loh jerogríficoh se me daba a mí de pelah, porque enseguía se me eccurría er dibujo que tenía que haseh: ná que veh con lah letrah. Por ejempro, que le quiereh desih a arguien que si le apetese un café. Poh ná, tú dibujah tu tasa café, con una boca y un interrogante ar la’o, y sya ettá. Syasín te ahorrah teneh que pensah si tar parabra eh un ajjetivo o si se eccribe con be o con uve.

     Ar poco sya no eccribía preguntah y repuehtah, sino hittoriaj enterah. Me pasaba tó er día hasiendo dibujitoh y pintándoloh con rotuladoh. Y cómo me saldrían que la profa me trajo un rotuladoh negro eppesiah, uno que pintaba mu fino, pa haseh loh contonnoh. Cuando loh demáh sya iban por la Segunda Guerra Mundiah, syo entavía ettaba en Egitto, en mi pupitre del rincón, con un montón de libroh de la bibrioteca ensima, venga dibujah hombresilloh de perfih con unoj ojoh grandísimoh en fomma de peh. A loj egissioh loj enterraban con tó lo que se imaginaban que iban a nesesitah en er otro mundo: ¡hatta la comía! Entonseh me puse a pensah que qué me syevaría syo ar otro barrio, pero, craro, qué sabía syo cómo iba a seh aquesyo. A veh si me iba a pasah como cuando te vah de eccursión a la plasya y resurta que se pone a syoveh ysacabah sentada en un bah con sinco jerseyh uno ensima der otro. Porque, a veh, si no noh podemoh ni preparah pa una eccursión sin meteh la pata, digo syo: ¿cómo noh vamoh a preparah pa la vía etenna?

     Ettudiando loh libroh de la bibrioteca me di cuenta un día que lah cosah tampoco eh que hubieran cambiao musho dedde la época de loj egissio. Esyoh tenían unoh dioseh que eran mitá hombre mitá animah, y, vittoh asín de serca, la verdá eh que se paresían musho a mih profesoreh. Totah, que syo también quise dibujah unoh cuantoh. A la profa de hittoria, que era una mujeh mu menu’a, con la voh de pito y loj ojitoh mu vivoh, la dibujé con la cabesa asín incliná y cara de gorondrina. A uno que tenía mu mar genio lo hise mitá hombre mitá peccao. Syar de latín, como que tenía er pelo que paresía un ettropajo grih y la cara asín redonda, lo dibujé con fomma de cannero, como er dioj egissio der infienno, con unoh cuennoh asín retorsíoh que le iban que ni pintaoh. Y ettando syo presisamente pensando que a quién se paresía máh er dire, si ar dioh der soh o a la effinge, asomó por la puerta er rey de Roma.

     El próximo martes vendrá un inspector al instituto. Pero no hay por qué ponerse nerviosos. Se trata de una visita de carácter pedagógico.

     ¿Querrá ver el material del curso?

     Sí, pero no se preocupe. Seguro que está usted al día de todo. Además, salta a la vista que en esta clase se trabaja mucho. ¿Qué hace esa chica dibujando egipcios? ¿No debería estar ya en el siglo veinte?

     Ar día siguiente me quitaron er cartón y loh rotuladoreh y tuve que haseh un ejersisio sobre la campaña de Rusia. Suette que la profa de hittoria era mu maja y me dejó quedah el rotuladoh fino.

     Ar profe de latín, que era un pe’aso capusyo, pa máj inri lo tenía tooh loh díah de la semana. Dando crase era máj antiguo que loj egissioh, er tío. Ná máh que noj hasía eccribir sin parah: que si apunteh, que si ejersisioh de gramática, que si comentarioh de tetto... Y nunca noh leía cuentoh. En cambio, loh demáh profeh de lengua sí. A mí, como no me daba tiempo a eccribir tó lo que desía, me tocaba siempre syevamme apuntej a casa y copialoh por la noshe. Y, cuando le daba por recogeh lah libretah, la mía me la devorvía siempre toa tashá de rojo. Syo hasía unah letrah que paresían eccarabajoh shiquititoh, y, con la libreta corregía, paresían loh pobreh que se ettuvieran desangrando.

     Como de costumbre, apenas he logrado descifrar alguna palabra.

     Syo tampoco entendía lah cosah que me eccribía éh en la libreta, pero a veh quién era er guapo que se lo desía.

     Syasín hatta que syegó un día que sya no pude máh.

     Dedicaremos la clase de hoy a escribir una redacción en un tiempo limitado. Este ejercicio os servirá de práctica para los exámenes. He escrito el tema en la pizarra. Disponéis exactamente de cincuenta minutos. Podéis empezar.

Imaginad que habéis salido de viaje. Describid el lugar al que os dirigís y el contenido de vuestro equipaje.

     Me puse a deccribir con dibujoh mi viaje ar máj asyá y lah cosah que me syevaría. Noh dibujé a mí sya mi madre (mi padre, con er tienpo que hase que no lo veo, no me ettrañaría ná que sya ettuviera en er otro barrio) ysa mij hermanah la Tere y la Isa. Lah cuatro en una barca. No sé por qué pero me daba la sensasión que er viaje tenía que seh en barco. Syevábamoh cosah ricah pa comeh, sobre tó canne y patatah (sya sé que por er camino se noj iban a enfriah, pero eh como lo hasían loj egissio), y, pa er pottre, helao y carameloh.

     Ettuve musho rato pensando qué máh me quería syevah, porque en ette mundo hay musha cosah que a lo mejoh en er otro poh no sirven pa ná. Por ejempro, ¿pa qué quiereh loh diccoh de Take That si luego no tieneh corriente? Entonshe pensé que lo mejoh era que cá una se syevara ná máh que treh cosah yasín no habría perigro que sosobrara er barco. A máh, er número treh eh er de loh cuentoh. ¿A que no que’a bien una ha’a madrina que conseda sinco deseoh ni un cuento sobre diesisiete serditoh?

     La treh cosah de la Isa fueron fásileh de eccogeh, porque no tenía ná máh que cuatro añoh y siempre syevaba a cuettah su manta, su osito pelushe y su muñeca la Sindy. La Tere sya tenía osho añoh, pero iguarmente se querría syevah su osito, y luego también su jersey asuh, uno que le habían comprao nuevo con un corderito bordao. Y la tersera cosa sería su diadema con antenah, que, cuando se la ponía, paresía una ettraterrettre. Sya sé que luego ettah cosah se pasan de mo’a enseguía y que, ar cabo quinse díah, cuando se acordara que había querío ih a la iglesia con ella puettah, le iba a dah a la cría una vergüensa que pa qué, pero seguro que en aquer momento se la habría querío syevah. Syo me llevaba papeh, er rotuladoh negro pa dibujah jerogríficoh y mi foto der cashorro, que era una foto que había recortao de una revitta y que la tenía corgá en la paré porque en la casa no cabía un perro de verdá.

     ¿Y mi madre? ¿Qué se iba a quereh syevah mi madre? Entonseh me di cuenta de que no sabía qué cosah se querría syevah esya ar otro mundo. Tenía que seh argo personah, ná máh que pa esya, y, craro, lah madreh no hablan nunca de esah cosah, porque battante tienen sya con criannoh a loh hijoh. Syen ésah er profe dijo que sya ettaba, que se había acabao er tienpo, y tuve que dejah a la pobre mujeh sin ná. Pero bueno, luego pensé que, si se lo hubiera podío preguntah, seguro que, puetta a eccogeh treh cosah, noj habría eccogío a nosotrah: a la Tere, a la Isa sya mí.

     Vuestra compañera Purificación recogerá las redacciones.

      Fui por toa la crase recogiendo lah redasioneh de loh demáh. Eran toah diferenteh. Laj había con la letra grande, con la letra shica, con la letra retta, con la letra incliná, de toah lah manerah. Cuando fui a poneh la mía, con suh dibujitoh y tó, me di cuenta de que no había eccrito er nombre. Entonseh me dibujé a mí, toa sonriente, me puse la primera der montón y dejé toah lah redasioneh en la mesa der profesoh.

© 2000 Anne Donovan
©
Traducción/adaptación: Mercè López Arnabat

Nota:
El original presenta un inglés muy marcado por el habla escocesa, y la traductora ha intentado transmitir este rasgo al español. Si deseas hacer alguna observación sobre sus esfuerzos, envíanos un correo electrónico.

Esta historia  no puede ser archivada ni distribuida sin el permiso expreso de Barcelona Review.  Rogamos lean las condiciones de uso.
biografía

Anne DonovanAnne Donovan vive en Glasgow. Sus relatos han sido publicados en varias antologías y difundidos a través de BBC Radio. Ha ganado el concurso de relatos de Macallan/SoS (1997) y el premio Canongate Prize (1999). Su colección de relatos Hieroglyphics and Other Stories ("Jeroglíficos y otros relatos") saldrá al mercado la primavera de 2001 con el sello de la editorial Canongate. En estos momentos Ann Donovan es beneficiaria de una beca SAC y está escribiendo una novela que también publicará Canongate.


Traductora:
Mercè López Arnabat. Nacida en 1967. Debutó en 1993 con El raòm de la ira y desde entonces se atreve con todo. Traduce del inglés y el italiano al catalán y al castellano. Ha enseñado inglés a catalanes, catalán a escoceses y griego antiguo a adolescentes. Ha traducido Cara quemada de Alan Warner, para Ediciones B; El refinament del gust de John Lanchester, i La filla de Burger de Nadine Gordimer, para Edicions 62; Destroy de Isabella Santacroce, para Anagrama, y una larga serie de libros, narraciones, películas y series de televisión. e-mail: mercepolis@retemail.es

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