Barcelona Review: ¿Cómo te
sientes en Miami?
Clara Sánchez: Pues la verdad es que estoy entusiasmada. Es una ciudad
que me encanta, me siento muy cómoda, me resulta muy familiar; no sé por qué... Digamos
que en esta ciudad estoy mirando un poco el escenario de mi novela, que habrás visto es
una urbanización, en las afueras de Madrid, una gran ciudad. Aquí están todos los
elementos que uso: el gran centro comercial, el polideportivo, los cines... En España han
comenzado a proliferar este tipo de espacios que son un poco exportados de aquí, de
Norteamérica.
BR: ¿Es ésta tu novela más urbana?
CS: Casi todas mis novelas son urbanas pero ésta es quizás la más peculiarmente
urbana. Por tener este tipo de espacios, es una mezcla de campo y de ciudad. Lo que es
bastante reciente en el urbanismo español. Es una novela que tardé en escribir alrededor
de dos años. Yo buscaba un espacio poético, a través del cual contar la incertidumbre
contemporánea. Y ese espacio poético se dibujó en forma de espacio residencial, que
digamos que es lo más actual y puede ser la metáfora, la representación de la forma de
vida actual.
BR: ¿Cuánto de ti, cuánto personal hay
en esta historia?
CS: Pues hay muchísimo, a pesar de que la historia está contada por un chico.
Esto ha despertado muchas interrogantes, se me ha preguntado mucho por qué es un hombre y
no una mujer quien cuenta la historia... pero este chico tiene de mí algo fundamental, y
es la sensación que me ha acompañado durante toda mi vida, la sensación de ser una
mezcla de superviviente y de héroe. Este chico es una persona corriente, normal, no es
muy activo, es más bien pasivo... pero al mismo tiempo es un poco héroe pues cree en los
sueños, en la suerte, y piensa que es posible alcanzar ciertas metas, realizar ciertos
deseos, tal y como me ha pasado a mí.
BR: ¿Escogiste a un hombre porque te
permitía alejarte más de ti como individuo?
CS: Sí... precisamente por eso... la mirada de este chico me servía de filtro
para contar, para recuperar todo ese mundo que él está contando, como visto por primera
vez. Me permitía despojarme de mis prejuicios, de mi experiencia, de toda mi madurez, y
era como ver el mundo con naturalidad; es lo que me aportaba la mirada de este chico:
naturalidad. Porque él está ahí viendo todo lo que vive con cierta ironía, con cierta
ternura, con un punto de desolación, que me parece que es algo muy de nuestro tiempo, esa
mirada sobre el mundo. Pero con naturalidad, sin prejuicios, porque él no ha tenido una
vida anterior, siempre ha vivido en el mismo lugar, rodeado de las mismas personas... y
entonces todo eso lo recoge con cierta perplejidad, con cierta incertidumbre pero sin
juzgar y sin valorar, que es lo que yo quería en esta novela. Si yo me hubiese
involucrado más como narradora, entonces hubiese estado juzgando, valorando, que es lo
que yo no quería.
BR: ¿Ves tu historia como la de alguien
que ha sobrevivido, que ha realizado ciertos sueños?
CS: Mi historia personal la veo bastante normal, es una cuestión de atreverse un
poco en la vida, tener conciencia de que nada te va a ser regalado, no ser una completa
ingenua, saber que uno se puede atrever a soñar, tener aspiraciones: hacer de la vida
algo poético; pero que todo eso cuesta mucho esfuerzo, que necesitas entregarte mucho y
que vas a sufrir muchísimas decepciones. Pero aun así te atreves un poco porque hay que
atreverse a vivir, no hay que dejar que la vida pase sin más. Yo creo que ésa es una
posición bastante corriente, lo que pasa es que quizás hay algunos que corran menos
riesgos, que se atreven menos a ser algo soñadores.
BR: ¿Son más atrevidas las mujeres que los hombres españoles?
CS: Yo creo que ahora mismo sí...
BR: ¿En que consiste ese atrevimiento?
CS: Nos estamos atreviendo a romper con ciertos moldes sociales, a dar un paso más
adelante. Yo he sido profesora hasta ahora, y he estado rodeada de chicos y chicas; en
general encuentro a las mujeres más interesadas en aprender. La mujer al menos es
consciente de que la vida es un aprendizaje. Mis alumnas querían aprender de todo,
mientras que los hombres iban a piñón fijo: tienen como un objetivo final e iban hacia
ese objetivo final. Y todo los que desviara, se relegaba. Sin embargo las mujeres no, si
encontraban cosas interesantes por el camino, se detenían y las experimentaban. Hay más
entrega en las mujeres, el hombre se entrega menos. Esa es mi impresión personal, que
quizás no tenga nada que ver con la realidad.
BR: ¿Cuánto tiempo enseñaste?
CS: Pues he enseñado mucho tiempo. Como diecisiete años o así...
BR: Y has dejado de enseñar...
CS: Ahora sí, aunque me gustaría volver porque me encanta el contacto con la
gente: poder trasladar lo que sé me entusiasma. Lo que pasa es que no puedo; en cuanto
recibí el premio, me vi envuelta en muchísimos compromisos. Tantísimo trabajo, no lo
podía atender todo...
BR: ¿Estabas lista para tanta notoriedad?
CS: Bueno, casi, ten en cuenta que tengo seis novelas publicadas... Algunas gentes
me han preguntado: ¿esto cambia tu vida? No. Podrá modificar mi vida un poco en el
sentido de más trabajo, más viajes, más salir de casa, pero no cambiarla.
BR: ¿Cuándo supiste que tenías una
posible novela ganadora?
CS: Los premios no me han llamado nunca mucho la atención. Pero el Alfaguara me
parecía impresionante: un premio que me atraía muchísimo, porque tiene mucho prestigio.
Es eminentemente literario. Y cuando terminé la novela, pensé, ésta puede ser la
novela... Y entonces la envié. Claro, desde que mandas el manuscrito a que dan el premio,
te pasan muchas cosas por la cabeza y yo pensaba que no me lo iban a dar. Aunque no era
nada que me traumatizase, lo importante es que tenía una novela, que estaba muy conforme
con ella, si no me lo daban, pues la publicaría de otra manera, y ya está. Pero ha
sucedido que me lo han dado y ha sido algo francamente estupendo.
BR: ¿He escuchado que hay planes de llevar
tu novela al cine?
CS: Pues verás... antes de emprender esta gira, me llamó un director joven
español, quería que escribiera el guión con él. Lo disuadí un poco porque creo que
mis novelas parecen un poco cinematográficas, pero pueden ser más difíciles de lo que
parecen. Él insistía, así que ya veremos que hago a la vuelta de este viaje.
BR: ¿Qué países te quedan por visitar en
la gira?
CS: Me queda por visitar Puerto Rico, República Dominicana, Costa Rica, El Salvador,
Guatemala y México...
BR: ¿Primera vez que vas a estos países?
CS: Ya había ido alguno de ellos.
BR: ¿Qué ha significado para ti este
viaje, cómo lo definirías?
CS: Una visión impresionante, ha sido algo muy intenso; con mucho trabajo porque
hay que atender a los medios en cada país. Pero estoy muy contenta.
BR: Hay autores que necesitan tener el tono
antes de comenzar a escribir una novela, o un relato; otros necesitan tener el principio o
el fin, ¿qué precisas tu?
CS: El tono... yo sin el tono no puedo hacer nada. El tono es como el cause de un
río. Todo lo que cae dentro del tono vale, todo lo que sale fuera del tono, no sirve. Eso
en cuanto a personajes, a texto, acontecimientos, a tratamiento de la prosa... el estilo
sobre todo. Y te diré que espero que eso cambie pero hasta ahora me ha pasado con todas
las novelas: necesito escribir como cien folios para encontrar el tono. Y esos cien folios
los rompo. Empiezo a escribir la historia pero comprendo que va mal, que no tiene brío;
entonces hay un momento en que, de pronto, ya tengo el tono: que lo va a hilar todo. O sea
es como el aceite en el que se fríen los huevos, es decir lo que necesitas para que todo
tenga unidad, para que tenga pálpito, para que haya vida en la novela. En cuanto tengo
eso, me pongo muy contenta porque sé que ya; porque el tono es selectivo y te va diciendo
que es lo que vale y lo que no vale. Luego hay que corregir, pero ya tienes novela.
BR: ¿Cuán tolerante eres, cuán liberal
para el desarrollo de tus personajes, o sea, crecen esos personajes por cuenta propia o
tú los defines de una forma rígida?
CS: Yo no los defino de una forma rígida porque mis personajes están trazados
como conciencias, el mundo pasa a través de ellas. Entonces no son personajes descritos
de pies a cabeza, sino que por la forma del personaje, por la forma que tiene de ver el
mundo, por su sensibilidad tu conoces el personaje, pero tal vez no tengas una
representación física de ese personaje. Nada más que unos cuantos trazos. Esa es mi
forma de construir el personaje, lo que no quiere decir que el personaje se me descontrole
para nada, porque los personajes no tienen vida propia, la vida se la das tú. Tú eres la
escritora y tienes la novela agarrada por los cuernos.
BR: ¿Estás tomando notas para alguna otra
novela?
CS: Yo siempre me he maravillado de los escritores que dicen que están tomando
notas. Yo me dejo empapar por la vida, por el momento; eso sí, jamás me aburro, porque
sé que aun en los momentos más aburridos, estoy haciendo algo...
BR: ...tomando notas...
CS: (Risas) Sí, tomando notas: estoy viendo algo, sintiendo algo que más adelante
voy a usar en una novela.
BR: O sea, lo que guardas es la sensación.
CS: Sí, yo trabajo mucho con las sensaciones, basado en sensaciones. Vivo mucho el
instante y luego de alguna manera, sale. Y luego cuando sale sí que echo de menos no
haber tomado notas. Pero es que no puedo ir tomando notas de toda la vida, constantemente.
BR:
¿Estás contenta con la vida?
CS: Yo le estoy muy agradecida a la vida, aunque a veces no esté contenta. Uno es
ambicioso y nunca esta satisfecho. Uno siempre esta descontento, es algo consustancial a
la naturaleza humana. Pero le estoy my agradecida a la vida, creo que me ha dado cosas
maravillosas. Sobre todo le agradezco que me mantenga en buenas condiciones físicas y
mentales, que me permiten escribir. Porque mi vida es eso.